A pesar de la incertidumbre que generan los períodos electorales en cualquier país del mundo, Guatemala se mantendrá estable a nivel macroeconómico. Foto: La Hora / José Orozco

A pesar de la incertidumbre que generan los períodos electorales en cualquier país del mundo, Guatemala se mantendrá estable a nivel macroeconómico. Las remesas que incentivan el consumo y los gastos públicos, así como privados asociados a las elecciones estimularán la actividad económica.

Sin embargo, por el lado de las inversiones extranjeras se espera más cautela.

Lo anterior es parte del panorama abordado en el Foro Perspectivas 2023 para Guatemala y Centroamérica, un evento organizado por el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif) con la participación de Johny Gramajo, gerente económico del Banco de Guatemala (Banguat) y Eduardo Espinoza, director general de Integración Económica, Facilitación de Comercial y Transporte de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca).

El Foro Perspectivas 2023 para Guatemala y Centroamérica, un evento organizado por el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif). Foto: La Hora / José Orozco

En medio de una inminente desaceleración económica global y el endurecimiento de la política monetaria (subida de las tasas de interés), se estima que Guatemala cerrará el 2023 con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en torno al 3.5%, es decir dentro del promedio observado en la última década.

PRINCIPALES SOCIOS COMERCIALES

De acuerdo con Gramajo, recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó al alza las expectativas de crecimiento económico mundiales, es decir que el escenario es más favorable que el de meses atrás, derivado de una mejora en la actividad económica estadounidense.

En ese sentido, se estima que la economía mundial crecerá 2.9%, reflejando una mejora de 0.2 puntos porcentuales en relación con su última revisión. No obstante, representa un menor ritmo si se compara con el 3.4% de 2022 y el 6.2% del 2021, el año de la recuperación postpandemia.

Entre tanto, la proyección de crecimiento para los principales socios comerciales de Guatemala pasó de 1.3% a 1.6%, a pesar de que mostrar una leve mejora no se espera un crecimiento cercano al 2.6% del año pasado y 6.9% del 2021.

A criterio de Gramajo, los fundamentos macroeconómicos de larga data que Guatemala ha mantenido por dos décadas contribuyeron a que fuéramos el segundo país con menor contracción del PIB en el 2020, y a que en el 2021 experimentamos el mayor crecimiento económico registrado desde 1977, cuando el terremoto incentivó el sector de la construcción.

RIESGOS EXTERNOS

Según el ejecutivo de la banca central, los principales riesgos a la baja para el crecimiento global son:

– Incrementos adicionales en las tasas de interés por parte de los principales bancos centrales del mundo.
– Inflaciones altas por más tiempo.
– Prolongación del conflicto Rusia-Ucrania.
– Menor crecimiento de China de lo esperado.

 

ESCENARIO INTERNO

En el panorama interno, Gramajo indicó que el incremento de las remesas observado en el 2020 no era posible sostenerse en los años subsiguientes, ya que gran parte de dicho incremento tiene que ver con apoyo monetario directo que los compatriotas enviaron a sus familias para atender los problemas del COVID-19.

“Sin embargo, si vimos que hay un incremento que ya se volvió estructural en Guatemala y tiene que ver con la situación del empleo en EE. UU.”, destacó. También agregó que en el mercado norteamericano persiste una mayor oferta laboral versus escasez de mano de obra.

Del lado del comercio exterior, a noviembre de 2022 las exportaciones crecieron 17% y se espera que cierren el año en 16% con un acumulado de US$14,500 millones.
Para 2023, se estima que los productos chapines comercializados en el exterior crezcan un 6%, mientras que las importaciones podrían llegar a un crecimiento del 8%, en ambos casos se muestran perspectivas menos favorables derivadas del contexto económico mundial.

“La suma de las remesas y las exportaciones alcanza para pagar todas las importaciones. Tenemos un superávit en la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos del 1.6% del PIB”, puntualizó Gramajo.

INFLACIÓN Y TASAS DE INTERÉS

El ejecutivo del Banguat comentó que para marzo de 2023 se espera una reducción en la tasa de inflación. Aunque la mayor parte del aumento de precios sea de origen externo, indicó que la inflación local que se genera en la segunda vuelta se debe atender con política monetaria, es decir con la subida de la Tasa de Interés Líder.

Si bien las medidas restrictivas en política monetaria para hacer mermar la inflación pueden provocar una desaceleración económica, Gramajo descarta que Guatemala pueda caer en un escenario de fuerte desaceleración e incluso recesión, ya que la mayor parte de la economía local se sostiene a través del consumo.

