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Según la alerta Alba-Keneth con fecha 20 de noviembre, Luis Alberto Vásquez Sarat, de 17 años, se encuentra desaparecido desde el día 13 de ese mes. Ayer se cumplió un mes desde que Lilian Violeta Vásquez Sarat vio salir a su hijo primogénito de madrugada. Era un viaje de ventas, que se ha vuelto uno de los peores días de su vida.

«Hasta el momento no sabemos nada, un mes después, nadie sabe nada de mi hijo, por el contrario, cuando el Ministerio Público (MP), me llama, ellos me preguntan si yo sé algo de mi hijo», cuenta la apesarada madre.

 

Según Vásquez Sarat, ha tenido la idea de ir a buscarlo, «pero escucho en las noticias que ese lado es muy peligroso, entonces mejor decido no ir. Paso los días pegada al teléfono para saber si hay alguna información de él», narra Vásquez.

Al consultar al ente investigador nacional MP, no se obtuvo información hasta el cierre de la nota.

Según el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex), hasta el momento no se tiene respuesta positiva sobre su localización, que sigue en investigación. «En seguimiento sobre avances respecto a las investigaciones, el Consulado de Guatemala en Comitán envió una nota al Fiscal de Inmigrantes en Tapachula, Chiapas, solicitando información sobre la misma, dado el tiempo que ha transcurrido, asimismo, una reunión para conocer con más detalle algún avance. Estamos a la espera de un nuevo informe”, afirmó la Cancillería.

Según la madre del menor, el único que se ha acercado es el alcalde de esa localidad, quien ha dicho que si llaman y piden rescate, el apoyará.

LOS HECHOS

El 13 de noviembre, Luis Alberto salió de Cuyotenango junto a 12 comerciantes que iban a vender pollo a la frontera entre Chiapas y Guatemala.

De los 12 comerciantes, 10 ya no volvieron. Uno de los comerciantes, cuando volvió a Cuyotenango, le narró a la madre de Luis que ese lunes llegaron, entrada la noche, a La Mesilla, Huehuetenango. «Seguimos por la Frontera Comalapa, Chiapas, ese día logramos descansar», le explicó.

 

«El martes salimos a vender los 12, a cada quien se le dio una parte de los pollos para ir a vender, en cada aldea (lugar), el camioncito los iba dejando de dos en dos en cada lugar y, así sucesivamente. Por la tarde el chofer los pasaba a traer al mismo lugar donde en la mañana los habían dejado. Así pasó durante los demás días (miércoles y jueves)», le mencionó.

El jueves la rutina fue la misma, dejar a dos en cada punto con una parte de pollos para seguir vendiendo. Pero en la tarde, en la hora del regreso, ya no aparecieron.

Por el momento, los pobladores de Cuyotenango, siguen esperando a sus desaparecidos y, la madre de Luis Alberto sabe que esta Navidad será un día más, como los que ha tenido, lleno de angustia, si su hijo no aparece.

Gilberto Escobar
Periodista curioso, contador de historias invisibles. Creo en el periodismo riguroso y comprometido.
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