POR GRECIA ORTÍZ
gortiz@lahora.com.gt
Cada 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua en todo el mundo, en una época en que miles de personas ya experimentan los efectos del cambio climático que con los años ha reducido las fuentes de agua que antes, recuerdan eran abundantes.
En Guatemala, Mirna Cruz, originaria de uno de los caseríos de la montaña de Santa María Xalapán en Jalapa, ofrece una perspectiva de lo que miles de personas experimentan, como sequía de ríos, lo que ha provocado a la vez, la merma en la cosecha de productos.
Mirna trabaja en algunos proyectos de huertos junto a otras mujeres de la comunidad de El Duraznito, así que para ellas es importante el agua porque les sirve para cosechar el café que luego venden en el lugar.
“El agua es indispensable… el agua es vida para todo… antes había agua donde sea, ríos, nacederos, pero aquí donde nosotros empezó a mermar hace unos 13 años”, recuerda.
Uno de los aspectos que señala, es que empezó a llover menos y eso hizo disminuir las corrientes de agua que usaban para abastecerse.
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MENOS AGUA DISPONIBLE
En relación con las declaraciones de Mirna, el director del Observatorio Económico Sostenible de la Universidad del Valle de Guatemala, doctor Edwin Castellanos, explicó a “La Hora” que el inicio de la época de lluvia se está atrasando y ahora ya no llueve tan fuerte como ocurría en mayo y en junio, además, la finalización de la época de lluvia se está alargando.
“Normalmente la lluvia en esta región ocurría de mayo a octubre, pero especialmente en la última década, vimos que en mayo ya no llovía mucho y noviembre todavía está lloviendo, el año pasado fue un buen ejemplo con los huracanes “Eta” e “Iota”, entonces ese es un cambio”, comentó.
Otro de los aspectos que se ha observado y que considera se podría intensificar a futuro es que la lluvia se vuelve más intensa.
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Pero lo más preocupante, asegura, son los modelos de clima para la región que muestran que existe una tendencia a la disminución de la lluvia y que se espera sea en un 20% a lo largo de este siglo.
“Esto quiere decir que vamos a tener menos lluvia y por lo tanto vamos a tener menos agua disponible”, contó.
Así que, si en la actualidad ya se está sufriendo por falta de agua en algunos lugares, esa escasez se vería intensificada debido a la disminución de la lluvia que se espera ocurra en los siguientes años.
HAY REPERCUSIONES EN LOS MEDIOS DE VIDA DE LAS PERSONAS
Castellanos detalla que esto repercute en los medios de vida de las personas, particularmente de pequeños agricultores que dependen de la lluvia para regar sus campos, a diferencia de los grandes agricultores, que si tienen sistemas de riegos.
Como consecuencia, los primeros pierden cosechas y la inseguridad alimentaria aumenta.
Quienes experimentan aún más estos efectos, a decir de entrevistado, son las regiones que se ubican en las montañas, el Altiplano Occidental, valle central de la capital y Oriente del país, por lo que se puede decir que no es solo el “Corredor Seco”.
Mientras las regiones de la Costa Sur y parte Norte de Petén e Izabal, las lluvias han sido más normales.
DÉCADAS DE MUCHA Y POCA LLUVIA
Las lluvias durante las décadas, a decir del experto, también se han ido intercalando, pues del 2000 al 2010, se tuvo un período intenso, en dónde hubo huracanes, inundaciones y deslaves con exceso de lluvias.
Los siguientes diez años, de 2010 a 2020, implicó una “deficiencia” de lluvia y que ocurrió lo que ha recalcado Castellanos: ya no llovía en mayo y los agricultores perdieron cosechas.
Una disminución de la lluvia repercutirá en el agua disponible para las comunidades, habrá nacimientos con menos agua o se secarán; igual ocurrirá con los ríos.
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“Menos agua disponible en un país que depende tanto de la agricultura va a afectar fuertemente los sistemas productivos y eso pues definitivamente puede afectar el ingreso de las personas… podría ser que eso incremente la presión para que la gente migre”, comentó.
