La quiebra de dos bancos en Estados Unidos, en menos de una semana, ha despertado los recuerdos de la pasada crisis financiera de ese país en 2008. Foto: La Hora

Como si de un déjà vu se tratase, la quiebra de dos bancos en Estados Unidos, en menos de una semana, ha despertado los recuerdos de la pasada crisis financiera de ese país en 2008, y avivado los temores de una recesión económica con efectos de alcance mundial.

En un escenario donde las autoridades estadounidenses no puedan contener este debilitamiento en el sistema financiero, tanto las remesas como el comercio exterior de Guatemala recibirían daños colaterales, de acuerdo con economistas consultados por La Hora Economía.

Desde el sábado 11 de marzo pasado los titulares de los medios en el mundo mantienen vivo el nombre del Silicon Valley Bank (SVB), pese a que sus acciones parecen estar bajo tierra.

La quiebra de esta entidad bancaria, reconocida por financiar al sector tecnológico innovador o startups del Silicon Valley en California, vino acompañada por otra caída aunque de menor importancia: la del Signature Bank, con sede en Nueva York.

Cabe destacar que en términos de influencia, el SVB era el banco número 16 de EE. UU., y el segundo de mayor relevancia en California. Su quiebra y el del Signature Bank se perfilan como dos de los tres mayores hechos en la historia de la banca estadounidense, después del colapso del Washington Mutual en 2008.

EL CAMINO QUE LLEVÓ A LA QUIEBRA AL SVB

Parte de la caída del SVB se remonta hasta su nacimiento. De acuerdo con Emily Flitter, corresponsal financiera del New York Times, este banco comenzó a inicios de la década de 1980. Durante sus primeros años no creció rápidamente, pero un negocio secundario de capital de riesgo lo mantuvo a flote.

 

Fue hasta que el CEO Greg Becker tomó las riendas, que la cartera del banco terminó siendo solo capitales de riesgo o «venture capital», inversiones y créditos para empresas emergentes.

Sin embargo, una barrera impedía su expansión: tras la crisis de 2008 se estableció que aquellos bancos con más de US$50 mil millones en activos estarían bajo un radar de regulación más estricto.

Emily Flitter, corresponsal financiera del New York Times. Foto La Hora Talking Biz News

Una década después del suceso que llevó a la quiebra a cientos de bancos, el Congreso de los EE. UU. suavizó las normas que obligaban a estas instituciones a mostrar anualmente su fortaleza y les prohibía dedicarse a actividades de alto riesgo con el dinero de sus clientes.

Desde 2018, las regulaciones más estrictas aplicaban sólo para bancos «demasiado grandes para quebrar» con activos por arriba de los US$250 mil millones.

Bajo ese contexto, se suponía que bancos como el SVB no eran una amenaza para el sistema. Esto llevó los activos del SVB de US$45 mil millones en 2016, a US$200 mil millones al cierre de 2020, sumado al dramático crecimiento del sector tecnológico motivado por el otorgamiento de créditos a bajas tasas de interés.

Con millonarias cuentas de empresas startup entre sus clientes (empresas de nueva creación), y cuyos depósitos no están al 100 por ciento cubiertos por la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) por superar los US$250 mil, el SVB decidió colocar su excesiva liquidez en Bonos del Tesoro del gobierno estadounidense, con un plazo de vencimiento de 20 o 30 años.

“Lo hacen porque se puede ganar más dinero durante más tiempo en un entorno en el que las tasas de interés son realmente bajas”, explicó Flitter para The Daily.

Los Bonos del Tesoro son títulos de deuda de bajo riesgo que emiten los gobiernos para financiar lo que no cubren los ingresos por impuestos, déficits o proyectos de infraestructura. En ese entonces, con tasas de interés excesivamente bajas, algunas entidades financieras colocaron sus inversiones en estos bonos para tener una mayor seguridad.

 

Sin embargo, los directivos del banco con sede en California no contaban con que una pandemia y una guerra en Europa del Este aumentarían la inflación más de lo esperado, lo que llevó a la Reserva Federal (Fed, en inglés) a aumentar la tasa de interés de referencia de 0 por ciento en marzo de 2020 a 4.50 por ciento en febrero de 2023.

MENOS RENDIMIENTO LLEVA AL RETIRO DE DEPÓSITOS

El alza en los intereses de los Bonos del Tesoro se perfiló como una pieza clave en el tablero, pues la mayoría de los activos del SVB estaban en dichos bonos, mientras que su cartera de créditos era muy baja. Es decir que estaba más expuesto al riesgo de mercado que al riesgo de crédito.

Esto pasó factura en sus balances cuando las tasas empezaron a subir y sus inversiones en bonos a bajar. El economista y catedrático de la Universidad Francisco Marroquín, Clynton López, lo explica así:

 

“El portafolio de inversiones del banco (mayoritariamente en Bonos del Tesoro) perdió valor de mercado por la subida de tasas de interés de la Fed. Estas pérdidas adicionales generaron desconfianza en los clientes del banco y aceleraron la salida de depósitos, lo cual llevó a las autoridades a intervenir el banco”.

Lo anterior, significa que los clientes del SVB comenzaron a retirar su dinero en efectivo, en búsqueda de mejores rendimientos. Una medida que se da en medio de una crisis en el sector tecnológico, en la cual compañías como Meta y Amazon han realizado despidos masivos para paliar el aumento de los costes de los préstamos y la inflación.

El economista y catedrático de la Universidad Francisco Marroquín, Clynton López. Foto la Hora New Media UFM

Para hacer frente a esos retiros, el banco decidió vender toda su cartera de Bonos del Tesoro de largo plazo valorada en US$21 mil millones en un período de 24 horas. Esta medida los llevó a perder US$1 mil 800 millones y en la caída del 60 por ciento de sus acciones en Wall Street.

