El deseo de ver a sus dos hijos en Guatemala superarse motivó a Walter Santos a edificar ese futuro desde California, Estados Unidos y ahora con mucho esfuerzo, trabajando en el área de construcción y electricidad, sigue impulsando a sus seres queridos para que cumplan sus sueños.
“Por casos que se dan en mi vida decido emigrar a este país, en el 2004, y desde ese entonces radico en los Ángeles, California. Ahora prácticamente cumplo 18 años de estar acá el 23 de noviembre de este año”, contó a La Hora Voz del Migrante.
PREVIO A DECIDIR MIGRAR
Antes de salir del país intentó progresar trabajando en algunas empresas, incluso recuerda que fue cajero en una gasolinera en la colonia Monserrat, Mixco. En Guatemala obtuvo su título de Bachiller en Computación.
Walter empezó a estudiar en la Universidad de San Carlos, llegó su segundo hijo y eso lo llevo a tomar la decisión de migrar, porque quería ofrecerle un futuro mejor a su familia, “dejé a mi hijo de dos meses, me vine para acá a empezar una vida muy difícil y diferente”.
UN NUEVO COMIENZO
El guatemalteco cuenta que empezar de nuevo fue todo un reto, pero que la clave es “venir a trabajar y tratar de crecer y hacer algo por sus propios medios”. Seguro de sus palabras reitera que todo cuesta y estar fuera de Guatemala es difícil.
Sus pensamientos al principio lo abrumaban porque sentía que debía cumplir con bastantes compromisos, pero esto también se convirtió en su impulso para seguir adelante, recordando que cada persona que conoce marca su vida y que todo es por sus seres queridos.
“Hay días y momentos en que quisieras estar en Guatemala verdad, pero lastimosamente está peor que cuando uno se vino, por lo menos antes recuerdo que crecí en mi colonia y salíamos a jugar y ahora mis hijos crecieron en esa misma colonia, pero no pueden salir porque están como en una cárcel”, relató.
Pero con su trabajo ha logrado durante estos años lo más importante, su meta principal, sacar adelante los estudios de sus hijos, alimentación y cualquier necesidad que requieran para que se preparen y con ello construyan sus propios sueños.
CONSTRUCCIÓN Y ELECTRICIDAD PARA RESPALDAR A SU FAMILIA
Al llegar a Estados Unidos, el guatemalteco empezó a trabajar con sus hermanos en el sector de la construcción y ese fue su primer empleo “ese ha sido el trabajo que más he hecho en este país. En el 2008 cuando fue la recesión entré a trabajar a un hotel y estuve nueve meses y de nuevo volví a la construcción”.
En estos últimos años tuvo la oportunidad de entrar a una compañía de electricidad y a eso se dedica en la actualidad. Su trabajo es de lunes a sábado y se enfoca en los centros comerciales remodelando las tiendas.
HACE EJERCICIO PARA MANTENERSE SALUDABLE
Para mantenerse saludable, el guatemalteco decidió dedicarle más tiempo al ejercicio, “voy por las noches al gimnasio unas cuatro veces a la semana y pues eso es lo que hago aparte de trabajar”.
Antes Walter jugaba fútbol, pero ahora decidió dedicarse a ejercitarse.
SU COMIDA FAVORITA ES EL HÍGADO ENCEBOLLADO
Para el guatemalteco el hígado encebollado es una de sus comidas favoritas y aunque podría hacerlo en Estados Unidos, ya tiene varios años que no lo vuelve a degustar y con cariño recuerda que su mamá se lo preparaba cuando estaba en Guatemala.
“Lastimosamente mi mamá murió hace cinco años, pero ya no lo he comido, creo que tengo como unos ocho años de no comerlo. Creo que se volvió en algo favorito porque cuando era pequeño mi mamá hacía caldo de mariscos y a mí no me gustaba entonces ella hacía otra cosa para mí”, dijo.
En Estados Unidos viven casi todos sus hermanos y en Guatemala ya solo quedo uno, así que, aunque se encuentra en el extranjero no se siente solo.