Se han monitoreado casos en niñez y adolescencia que cumplan con el perfil necesario, para que puedan ser atendidos. Foto La Hora

Los niños y adolescentes también suelen ser víctimas de violencia sexual y trata de personas, aunque se conoce en menor porcentaje que las mujeres, lo cual se explica en que existe un alto subregistro en las estadísticas por este tipo de delitos, pues muchas veces se callan. Las denuncias masculinas de este tipo se consideran un tabú.

“Es una problemática pocas veces abordada y en donde las cifras no reflejan la situación real, es más elevado; se estima que de cada 10 víctimas, tres son hombres, en su mayoría niños y adolescentes”, expone Dino Villalta, director de Desarrollo y Comunicación de Asociación Alianza.

“En general suelen ingresarlos a otro tipo de albergues. En el caso de la trata, sucede que no existe la autodenuncia, es imposible que alguien se acerque y denuncie su caso. Es tal el desconocimiento, que se requiere personal especializado y capacitado para detectar a las víctimas. No hacerlo es negarles el acceso al servicio integral y diferenciado que necesitan”, agregó.

El nuevo espacio ofrece un abordaje desde el ámbito psicológico y social con un equipo formado por especialistas en violencia y trata. Foto La Hora

Con el objetivo de dar una respuesta integral a los menores que viven esta realidad, este miércoles se inaugura la primera residencia en Guatemala especializada para adolescentes hombres víctimas de este flagelo.

Se trata de un proyecto de Asociación La Alianza Guatemala y Covenant House International, con financiamiento del Departamento de Estado de Estados Unidos.

La residencia se ubica en la aldea San Juan del Obispo, Antigua Guatemala; con capacidad para atender a 20 jóvenes. Contará con un equipo de 20 personas para colaborar en educación, psicología, seguridad, trabajo social, cocina y limpieza, entre otros.

PROBLEMÁTICA INVISIBLE

El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) detalla que en marzo de este año hubo 775 casos de reconocimientos médicos por delitos sexuales, de los cuales 694 fueron de sexo femenino y 81 en hombres. Durante el 2021, este delito representó un total de 7,983 casos, de ellos 732 fueron de varones, lo que representa un 9.17%.

En cuanto a las cifras de tráfico ilícito, el Informe Situación de la Trata de Personas en Guatemala 2020 de la Procuraduría de Derechos Humanos da cuenta que, de un total de 501 víctimas identificadas por este delito en 2020, un 59% fueron mujeres y un 38% hombres. En un 3% de los casos no fue registrado el género de la persona.

Además, en el 54% de los casos no fue registrada la edad; en otro grupo, el 23% eran niños y adolescentes. “El que no exista registro de edad y sexo de la totalidad de las víctimas limita conocer el impacto de la trata de personas por grupo etario y cómo la pandemia del COVID-19 repercutió en ello”, indica el documento.

“El porcentaje de niños detectados ha aumentado de alrededor del 10% a más del 30%. En el mismo periodo el porcentaje de hombres adultos casi se ha duplicado, pasando de alrededor del 10% al 20% en 2018”, añade el estudio.

Personas agraviadas por delitos de Violencia Sexual y Trata de Personas. Vía MP

ABORDAJE ESPECIALIZADO

De acuerdo con Villalta se han monitoreado casos con jueces de niñez y adolescencia que cumplan con el perfil necesario, para que puedan ser atendidos de ser necesario.

El nuevo espacio ofrece un abordaje desde el ámbito psicológico y social con un equipo conformado por especialistas en violencia y trata, respetando la identidad de género.

En educación, se impartirán clases presenciales, si fuera necesario, alfabetización y se contempla impartir educación vocacional para ofrecerles capacidades técnicas que les permitan continuar con sus vidas.

POR QUÉ LOS HOMBRES CALLAN MÁS EL ABUSO

La perspectiva de género no se refiere únicamente a las mujeres, aunque ciertamente han vivido mayores desigualdades; hemos trazado una línea estratégica que se orienta al logro de la equidad e igualdad en el acceso de oportunidades, afirmó Carolina Escobar Sarti, directora de Asociación Alianza.

“Al referirnos a la violencia sexual y trata de personas, abordamos a niños y adolescentes en una Guatemala bastante machista. Hasta ahora las jóvenes están comenzando a hablar de sexualidad, lo que nuestras madres y abuelas callaron durante generaciones. Ni siquiera se permite hablar de educación integral en sexualidad”, agregó.

Aseguró que lo anterior “se debe a un proceso de socialización que hombres y mujeres pasamos por igual, pero de diferente manera, según como nacimos. No es neutral nacer hombre o mujer en una sociedad como Guatemala”.

La sexualidad es un tema tabú en una sociedad como esta, por eso cuando un niño o adolescente toca este tema, generalmente se relaciona con su masculinidad, explicó Escobar Sarti.

La apertura de este inmueble es un logro fundamental en el país y la región. Foto La Hora

“A los hombres se les enseña a no llorar, a no mostrar sus sentimientos, menos hablar de sexualidad, a menos que sea en términos de poder”, lamentó

Explicó que el abuso sexual se da en un alto porcentaje de hombres hacia mujeres; segundo, de hombres hacia hombres; y muy escaso, de mujeres hacia hombres. Por lo tanto, el abordaje en violencia sexual y trata de personas debe de ser diferente. La burla desde la masculinidad llega más rápido. El trauma en el cuerpo puede ser igual, pero la socialización hace que los hombres callen más, porque el sexo está relacionado con el poder.

DIFERENCIAS Y SIMILITUDES POR GÉNERO

La violencia sexual sucede con más frecuencia en niñas y adolescentes, en donde los agresores muchas veces forman parte del núcleo familiar más cercano de la víctima: padres, abuelos o padrastros. En el caso de los niños, generalmente los victimarios son los tíos, vecinos u otras personas de su entorno de confianza, explica Villalta.

En cuanto a la trata, con las niñas la estrategia más común es que son captadas por los novios; después les ofrecen pertenecer a grupos de jóvenes como forma de reclutamiento.

Esta es la tabla de sexo de las víctimas de Trata de Personas detectadas en 2018-2020. Foto La Hora/PDH

Las mujeres generalmente son obligadas a trabajar en bares para luego prostituirlas; en los hombres, se da más en el trabajo forzado, la explotación laboral y mendicidad. Aunque, en algunos casos, las modalidades se cruzan, explica el especialista de Asociación Alianza.

“Existe una resistencia por parte del Estado para abordar estos casos que son abordados como menores en conflicto con la Ley Penal, cuando en realidad son víctimas de trata de personas”, explicó.

Para Escobar Sarti, la apertura de este inmueble es un logro fundamental en el país y la región, ya que por primera vez se cuenta con un equipo especializado formado durante meses en masculinidades diversas, en el trauma diferenciado, con la posibilidad de afinar este modelo de atención según género.

“El sueño es incorporarlo en mayores de 18 años. Nuestros procesos de reintegración continúan con ellos, aunque cuando lleguen a la mayoría de edad”, aseguró.

Este miércoles se inaugura la primera residencia en Guatemala especialiazada para adolescentes hombres víctimas de flagelo. Foto La Hora
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