De esa cuenta, agregó que el incremento en la Tasa de Interés Líder se percibe entre seis a nueve meses en las tasas activas de los bancos, y que un incremento de 25 puntos básicos se traslada en un incremento de 18 puntos porcentuales en las tasas bancarias.

 

A criterio del ejecutivo del Banguat, Guatemala debe apuntar a un crecimiento incentivado por las exportaciones e inversión y no tanto por el consumo. En esa línea, recomienda crear reformas estructurales que promuevan la productividad y cierren las brechas de infraestructura y de capital humano.

La Encuesta de Expectativas Económicas al Panel de Analistas Privados, a diciembre de 2022, indica que en los próximos seis meses la inflación puede bajar a un 6% y, a 12 meses, podría regresar dentro de la meta de inflación de 4.0% +/- 1 establecida por la banca central.

MÁS MULTIMODALIDAD EN CA

Por su parte, Eduardo Espinoza abordó las oportunidades para Guatemala y otros países de la región centroamericana en un contexto de reestructuración logística mundial.

Según el profesional, el nearshoring o relocalización de las cadenas de suministro surge por las interrupciones experimentadas durante el 2020 y 2021, a esto se le suma la crisis de contenedores y materias primas.

Tras esa fuerte crisis, que provocó el aumento de la inflación, los capitales se inclinaron por el backshoring que es reducir el riesgo retornando las operaciones al país de origen o por el nearshoring, que consiste en trasladar parte de la cadena a regiones cercanas a los mercados de consumo como Estados Unidos y México, detalló Espinoza.

El ejecutivo agregó que el sector textil y la industria de alimentos y bebidas son las que tienen más potencial para el nearshoring. No obstante, se requieren de políticas que promuevan la atracción de inversiones, especialmente en lo que respecta a la infraestructura de movilidad terrestre, aérea y marítima.

 

De acuerdo con el miembro de Sieca, más del 95% de los bienes que se comercian entre Guatemala y el resto de Centroamérica se mueve vía terrestre, por ello recomienda apostar por un esquema de multimovilidad a nivel regional, es decir vías terrestres interconectadas y transporte marítimo de corta distancia.

EL PANORAMA ELECTORAL

Sobre la influencia del período electoral, Gramajo recalcó que históricamente no se presentan variaciones importantes en la economía durante este acto cívico, pues tiende a dominar el consumo y el gasto público como factores que incentivan el crecimiento del PIB. Sin embargo, se observa una especie de “freno” o más cautela por parte de los inversionistas extranjeros.

Por su parte, Espinoza descarta que el período electoral repercuta negativamente en el ciclo económico, salvo por dos elementos: leve aumento del gasto público o que los inversionistas estén atentos a saber la visión económica del próximo gobierno.

 

“Pero por la estabilidad macroeconómica que caracteriza a Guatemala, no necesariamente las elecciones deben afectar, más bien son factores entre domésticos y externos los que van a determinar la perspectiva de crecimiento”, afirmó Espinoza.

TRABAJAR EN LA CALIFICACIÓN RIESGO PAÍS

Hermann Girón, presidente del Cacif, destacó la importancia de tener una estrategia de mediano y largo plazo en momentos de incertidumbre económica mundial. De forma simplificada, abordó tres temas centrales a los que se les debe prestar especial atención:

Hermann Girón, presidente del Cacif. Foto: La Hora / José Orozco
1. Política Fiscal y Tributaria:

– Que las tendencias de recaudación de 2022 se mantengan (12% de carga tributaria).
– Cambios normativos y regulatorios para fortalecer las capacidades de la SAT.
– Implementación de herramientas digitales para fortalecer capacidades de fiscalización, como por ejemplo la facturación electrónica FEL.

 

2. Infraestructura Aeropuertos, Portuaria y Carreteras.

– Eficacia en la transición de administración portuaria en la Terminal de Contenedores Quetzal (TCQ)
– Seguridad portuaria, regímenes aduaneros y operación logística.
– Inversión pública y privadas en carreteras.
– Capacidades de carga del Aeropuerto Internacional La Aurora.

 

3. Legislación y Normativa Pendiente:

Discutir y analizar las siguientes iniciativas:
– Ley de infraestructura vial
– Ley de competencia.
– Legislación portuaria.
– Ley Electoral y de Partidos Políticos.
– Normativa de Convenio 169.

“Tenemos que trabajar este año para que recuperemos nuestra posición en la calificación de riesgo país, no solo es importante para los banqueros, es importantísima para el sector productivo. Una buena calificación de riesgo afecta a los banqueros porque ayuda a mejorar las tasas de interés, pero afecta al sector real porque permite mejor atracción de inversionistas”, enfatizó Girón.

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