Marcar un alto a la contaminación con el uso de plásticos podría ser una victoria para la población mundial en un futuro cercano. Esto debido a que la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), anunció la búsqueda de un primer acuerdo internacional legalmente vinculante (de cumplimiento obligatorio) para el 2024, con el fin de acabar con la contaminación de este producto.

El acuerdo se llevó a cabo el pasado 2 de marzo en Nairobi, Kenia, y contó con el respaldo de jefes de Estado, ministros de Medio Ambiente y representantes de 175 países. Una próxima reunión para discutir los acuerdos técnicos se llevará a cabo a partir del 28 de noviembre en Punta del Este, Uruguay.

Esta es una resolución histórica que aborda el ciclo completo de vida del plástico, desde su producción, diseño y eliminación, de acuerdo con la ONU. Implica un cambio radical para esta industria que se generaliza a partir de la década de 1950 y marca un antes y después en la historia de la humanidad, en palabras de Alberto Quesada Rojas, coordinador regional de Contaminación Marina para la Fundación MarViva de Costa Rica, y quien tiene una participación en esta cumbre como observador y asesor técnico de la sociedad civil.

El uso y desechos de plásticos se han multiplicado en las últimas décadas. Actualmente, genera alrededor de 400 millones de toneladas de basura por año, lo cual de seguir así duplicará su impacto en el 2040.

Quesada Rojas es un activista ambiental costarricense que lanza el planteamiento de que este producto es un monstruo demasiado grande para atacar desde un solo flanco.

En su paso por Guatemala en compañía del medioambientalista Sergio Izquierdo, Quesada explica los alcances de este acuerdo y la necesidad de sumar esfuerzos entre países, entre estos toca el caso del conflicto por la contaminación del río Motagua entre Guatemala y Honduras.

LH: Es la primera vez que se establecen acuerdos y plazos para atender una problemática global. ¿Qué implica esta decisión histórica?

Es el reconocimiento de la comunidad internacional de que estamos ante una crisis ambiental, económica y social producto del plástico. Un material que desde hace 70 años nos cambió la vida. Sin embargo, paralelo a sus beneficios tuvo un impacto negativo.

Es la primera vez que la comunidad admite que estamos en un problema serio que no podemos ignorar más si no cambiamos el status quo hacia el 2040 tendremos cuatro veces la cantidad de desechos plásticos que están en los espacios marinos, imaginemos cuando eso se cuadruplique en menos de 20 años.

LH: ¿Qué significan los acuerdos legalmente vinculantes entre países?

Hay que aclarar que la resolución llama a empezar la negociación. Todavía no se tiene un tratado internacional, sino que este comienza a escribirse en noviembre, pero el resultado debería contener provisiones vinculantes.

LH: ¿Qué conclusiones obtiene de la visita con las autoridades del Ministerio de Ambiente de Guatemala y el caso de contaminación del río Motagua?

Es un perfecto ejemplo de la necesidad de una regulación internacional. Aquí en la región es muy cándida la situación de Honduras y Guatemala respecto al río Motagua. Otro ejemplo es la magnitud del problema que tiene China con 5 ríos que son los que más desechos plásticos envían a los océanos. Sin embargo, estos plásticos llegaban al territorio chino desde distintos afluentes.

El problema se manifiesta una y otra vez de manera transfronteriza. Tanto en Guatemala como en la mayoría de los estados hace falta mucho. Los basureros no se encuentran en las mejores condiciones y mientras estamos atestados intentando gestionar desechos, también es necesario empezar a cerrar la llave.

 

Si seguimos tratando de limpiar un río, estamos siendo poco eficientes. Las autoridades de ambiente de Guatemala están en la construcción de un plan de acción, tienen personal técnico con claridad de la problemática y la gestión para reducir gradualmente los plásticos del mercado.

LH: Pero los dictámenes técnicos muchas veces quedan relegados con las decisiones políticas.

Aunque son decisiones políticas, el problema es técnico y requiere de datos. La mejor gestión es evitar el residuo y proponer alternativas al uso del plástico. Existen herramientas para consumir en papel o vidrio a un mejor precio.

Al final estos son altos costos políticos ante demandas internacionales para los estados. Por eso la importancia de reducir. Una valla (biobarda) para detener el problema es de lo más ineficiente que puede existir.

Y es que la principal fuente de contaminación marina son los microplásticos y fibras, los cuales no quedan en esas redes. Las bardas son mediáticas, no tienen ningún sustento.

LH. ¿Cuál es el rol de los empresarios productores de plástico en esta negociación para empezar a cerrar la llave de la contaminación?

Por supuesto, ningún sector de la economía está dispuesto a reducir la producción de forma voluntaria, es lo mismo en todas partes. Usualmente se han enfocado en promover la recuperación y reciclaje. Este es un guion de la industria desde la década de 1970, a pesar de que se sabe que la mayoría de los plásticos son difíciles de reciclar.

Centroamérica es una región vulnerable por encontrarse en medio de dos océanos. Existe un miedo a la pérdida de empleos, este es un fantasma enorme que nubla la mente de las autoridades por el costo político.

Sin embargo, estudios confirman que las producciones alternativas sostenibles pueden generar más empleo, especialmente porque no producimos resina (materia prima).

 

Cito los casos de legislaciones recién aprobadas en Panamá y Colombia que prohíben gradualmente la importación y comercialización hasta de 15 tipos de productos con plástico.

Al final, que un Estado no aplique alguna medida de reducción se está quedando atrás.

LH: En la reunión de Nairobi, algunos medios internacionales se refirieron a la postura cauta del representante de Guatemala ¿qué opinas al respecto?

Este no es un problema que se pueda resolver solo, requiere de la acción conjunta. Resalto que en nuestros países tenemos muchos problemas con las autoridades para resolver todo al mismo tiempo. La contaminación por plástico también genera desempleo, pobreza y reducción de los recursos naturales.

La contaminación no es tener el río limpio porque se ve bonito, es un problema económico. Parte de la negociación pasa por el financiamiento internacional, pues no todo el problema de desechos viene de Guatemala. Es decir, no solo es entre vecinos, es global.

Esperaría también un rol más activo, sino manifestarse a lo largo de la negociación. Parece que no tienen planeado ir al siguiente encuentro. Mientras, los países petroleros han dicho que dependen de la producción de plástico, lo que genera bastantes ganancias a la industria petrolera, incluso más que el combustible.

LH: ¿Cuál es su recomendación en este acuerdo para Guatemala?

Las autoridades de Guatemala tienen que sumarse a la negociación del acuerdo internacional sobre contaminación por plásticos. Si hay una manifestación perfecta de este caso es la relación Guatemala, Honduras por el río Motagua, elementos y escenarios que se van a atender y analizar.

 

Necesitamos que los representantes de los países latinoamericanos tengan liderazgo. Una vez salimos de las negociaciones políticas, pasamos a la negociación técnica. Este es un acuerdo internacional que eventualmente afectará a todos los estados del mundo, y se va a negociar con o sin su representación. Por tanto, creo que es mejor negociar con su representación.

En la fotografía Alberto Quesada Rojas. Foto: La Hora/Cortesía
PERFIL

Licenciado en Ciencias Políticas con una maestría en administración de empresas. Ha trabajado con diferentes legisladores de Costa Rica y dos expresidentes. Desde hace nueve años trabaja en la Fundación MarViva como encargado de los temas de contaminación marina, gestión de residuos y plásticos.

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