Sobre la situación de desnutrición crónica infantil en el país, Diana Sagastume, gerente del programa Empoderamiento Económico de Mujeres Rurales de CARE Guatemala y socióloga especializada en cultura latinoamericana, explicó cómo se puede aportar en su mitigación y la necesidad de realizar un “trabajo de hormiga”, enfocado en empoderar a la mujer.
La entrevistada cita datos de la Procuraduría de Derechos Humanos que ha reportado que Guatemala sólo redujo en un 8,7 % la desnutrición crónica infantil en los últimos 20 años, concluyendo que en materia humanitaria el país está en crisis.
El hecho que de cada dos niños uno tenga desnutrición crónica debería ser considerado como un problema de urgencia nacional, “esto compromete el desarrollo del país, compromete el crecimiento económico”, agregó.
Además, consideró que se está condenando desde la infancia a los guatemaltecos a que no tengan un desarrollo pleno, ni posibilidades de salir del círculo de pobreza.
MODELO DE ATENCIÓN COMUNITARIO
Asimismo, destaca que no se tienen los recursos necesarios para atender de manera casi domiciliar a quienes padecen desnutrición, “no se ponen recursos en ese modelo de atención comunitario”, para el que se requiere de un trabajo diferente.
Aunque se hacen esfuerzos, indicó que estos no son suficientes y que es necesario “un trabajo de hormiga”.
“No solo es proveerles alimento, sino que es un trabajo que hay que hacer directo con las niñas que están sufriendo abuso sexual, esa tasa de embarazos infantiles es espantosa”, explicó al relacionar este tema con la desnutrición crónica.
Con la pandemia, aseguró que han registrado que cuatro de cada diez personas no pueden acceder a un plato de alimento al día, “no tienen garantizado ni siquiera un tiempo de comida, la precarización se agudizó”.
DESTACAN EL EMPODERAMIENTO DE LA MUJER
La entrevistada menciona que cualquier acción que pretenda llevar desarrollo a las comunidades afectadas por la desnutrición no puede ser efectiva si no empodera a mujeres y niñas.
“El empoderamiento económico se basa en dos pilares, el empoderamiento físico que es tomar decisiones sobre su propio cuerpo, sobre su propia vida, sobre su salud y sin esto lo que tenemos es un círculo de violencia que no les permite decidir”, comentó.
Desde CARE Guatemala, Sagastume señala que promueven un modelo diseñado para trabajar en el empoderamiento económico de la mujer y este abarca dos fases, el empoderamiento personal y el económico.
“Sino incluimos el empoderamiento económico de la mujer y la inserción de la mujer al mundo económico, la recuperación siempre va a estar coja, entonces creo que los próximos cinco años lo que tenemos en el panorama son procesos de recuperación económica que se tendrán que llevar a cabo sí o sí”, remarcó.
CUENTAN CON PROGRAMAS ENFOCADOS EN NIÑOS Y EMPODERAMIENTO DE LA MUJER
Según Sagastume, CARE tiene presencia hasta en 104 países del mundo y su misión es la lucha contra la pobreza y el alivio humanitario de las personas en crisis, así como proyectos de desarrollo.
En Guatemala, mencionó que se enfocan en tres prioridades, entre ellas, el empoderamiento de la mujer o justicia económica, derechos e identidad de mujeres indígenas y cambio climático, así como asistencia humanitaria, incluyendo migración.
Sagastume agregó que la visión es más integral, en función del empoderamiento económico, así que no puede haber mujeres empoderadas si no tienen acceso a alimentos.
Ahora están trabajando con niños de 2 a 5 años, porque son quienes después de los programas de atención al estado quedan sin protección.
Además, trabajan con mujeres para empoderarlas económicamente, ya que el beneficio no es solo para ellas, sino para su familia, “la mujer que recibe recursos mejora la calidad de vida de su familia y mejora la calidad de la comunidad”.