Por Grecia Ortíz
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Las Escuelas de Trabajo Social y también de Nutrición de la Universidad Panamericana (UPANA), realizaron un sondeo en junio recién pasado, en el que concluyeron en que existe una manifiesta intención de aumento de migración de los entrevistados para después de la crisis generada por el COVID-19, principalmente en quienes pueden acceder a recursos como universitarios, para viajar hacia Estados Unidos.
Las entrevistas que se efectuaron en junio pasado se desarrollaron en 13 departamentos y 42 municipios del país y entre los principales resultados se puede mencionar que un 76 por ciento de las personas entrevistadas no reciben ningún tipo de apoyo estatal.
Además, un 78 por ciento de los encuestados mencionaron que han visto una reducción de ingresos por efecto de la pandemia, principalmente en estudiantes universitarios.
Otro de los temas es que en general hay mayor percepción de alto riesgo en estudiantes universitarios a enfermar por el COVID-19, pues en la población no universitaria la percepción es menor.
CONSIDERAN LA MIGRACIÓN COMO UNA OPCIÓN
Por otro lado, en el tema migratorio, después de la crisis, estiman que un 24 por ciento de los entrevistados considera que algún miembro del hogar migrará y de los hogares que consideran esta opción un 74 por ciento son personas con acceso a estudios universitarios.
Jorge Pernillo, coordinador de la Escuela de Nutrición de la UPANA, comentó que un alto número de personas consideran irse del país después de la crisis.
En el caso de quienes tienen acceso a estudios universitarios, dijo que resulta interesante porque son quienes tienen acceso a información y por lo tanto parecen no ver oportunidades de desarrollo en Guatemala.
“Quien tiene la intención de irse es la gente que tiene acceso a estudios universitarios o tienen otra facilidad o acceso a recursos, en cambio la gente que no tiene acceso a recursos… es la que menos tiene posibilidades de irse o intención”, explicó.
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PERCIBEN AUMENTO EN PRECIO DE ALIMENTOS
Asimismo, mencionaron que existe una percepción en el aumento del precio de alimentos, principalmente en huevos, maíz, verduras y frijol, mientras un 71 por ciento de los entrevistados padecen de algún grado de inseguridad alimentaria, aunque la mayoría se encuentran en un grado leve.
“Ocho de cada diez entrevistados tuvieron reducción de sus ingresos a partir de la crisis, principalmente las personas que estaban en situación de dependencia laboral como la mayor parte de estudiantes universitarios”, destaca una parte de las conclusiones del estudio.
Además, expresan que la precariedad alimentaria y de inseguridad alimentaria tiene comportamiento parecido al registro en 2019 del PMA y de 2018 de OXFAM en áreas rurales.
ÁREAS URBANAS REPORTAN MÁS INSEGURIDAD ALIMENTARIA
La inseguridad alimentaria de moderada a severa, con necesidad de asistencia alimentaria, se detectó en lugares como Chisec, Fray Bartolomé de las Casas, Lanquin, Santa Cruz Verapaz, San Miguel Petapa, Santa Cruz Barillas, Sayaxche, Nebaj, San Juan Cortzal, Nahualá, San Andres Semetabaj, Santa Catarina Ixtahuacan y Huite.
Pernillo menciona sobre el estudio, que las personas tienen menos acceso a recursos y estudios universitarios son quienes valoran de mejor manera el manejo de crisis de parte de Gobierno y que menos perciben un riesgo de enfermarse de COVID-19.
“La gente que no es universitaria y de áreas urbanas es la gente que tiene más inseguridad alimentaria y la clasificación de seguridad alimentaria de estas personas es igual a las personas que normalmente se encuentran en el Corredor Seco… significa que ya están los mismos riesgos en las áreas urbanas que las rurales de siempre”, mencionó.
El estudio exploratorio no representativo, es sobre la percepción universitaria de seguridad alimentaria y asistencia estatal en el que abordaron otros temas, se hizo con entrevistas del 26 al 30 de junio, con la participación de 54 estudiantes universitarios registrados en el directorio de Kobo Collect, y 41 vecinos de estudiantes por registro telefónico.
