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La creación del SINAE es un ejemplo de cómo algunos programas de gobierno tardan más en tomar impulso. Foto: La Hora / Mineduc / Redes Sociales

La creación del Sistema Nacional de Acompañamiento Educativo (SINAE) es un ejemplo de cómo algunos programas de gobierno tardan más en tomar impulso que en quedar en el olvido con el cambio de autoridades.

El programa fue concebido como un pilar para la tan ansiada mejora de la calidad de la educación del sector oficial.

El SINAE tuvo poco menos de dos años de vida. Más de 400 supervisores fueron formados en un programa que se implementó en su primera fase en nueve departamentos con una inversión de Q90 millones.

Actualmente la labor de los profesionales llamados a gestionar la calidad de la enseñanza en las aulas y brindar acompañamiento a los docentes en el cumplimiento del Currículo Nacional Base quedó reducida nuevamente, a tareas de oficina con la gestión de la ministra de Educación, Claudia Ruiz.

Esto es parte de lo que nos cuenta José Moreno Cámbara, quien fungió como viceministro de Diseño y Verificación de la Calidad Educativa en el Ministerio de Educación (Mineduc), durante el periodo del presidente Jimmy Morales, del 2016 al 2020. Un vicedespacho que también fue clausurado con la actual ministra.

Moreno formó parte del equipo del ministro Óscar Hugo López, de los pocos funcionarios que logró permanecer los cuatro años de gobierno, sin rotaciones en los cuatro viceministerios.

 

A continuación, el exfuncionario detalla el esfuerzo que tomó el diseño de este programa, las razones de su pronto cierre, una experiencia frustrante que a la vez refleja una problemática constante en el Ejecutivo.

¿Cuál es el rol de un supervisor en la calidad educativa?

Uno de los problemas como nación es que no se ha definido el concepto de calidad educativa. Encontramos ese dilema en nuestra gestión y nos percatamos de que no se tenía un concepto definido. Los organismos internacionales lo enfocan hacia la eficacia de los recursos. Por tanto, se estructuró un concepto denominado multidimensional. Este constructor consta de cinco partes: 1. El alumno: su seguridad y bienestar; 2. El entorno: instalaciones escolares; 3. Los contenidos, que son el talón de Aquiles; 4. Los procesos y 5. Los resultados.

Estas cinco dimensiones responden a un entorno social, cultural y político particular, las cuales están hilvanadas por dos actores: directores y docentes de los centros educativos.

Pero era necesario un ente externo que coordinara sus necesidades y los supervisara. Desafortunadamente, los pocos supervisores se vieron sobrepasados. Hubo una época de oro, en el año 2000, en que hubo muchos de ellos, pero se empezaron a jubilar y fueron rebasados en número.

¿Cuál fue el escenario que encontraron?

Los supervisores atendían de 150 a 200 centros educativos cada uno. Se convirtieron en un ente de trabajo administrativo, encargados de chequear actas, inscripciones, pero sin capacidad de llegar al aula y apropiarse de los contenidos y vivencias de los alumnos.

 

Surgieron varias ideas de cómo modificar el sistema de supervisión. Ello significaba sacarlos de su zona de confort, con nuevas tareas. A su vez, los establecimientos (privados y oficiales) tampoco querían ser sometidos a un control pedagógico.

Algunos de ellos empiezan a jubilarse y los coordinadores Técnicos Pedagógicos y Técnicos Administrativos (CTP y CTA) asumen funciones de supervisión. Dejó de ser funcional. En ese momento surge el interés de un nuevo ente que acompañe la labor docente.

¿Así surgió la propuesta del SINAE?

La idea viene desde el 2013, pero había temor de echarla a andar, se hizo hasta 2017. El programa hizo una redistribución de los distritos escolares: En la primera fase se crearon alrededor de 400 plazas, con tres niveles de supervisión distintos. El objetivo era que la calidad educativa pudiera llegar al aula, con pertinencia cultural y lingüística.

La capacitación fue ardua. Se contó con la asesoría del experto estadounidense Donald Wise, se hicieron convocatorias internas y externas para que todos participaran, fueron sujetos a entrevistas y pruebas diagnósticas. No todos los antiguos supervisores ganaron la prueba.

El SINAE tampoco fue bien recibido por el sindicato, pues el proceso de selección era transparente, con base en méritos. Quisieron nombrar gente, pero no se les dio cabida y eso nos ganó enemistades.

¿En qué consistió la estrategia?

Los supervisores en activo fueron nombrados como Coordinadores Distritales mientras llegara el tiempo de su jubilación. Estimamos que en un periodo de diez años ya no habría supervisores bajo el amparo del Acuerdo Gubernativo 123 “A”, vigente desde 1965.

A lo largo del 2017 se preparó el programa para arrancar la primera fase en agosto del 2018. Se comenzó con 69 municipios de 9 departamentos y terminó en 95 municipios. Esto tomó en cuenta el occidente, Chiquimula y Petén.

 

Los cinco criterios prioritarios fueron: tasa neta de cobertura, grado de deserción, grado de fracaso escolar, índice de desarrollo humano y personal formado.

¿A qué atribuye que la ministra engavetara el programa?

La ministra Ruiz viene de la supervisión y se sintió agredida, por eso boicoteó el SINAE, pues su gremio iba a ser suplantado. Por esa razón en contubernio con el líder sindical Joviel Acevedo comenzaron a molestar, pero no encontraron reparos.

Además, suprimió el Vicedespacho de Calidad Educativa. No tiene funcionarios nombrados.

¿Cómo interpreta la falta de continuidad de las políticas educativas y cuál es su impacto?

Es una mala concepción de la gestión pública. El sistema tiene un freno cada cuatro años, por eso no evoluciona, además entorpecido por un sindicato totalmente nefasto. Este corte provoca un daño al sistema, situación que es aprovechada por el sindicato para demostrar que solo ellos tienen continuidad.

La suma de ambos factores provoca la falta de políticas nacionales de educación y de políticas de gobierno que se agotan en cada periodo.

¿Cómo se siente con el final de este proyecto?

Verlo desbaratado me frustra totalmente. Hubo un esfuerzo económico, intelectual y de voluntades que pretendía lograr un cambio, el cual se dio, pero no se dejó madurar y ahora se circunscribe de nuevo a otras funciones.

Es un retroceso total cuando tienes a personal sobrevalorado sentado en un escritorio haciendo exactamente lo mismo: llenar los libros de actas, cumplir con los días de clase y entregar las actas de cierre del ciclo escolar.

A LA ESPERA DE RESPUESTAS

Estamos a la espera de la respuesta de la ministra de Educación, Claudia Ruiz y del dirigente sindical Joviel Acevedo, ante las alusiones directas, las que se compartirán al recibirlas.

PERFIL DE JOSÉ MORENO CÁMBARA

– Doctor en Astronomía con estudios de licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales.
– Maestría en Astronomía y Astrofísica.
– Licenciado en Educación de Matemática y Física.
– Licenciado en Optometría.
– Docente de matemática, estadística, bioestadística y física en diversas universidades del país.
– Maestro en Educación Primaria y catedrático en las áreas de Matemática, Física, Estadística, Computación, Electrónica digital y Sociología.

 

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