Dennis Orlando Escobar Galicia

 “Un país intercultural, multiétnico, plurilingüe.

¡Viva la Guatemala plural!”

 

Gonzalo Asturias Montenegro

 

En FILGUA 2022, realizada en noviembre, se presentó el libro Los hijos de la chingada, de 411 páginas, editado por Editorial Piedrasanta. La obra catalogada como ensayo de ciencias sociales y políticas es autoría de Gonzalo Asturias Montenegro (1942), periodista, ensayista y escritor guatemalteco que dirigió varios medios periodísticos escritos, de radio y televisión. Fue, además, presidente de la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG) y recientemente columnista de elPeriódico.

El texto, subtitulado ¡Por qué los guatemaltecos somos así!, resulta atrayente por su título y porque motiva a la reflexión y a sumar criterios sobre una de las preguntas fundamentales que desde hace mucho nos hacemos los pobladores de este territorio llamado Guatemala:  ¿Cómo somos, en términos generales, los guatemaltecos de este país pluricultural, multiétnico y multilingüe? ¿Cómo definir la personalidad o idiosincrasia del guatemalteco?

La oba está inspirada de la lectura que Gonzalo Asturias llevó a cabo de El laberinto de la soledad (1950), obra del mexicano Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura en el año 1990, ensayo cuyo tema toral es la preocupación del autor por encontrar una respuesta sobre la idiosincrasia del pueblo mexicano; desde la conquista, colonia, reforma, revolución y siglo XX.

El laberinto de la soledad “se ha caracterizado sin lugar a dudas en ser paradigma de discusión de los rasgos culturales y afectivos que caracterizan al ser mexicano y su afán por identificarse en el curso de su accidentada historia.” 

Para escribir la obra, el autor Gonzalo Asturias, leyó además una abundante bibliografía de autores de libros renombrados y principalmente columnas y artículos periodísticos de hombres y mujeres que escriben en los principales medios impresos de Guatemala. El lector, entonces, encontrará, entre otras,  citas de Severo Martínez Peláez, Miguel Ángel Asturias, Mario Roberto Morales, Horacio Cabezas Carcache, Marta Elena Casasús Arzú, Jaime Barrios Carrillo, Francisco Pérez de Antón, Irma Alicia Velásquez… ¡Son muchos los autores referidos!

Para Octavio Paz “La Chingada es la madre abierta, violada o burlada por la fuerza. El ‘hijo de la chingada’ es el engendro de la violación, del rapto o de la burla. Si se compara esta expresión con la española, ‘hijo de puta’, se advierte inmediatamente la diferencia. Para el español la deshonra consiste en ser hijo de una mujer que voluntariamente se entrega, una prostituta, para el mexicano, ser fruto de una violación…Si la Chingada es una representación de la madre violada, no me parece forzado asociarla a la conquista, que fue también una violación, no solamente en el sentido histórico, sino en la carne misma de las indias”. 

Con respecto al uso del término chingada, Asturias Montenegro nos cuenta la siguiente anécdota: “En una ocasión, cuando visité en su despacho al embajador de México en Guatemala, Romeo Ruiz, le conté de mi libro: ‘Entonces, usted es hijo de la chingada’. Sonriendo, le repliqué: ‘Usted también, señor embajador; los dos lo somos’. ¡Nunca imaginé que, en su cara, le diría a un embajador que era hijo de la chingada!”

El libro está escrito para provocar inquietud reflexiva en un público amplio, no necesariamente académico; por lo que muchas de las ideas son expresadas de manera descarnada, “sin pelos en la lengua”, dice el autor. Además fue estructurado con capítulos breves, así como también los subtítulos de los mismos.  Coincido con el autor en que es muy reiterativo en sus tópicos torales, al punto que algunas veces sentimos empacharnos de lo mismo. En algún momento pensé: ¡Bueno…soy un hijo de la chingada y qué putas!