Castellanos explicó que Guatemala, en general, ha sido un país con un exceso de agua y en parte eso ha hecho que los guatemaltecos sean poco cuidadosos con su cuidado, “tenemos que ir aprendiendo todos los guatemaltecos, no solo agricultores, a cuidar más el agua y muy importante… a limpiar el agua”.
RESEQUEDAD EN SUELOS Y PÉRDIDA DE CULTIVOS
Para Mirna la situación que experimentan en Jalapa ha hecho que las plantaciones se vean afectadas, así que hay resequedad en los suelos, pérdida de cultivos y terrenos que antes eran productivos ahora ya no lo son.
“Bajó la cosecha, el volumen de la producción y también algunos productos ya no se dan igual”, comentó.
Uno de los ejemplos que expone es el del café, al estar en tierra reseca empieza a caer y no se puede utilizar.
RÍOS CON AGUA CONTAMINADA
En los meses de verano, los ríos que antes les proveían de agua, ahora llevan poca y está contaminada, no se puede consumir, pues las personas solo la usan para lavar ropa, manifestó Mirna.
En El Duraznito hay un pozo mecánico y en otras comunidades también tienen acceso a este, sin embargo, hay lugares como El Roblar, San Francisco y San Yuyo, donde todavía usan los nacederos para agua de consumo diario.
Mirna resaltó que, en otras oportunidades, ante la escasez de agua, las personas han buscado empleos en otros lugares, sin embargo, por la pobreza finalmente terminan migrando hacia Estados Unidos.
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EL CAMBIO CLIMÁTICO ALTERA FRECUENCIA Y LA INTENSIDAD DE LAS LLUVIAS
La Organización de las Naciones Unidas, emitió en 2019 el Informe de Políticas de la ONU-Agua, que menciona cómo la crisis del cambio climático mundial está relacionada de forma inextricable con el agua.
Así que la variabilidad del ciclo del agua aumenta debido al cambio climático, lo que provoca fenómenos meteorológicos extremos, reduce la capacidad de previsión de la disponibilidad de recursos hídricos, disminuye la calidad del agua y constituye una amenaza al desarrollo sostenible, la biodiversidad y el disfrute de los derechos humanos al agua potable y el saneamiento en todo el mundo, refiere el documento.
El cambio climático afecta negativamente a los ecosistemas de agua dulce puesto que altera los flujos fluviales y la calidad de está, poniendo en riesgo la calidad del agua potable, incluso con el tratamiento convencional.
Al hablar del agua y la agricultura, la ONU hace énfasis en que el cambio climático altera la frecuencia y la intensidad de las lluvias, las crecidas y las sequías, lo que repercute de forma significativa en la agricultura y la producción de alimentos.
DISPONIBILIDAD DE AGUA PODRÍA DISMINUIR UN 25% PARA 2030
A pesar de la disponibilidad de agua superficial y subterránea en Guatemala, el Comité de las Academias de Ciencias de las Américas (IARNAS), hay ríos secos en la costa sur y lagos en proceso de desaparición en el suroriente, además del incremento de las demandas de la población por un mejor servicio de agua potable; señalan la existencia de zonas y períodos con importantes déficits.
Por otro lado, un estudio elaborado por Manuel Basterrechea y Alex Guerra, titulado Recursos Hídricos del Sistema Guatemalteco de Ciencias del Cambio Climático, señala que la disponibilidad total de agua en Guatemala podría disminuir un 25% en 2030, un 31% en 2050 y un 62% en 2100, respecto al año 2000.
PÉRDIDA EN COBERTURA FORESTAL
Otro indicador fue elaborado por la Universidad del Valle de Guatemala, hace algunos años, que refiere que los servicios de saneamiento en el año de 1989, se ubicó en el 31.12% hasta el año 2014 en 53.3% lo que representaba 8.4 millones de personas cubiertas, teniendo una brecha poblacional importante que aún hace falta cubrir.
Los datos sobre la cobertura refieren que comparado con 1950, Guatemala en 2010 y 2016 representaba una pérdida del 5.1% de la cobertura forestal.
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