POR GRECIA ORTÍZ
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El director de políticas para la Fundación Internacional de Seattle y también miembro del Wilson Center Global Fellow de México y Centro América, Eric L. Olson, explicó en un artículo de opinión publicado por la cadena de noticias de Univisión que eventos como el de la elección de Cortes, son una ilustración de cómo la corrupción sistémica se integra al sistema y paraliza los esfuerzos para fortalecer el estado de derecho, garantizar la rendición de cuentas en el gobierno y el combate a la corrupción.
Según Olson, países como Guatemala, El Salvador y Honduras, se han vuelto notorios por la corrupción crónica y que esto ha sido especialmente durante la pandemia de la COVID-19, con informes de medición de precios para ventiladores y equipos de protección y millones gastados en hospitales portátiles de emergencia inexistentes que han llenado las portadas de medios de comunicación.
“Estos ejemplos son simplemente además de una larga historia de escándalos de corrupción en los que millones de personas han sido robadas de los sistemas de salud, dos ex presidentes están detenidos, otro huyó y un presidente en funciones es un conspirador no acusado en una investigación de tráfico de drogas en Nueva York, Distrito sureño”, expuso.
Y es que el nivel de corrupción también señaló que ha tenido un resultado directo en la muerte de cientos de centroamericanos incluso antes de la pandemia.
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Esto dice que hace que las personas se sientan desesperadas, porque no pueden obtener la ayuda que necesitan en tiempos de crisis, porque no tienen esperanza de que su gobierno esté atento a necesidades de salud, económicas y también de seguridad.
El director de política destacó de como Guatemala está tratando de llenar vacantes en la Corte Suprema de Justicia desde 2019, no obstante, este proceso ha sido interrumpido en varias ocasiones debido a acusaciones de manipulación y corrupción.
SE UNIERON A UNA MANIOBRA LEGAL
De hecho, apunta a que la última crisis apareció cuando se solicitó la intervención de la Corte de Constitucionalidad debido a anomalías graves en el proceso de selección de los magistrados y recordó la solicitud de la Fiscalía Especial contra la Impunidad sobre el caso de Comisiones Paralelas.
Olson destacó que en este caso está involucrado Gustavo Alejos, quien fue designado por el Departamento de Estado de Estados Unidos, por su participación en actos de corrupción.
“No es sorprendente que aquellos en el Congreso aliados con fuerzas de corrupción se negaron a aceptar el fallo del Tribunal Constitucional y, de hecho, atacaron tanto el informe del Fiscal General como al Tribunal Constitucional por su fallo”, mencionó.
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Como resultado de ello, Olson mencionó que algunos miembros del Congreso y del sector privado se unieron en “una maniobra legal” para solicitarle a la Corte Suprema de Justicia que levante la inmunidad de cuatro magistrados de la CC y que se inicie procedimientos de juicio político contra ellos, a manera de desacreditarlos y colocar a personas con simpatía, anulando así el fallo anterior.
“No hay duda de que lo que se está desarrollando en Guatemala hoy es un intento de debilitar el poder judicial y garantizar que la corrupción no solo esté protegida sino que prospere directamente de las instituciones legales del país”, aseveró.
Eso a decir del director de política, es una muestra de cómo la corrupción se mantiene en América Central y es un aspecto que no únicamente se limita a Guatemala, porque esto se vuelve sistémico para detener a estos países y socavar la esperanza de los ciudadanos para el futuro.
NO TODOS LOS GOBIERNOS SON CORRUPTOS
Aunque destaca que eso no significa que no existan excepciones, porque no todos los gobiernos son corruptos, dado que hay algunos elementos del gobierno, especialmente aquellos que son políticamente independientes, que pueden y han funcionado mejor.
“Hay algunos valientes funcionarios, a menudo en el sistema de justicia, que luchan contra la corrupción con un riesgo personal considerable. Periodistas independientes y líderes de la sociedad civil han estado a la vanguardia de la presentación de informes y la exigencia de responsabilidad por malversación en el gobierno”, afirmó.
PAPEL DE EE. UU. RESULTA INTERESANTE Y PREOCUPANTE
Olson dice que algunos personajes del sector privado han tomado decisiones valientes al comprender que la corrupción sistémica hace que sus países sean poco atractivos para los inversores internacionales, aunque lamentablemente, otros se niegan a renunciar al control de las instituciones del Estado, creyendo que sus intereses personales limitados superan el bienestar a largo plazo del país.
Otro de los temas que aborda en el artículo publicado por Univisión corresponde al papel de EE. UU., que asevera ha sido interesante y preocupante en los últimos tiempos, dado que por un tiempo priorizó la mejora de la gobernanza y la lucha contra la corrupción en su estrategia para Centro América y que tuvo un fuerte apoyo bipartidista en el Congreso.
“El Congreso invirtió fuertemente en mecanismos internacionales anticorrupción como la CICIG afiliada a la ONU en Guatemala y la MACCIH vinculada a la OEA en Honduras. Ambos tenían limitaciones, pero produjeron resultados impresionantes junto con fiscales y jueces locales. Pero ambos gobiernos se resistieron a estos mecanismos y finalmente lograron cerrarlos en 2019 y principios de 2020”, aseveró.
SE INTERESARON MÁS EN DETENER LA MIGRACIÓN IRREGULAR
Olson también menciona que ahora EE.UU., pareció estar más interesado en detener la migración irregular, dado que las embajadas, especialmente en Guatemala, se han esforzado por apoyar las iniciativas anticorrupción y proteger a los fiscales y jueces independientes actualmente amenazados.
No obstante, dice que a menudo operan en un vacío con poco apoyo o indiferencia del liderazgo superior en el Departamento de Estado y la Casa Blanca.
“La corrupción es mucho más que casos individuales de auto enriquecimiento. Es una traición a la confianza pública y le roba a los centroamericanos su futuro. Hacer la vista gorda a lo que está sucediendo en Guatemala, El Salvador y Honduras asegura que estos países permanecerán encarcelados ante los poderes políticos y económicos que frenan al país”, enfatizó.
De suceder esto, mencionó que tanto los centroamericanos como los estadounidenses “pueden esperar inestabilidad, violencia, pobreza y desigualdad crecientes, y una migración irregular continua en los años venideros”.