¿POR QUÉ PERDIÓ ACTIVOS EL SVB?

El vender sus bonos en un solo día y a un precio más barato que el inicial despertó alertas entre los clientes e inversionistas de capitales en riesgo. El hecho de asumir pérdidas de US$1 mil 800 millones dejaba en claro que el SVB tenía urgencia de liquidez. Con lo cual sacaría acciones para conseguir fondos y así cubrir esas pérdidas.

Por ejemplo, cada bono costó US$1 mil y así se registran en la contabilidad del banco. Cuando las tasas de interés empiezan a subir, el precio de los bonos en el mercado bajan, por lo cual venderlos conlleva a ofrecerlos por debajo de los US$1 mil.

El precio del bono baja porque, si este tenía una tasa del 1 por ciento, pero ahora las tasas de interés suben al 3 por ciento, los inversionistas se inclinaran a invertir en los nuevos bonos al 3 por ciento; por consiguiente, para deshacerse de los bonos con tasa al 1 por ciento deben venderlos más baratos.

“La caída del precio de estos bonos, que supuestamente son de riesgo cero, se debe al exceso de deuda del gobierno estadounidense. El desencadenante de este desorden financiero bancario se generó por un desorden macroeconómico fiscal”, explicó Miguel Gutiérrez, economista de la Fundación Economía para el Desarrollo (FEDes).

SIGNATURE BANK LE SIGUE

No habían pasado ni dos días desde que la Corporación Federal de Seguros de Depósitos tomó la administración de los activos del SVB, cuando uno de los bancos más amigables con el sector de las criptomonedas, el Signature Bank, también quebró.

Signature Bank tenía US$88 mil 600 millones en depósitos al 31 de diciembre de 2022. A diferencia del SVB, el banco con sede en Nueva York tenía una cartera de activos más diversificada y solo una pequeña parte de la misma eran Bonos del Tesoro. Sin embargo, un buen porcentaje de sus fondos eran de clientes de criptomonedas.

Tras el colapso de FTX (plataforma de intercambio de criptomonedas) en noviembre pasado, Signature Bank empezó a reducir los depósitos procedentes del mundo crypto.

En su intento de afianzar la confianza, el banco recordó a sus clientes que el 80 por ciento de sus depósitos procedían de empresas medianas. Pero esto no fue suficiente en un panorama en el cual el 90 por ciento de sus fondos no estaban asegurados por el FDIC, según Infobae.

Además, días antes su oponente amigable con las criptomonedas, el Silvergate Bank, anunció que cerraría y liquidaría voluntariamente «a la luz de los recientes desarrollos de la industria y la regulación». Este escenario de incertidumbre animó a los clientes de Signature Bank a retirar sus depósitos antes que arriesgarse a perderlos.

Ante esta coyuntura, que despertó pánico y puso números rojos en Wall Street, el Departamento del Tesoro de EE. UU., la Fed y el FDIC indicaron que cubrirán el total de los depósitos del SVB y Signature.

LOS EFECTOS EN GUATEMALA

De acuerdo con López, cuando hay desconfianza en la economía y en el sistema financiero de EE. UU., se podría esperar un efecto a “cortísimo plazo” en las remesas que envían los migrantes al país. Luego, si las sospechas de recesión se materializan, podría derivar en una reducción de demanda de productos guatemaltecos adquiridos por el país norteamericano.

 

“EE. UU., después de pasar por una tormenta financiera, pueden entrar en una recesión aguda. Esta recesión se puede esparcir en todo el mundo y verse afectado el crecimiento económico de Guatemala”, destacó Gutiérrez.

El experto dijo que al haber una baja en los precios de los productos que el país exporta, se pueden dar caídas en el consumo interno y, por ende, en la actividad económica.

¿MÁS QUIEBRAS O RECESIÓN?

La cuerda floja en la que se encuentra el sistema bancario estadounidense puede derivar en una recesión, según el criterio de López.

“De hecho, la crisis de 1929 se inicia con la quiebra de un banco importante en EE. UU. pero, en ese momento la Fed tomó ciertas acciones que potencializaron la recesión. Creo que está actuando (de manera) diferente en esta ocasión”, agregó el catedrático.

Por su parte, Gutiérrez considera que en los próximos días es posible que se dé el cierre de otros bancos importantes como el Charles Schwab Bank. Mientras que López, recordó que la historia ha enseñado que si se pierde la confianza en las instituciones financieras estas pueden quebrar, aún siendo solventes.

LA BANCA LATINA ES SÓLIDA

Según Gutiérrez, las relajaciones en las regulaciones bancarias son un factor que condujeron a la quiebra de ambos bancos, caso contrario al de América Latina, donde asegura que las supervisiones son incluso más estrictas que las de Estados Unidos.

“Guatemala tiene un sistema financiero muy resiliente, muy sólido y seguro. No veo contaminación desde EE. UU. para la banca nacional”, concluyó López.

ACCIONES CAEN ESTE MIÉRCOLES

Entre las noticias más recientes derivadas de la quiebra de ambos bancos, destaca la caída de las acciones en Wall Street este miércoles 15 de marzo. De acuerdo con AP News, el S&P 500 bajó un 1.1 por ciento en las primeras operaciones, mientras que los mercados en Europa cayeron más bruscamente.

Además, una fuente que prefirió el anonimato comentó al referido medio internacional que el Departamento de Justicia y la Comisión de Bolsa y Valores iniciaron investigaciones sobre el colapso de SVB.

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