El indicador mostró un bajo riesgo país para Guatemala. Foto: La Hora

El riesgo país para Guatemala, medido por el Emerging Bond Index (EMBI), es de los más bajos de Latinoamérica. Este indicador, calculado por J.P. Morgan, es utilizado por inversionistas para conocer el comportamiento de la deuda externa emitida por cada país. Mientras exista menor certeza de que el país cumplirá con sus obligaciones, más alto será el punteo del EMBI.

Ostentar un bajo riesgo país puede incentivar la productividad local, sin embargo, Guatemala aún carece de la infraestructura, la certeza jurídica y la mejora de las instituciones públicas para promover la atracción de capitales extranjeros, según las consideraciones de economistas y expertos consultados por La Hora Economía.

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El EMBI es la diferencia entre las tasas de interés que pagan los bonos dolarizados emitidos por países emergentes y en desarrollo, así como los Bonos del Tesoro de Estados Unidos considerados “libres” de riesgos. En palabras del economista José Luis Moreira del Consejo Nacional Empresarial (CNE): “es el precio del riesgo de que Guatemala no pague sus deudas a tiempo”.

Al 25 de enero de 2023, el EMBI de Guatemala se ubicó en 2.21 puntos básicos, reflejando una mejora en comparación con marzo de 2020, cuando en el inicio de la pandemia la puntuación para el país subió a 5.83, la más alta registrada en los últimos cinco años.

Lo anterior significa que, la tasa de Bonos del Tesoro a 10 años (3.51% al 3 de febrero) más el EMBI de Guatemala de 2.21, dan como resultado una tasa mínima de 5.72% que exigiría un inversionista para invertir en el país.

Antes que la pandemia alterara la economía nacional e internacional, Guatemala llegó a obtener un EMBI de 1.63 puntos básicos a finales de enero de 2018 y de 2.19 en el mismo periodo de tiempo del 2019, es decir que en ese entonces el riesgo país era ligeramente más bajo que el registrado este año.

MENOR RIESGO EN LA REGIÓN

De los 17 países evaluados en América Latina, Guatemala (2.21) se encuentra en el sexto lugar como uno de los soberanos con menor riesgo. Los otros cinco países con mayor certeza de cumplir con sus deudas son: Uruguay (1.09), Chile (1.46), Perú (2.10), Panamá (2.19) y Paraguay (2.20).

Los seis países con el mayor riesgo, que superan el promedio a nivel global (3.72) y de la región (4.02), son Argentina (18.34), El Salvador (14.72), Ecuador (11.64), Bolivia (6.62), Honduras (5.63) y Venezuela (4.60).

RIESGO E INVERSIONES

En el 2018, cuando el EMBI llegó a un mínimo 1.63 puntos básicos, el total de la Inversión Extranjera Directa (IED) de Guatemala fue de US$980.7 millones. En el 2019, con un punteo en el rango de 2.15 y 2.19, el monto se redujo a US$976.1 millones.

En el año de la pandemia, cuando el EMBI llegó a un máximo de 5.83, las inversiones extranjeras acumularon US$931.8 millones, es decir que se redujeron un 4.5% en comparación con el 2019.

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En diciembre de 2021 el EMBI se ubicó en 2.71, en dicho año la IED ascendió a US$3,470.6 millones, de esta cifra US$2,248.4 millones corresponden a la adquisición de Tigo por parte de Millicom. Excluyendo la compra de la multinacional, las inversiones extranjeras serían de US$1,222.2 millones.

Mientras que, al cierre de 2022, el EMBI se ubicó en 2.10 puntos básicos y las inversiones extranjeras, registradas al mes de septiembre, acumularon US$801.7 millones.

¿IMPLICA MAYOR ATRACCIÓN DE IED?

Moreira recalca que, si bien en la teoría un riesgo país bajo se transforma en costos de capital bajos para financiar proyectos de inversión, la decisión de invertir en un país no depende solo de dichos costos de financiamiento.

“Depende también del entorno institucional, por eso la calificación soberana es más integral en este sentido, porque reconoce la influencia de las instituciones en el clima de negocios de un país determinado. En este sentido, si bien Guatemala tiene riesgos fiscales bajos, sus instituciones son malas, y esto pesa más”, explicó el miembro del CNE.