Gonzalo Asturias se muestra bastante crítico con respecto a los rasgos culturales e idiosincrasia de los guatemaltecos, al punto que como libre pensador no deja santo parado y así como lanza serios cuestionamientos y críticas a las posiciones de izquierda también lo hace con las de las derechas. No obstante reconoce aciertos y desaciertos en ambas posturas. Esto para algunos, principalmente para los extremistas y para los que veneran sus doctrinas, no gustará y lo tildarán de escritor de medias tintas.

En lo personal,  de lo más relevante de la obra es,  -con suficientes argumentos propios y de los muchos autores citados- cuando  se nos define como mestizos, es decir: hijos de madres indígenas violadas en una invasión, conquista y demás. Al respecto, Mario Roberto Morales, citado por Asturias Montenegro, dice: “En Guatemala todos somos mestizos: lo son los ladinos, los indígenas, los ‘mayas’ e incluso quienes se dicen ser ‘blancos’.”  También me parece notable la polémica que puede despertar con respecto a la Independencia. Para el autor la Independencia no fue una fecha, sino un proceso. Dice que fue de 1811 a 1823 y que, por lo tanto, deberíamos de conmemorarla en dos fechas: el 15 de septiembre y el 1 de julio.

En concreto,  la parte cardinal  del ensayo y propuesta de Gonzalo Asturias Montenegro es la de “construir una personalidad propia a partir del mestizaje biológico y cultural, porque hoy toda la población guatemalteca es biológicamente mestiza, como mestizas son también las culturas. No hay que tener complejos por ser hijos de la chingada –que todos los seres humanos lo somos-, ni por no ser blancos ni por ser supuestamente feos. Con orgullo afirmémonos como mestizos. De ninguna manera debemos sentirnos señalados por nuestro origen.” 

La obra Los hijos de la chingada tiene mucho material para comentar, en virtud de que contiene doce capítulos: Los hijos de la chingada, Los blancos como seres superiores, El racismo indígena y el racismo blanco, El licor como escape del hijo de la chingada, El odio y el amor se aprenden, Multiculturalidad guatemalteca. La grandeza de los mayas, Cultura de culturas, Las luchas heroicas y olvidadas, Pedro de Alvarado y Tecún Umán, La Independencia y el Independency Day, Liberación total del ser humano.  Y cada capítulo con una gran variedad de subtítulos.   Algunos capítulos y subtítulos se prestan para reafirmar ideas, otros para reflexionar y también otros para provocar polémica y hasta disensiones. En la presentación nos dice el autor: “Como toda obra, este ensayo tendrá aciertos y desaciertos. No pretende sentar cátedra, ni asegurar que todo es y será como quedó escrito. Por el contrario, a partir de una propuesta, como autor deseo abrir un debate enriquecedor. No me asusta la polémica, sino que no la haya.”

Pues bien…tomándole la palabra al autor: Me llama la atención que Asturias Montenegro en el Capítulo  X  PEDRO DE ALVARADO Y TECÚN UMÁN no menciona –ni por asomo-  la obra La Máscara de Tekúm de Guillermo Paz Cárcamo (1938-2021). Me sorprende porque dicho libro cuando se publicó generó polémica entre algunos intelectuales kichés, tal el caso de Luis Enrique Sam Colop (1955-2011). En un entrevista de Francisco Mauricio Martínez de Prensa Libre, Paz Cárcamo expresó lo siguiente sobre Tecún Umán:  “Es una leyenda que no tiene asidero histórico en ninguna de las fuentes del país. Con este mito evitaron elevar realmente a la categoría de héroes a los verdaderos.”  ¿Acaso Asturias Montenegro no conoce el libro de Paz Cárcamo o no lo menciona para no restarle mérito al poema de Miguel Ángel Asturias?”

No obstante que el libro fue revisado por varios académicos en su primera versión, según lo expresa el autor en los agradecimientos, el subtítulo me parece bastante confuso, no entiendo el motivo de los signos de admiración o   exclamación en una frase que más parece pregunta: ¡Por qué los guatemaltecos somos así! Les consulté a filólogos y escritores y también les pareció impreciso el uso de dichos signos.

Artículo anteriorExpectativas y realidades del ChatGPT
Artículo siguienteInacif revela la causa de muerte de Ana Sofía Alegría Batres