Para el economista, República Dominicana es un ejemplo de que el riesgo país no es el único factor determinante para atraer capitales, pues sus riesgos fiscales son mucho más altos que los de Guatemala, pero sus niveles de IED como % del PIB han sido sistemáticamente más altos en los últimos años.

La herramienta de Entradas Netas de IED del Banco Mundial nos muestra que entre el 2019 y 2021, las inversiones de Argentina y Costa Rica superaron a las de Guatemala, a pesar de ser países con mayor riesgo de incumplir con sus obligaciones. La política fiscal y mayor interacción comercial y financiera con el resto del mundo son factores que vuelven a dichos países más vulnerables a los choques externos, haciendo que su riesgo país sea más elevado.

De acuerdo con Hugo Maul, economista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), el EMBI es un indicador positivo para inversionistas financieros, pero este no es el mercado prioritario de las necesidades de Guatemala. A su criterio, al país le interesa de aquel inversionista directo que invierte en fábricas o maquinaria, “a él le interesan las perspectivas de largo plazo y no sólo el indicador EMBI de corto plazo”, agregó.

Maul considera que contar con un bajo EMBI, por sí mismo, no es un factor que cambie en gran medida la realidad nacional en materia de atracción de inversiones.

“Algo así como que es bueno tener la temperatura corporal en 37 grados, frente a otros que tienen calentura, pero ese factor aisladamente no es determinante para que puedas ganar una carrera de maratón”, ilustró.

 

FUNDESA: ES UNA GRAN VENTAJA PARA GT

Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), considera que un bajo EMBI es una gran ventaja para el país, en su opinión, el estar bien evaluados tiene que ver con el “buen manejo macroeconómico” que da la posibilidad de tener baja deuda pública respecto al PIB.

Según Zapata, la independencia del Banco de Guatemala (Banguat) y la estabilidad de indicadores como la inflación y tipo de cambio (a excepción de 2022 por el contexto mundial) hace que el riesgo sea positivo y se pueda lograr una mejora en la calificación soberana.

Para Zapata, el país debe aumentar la Formación Bruta de Capital Fijo, ya que en la actualidad cuenta con una de las más bajas de la región. “Es apenas el 16% del PIB, cuando el promedio para Latam y el Caribe está cerca del 20% del PIB y en el caso del mundo está cerca del 24%”, puntualizó.

LAS ÁREAS POR MEJORAR

De acuerdo con Moreira, para que Guatemala pueda aprovechar el bajo riesgo país y así atraer capitales extranjeros, debe mejorar el clima de negocios y sus instituciones.

Por su parte, Zapata enfatiza en el aumento de la inversión en infraestructura terrestre, portuaria y aeroportuaria, así como la de cárceles, hospitales y escuelas. Mientras que, del lado humano, reconoce que debe mejorarse el inglés, la programación, matemática y otras áreas científicas, para que los jóvenes puedan atender los requerimientos de las empresas y aspirar a salarios mejor remunerados.

“En el caso de la certeza jurídica, claramente Guatemala tiene que seguir avanzando en darle mejores procesos hacia la transparencia, la calidad del gasto público y la digitalización de los servicios”, destacó.

 

EL IMPACTO DE LA IED EN LA ECONOMÍA

De acuerdo con un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la IED tiene un impacto directo e indirecto en diversas áreas de la economía y productividad local y en ingresos fiscales. En países con economías en desarrollo constituye una de las principales fuentes de financiación externa.

En ese sentido, los inversionistas extranjeros buscan acceder a recursos disponibles a un menor costo con respecto al país de origen, ampliar mercados para sus productos y servicios, encontrar la mejor relación calidad-precio, adquirir capacidades estratégicas y nuevas tecnologías, entre otros aspectos.

Según el BID, por cada dólar invertido en IED, se pueden llegar a producir US$ 187 (unos Q1,460) en la economía receptora, así mismo un aumento de US$ 1 en IED conduce a US$ 1 adicional en inversión nacional.

Mientras que un puesto de trabajo creado a través de IED lleva a la generación de entre uno y dos empleos en el país; además, cada US$ 1 de IED se asocia con US$ 2 de exportaciones adicionales.

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