En países desarrollados la producción interna y los ingresos generados por las exportaciones son el sostén de sus economías, para promover el crecimiento y el bienestar de la población. Mientras que, en algunas naciones en desarrollo como Guatemala, la baja producción, el costo de no contar con infraestructura mínima para aumentar la productividad y los escasos ingresos por exportar bienes primarios, no permiten generar las condiciones y oportunidades para mejorar el bienestar ciudadano.
Dichas condiciones hacen que los habitantes busquen mejores oportunidades fuera de sus fronteras y los ingresos que se generan por su trabajo en el extranjero se convierten en el salvavidas que mantiene a flote a las familias, a la economía del país y, por ende, a sus gobernantes.
Para Ismael Dávila las remesas son en definitiva uno de los aportes más importantes para su familia, mismos con los que su mamá y papá pueden comprar alimentos o hacer algunos pagos del hogar.
El guatemalteco residente en Oregon, desde hace 20 años, migró buscando mejores oportunidades para él y su hijo ahora mayor de edad. En la actualidad trabaja más de ocho horas al día como conductor para una empresa que distribuye diferentes productos, su salario le permite enviar aportes de manera frecuente.
UNA HISTORIA DE MILES
La historia del connacional es una de miles que dan rostro a las remesas que se han convertido en un aliciente para los guatemaltecos. Las estadísticas del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) apuntan a que, en EE. UU., hasta mayo de este año el número de guatemaltecos superaba los 2.8 millones distribuidos en diferentes estados.
Analizando los datos del Banco de Guatemala (Banguat), las remesas al compararlas con la producción nacional medida por el Producto Interno Bruto (PIB), representaron en 2021 el 18%.
Los destinos principales de las remesas son el consumo básico y los alimentos (35%), el consumo intermedio (7.2%), los gastos de salud y estudios (8%) y la inversión en el hogar (49.8%), según un informe del 2016 de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Los envíos de los migrantes en las cuentas nacionales se registran dentro del consumo de los hogares, el cual representó el 86.0% del PIB el año pasado. En ese sentido, las remesas representan un apoyo al consumo de las familias del 20%, es decir que una quinta parte del consumo hogareño se genera por el dinero que los migrantes envían al país.
De forma similar, Clynton López, economista de la Universidad Francisco Marroquín (UFM), comentó para La Hora Economía que las remesas representan aproximadamente un 15% del PIB.
Según el académico, si bien el efecto más visible de las remesas es que tienden a modificar el tipo de cambio quetzal-dólar, el más importante es que alivian la pobreza de las familias.
REMESAS COMO SOPORTE DEL PIB
La matriz de insumo-producto que elabora el Banguat, indica que por cada quetzal que consumen las familias, un 83% se destina al uso de productos nacionales; 13% al uso de bienes y servicios de origen importado y otro 5% en el pago de impuestos.
Por lo anterior, está claro que el crecimiento positivo de la producción en Guatemala está soportado en lo que las familias consumen por las remesas que reciben.
En el supuesto de que estas divisas se contraigan de la noche a la mañana en un 50%, el PIB en términos reales se contraería, debido al impacto en el consumo, en la producción interna y la caída de los ingresos tributarios.
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Además de influir en el consumo local y el tipo de cambio, López señaló que las remesas tienen una influencia de forma inmediata en las Reservas Monetarias Internacionales y en el volumen de las importaciones.
Continuando con el mismo ejemplo, en el caso que la mitad de las remesas se dejaran de recibir, el tipo de cambio se depreciaría encareciendo los bienes importados como los combustibles, repercutiendo en los precios internos y generando más inflación.
CON LA MIRA EN US$17 MILLONES
En total, de enero a octubre de este año, Guatemala ha recibido US$14,943.7 millones en remesas. Es decir que a casi dos meses de finalizar el 2022, la cifra está a US$352 mil de superar el monto total enviado en el 2021, cuando fue de US$15,295.7 millones con un crecimiento interanual del 34%.
En la última conferencia de la Junta Monetaria del Banguat, los técnicos indicaron que, al 15 de septiembre, las remesas presentaban un crecimiento interanual de 20.7%, ampliando las posibilidades de recibir un aproximado de US$17,500 millones para el cierre del año y volver a apuntar al nivel de remesas más alto de la historia.
De hecho, si en los meses restantes de noviembre y diciembre ingresara el mismo monto de remesas que el año pasado, estas alcanzarían los US$17,812.5 millones, es decir 16.5% más que el 2021. No obstante, se espera que en estos dos meses se supere lo observado hace un año, por lo que la cifra podría acercarse a los US$19 mil millones.
EL INCREMENTO DE REMESAS Y SU SOSTENIBILIDAD
A criterio de López, la aceleración en el ritmo de crecimiento de las remesas responde a varios factores, entre ellos:
– El salario de muchos trabajos típicos entre la población latina ha subido, por ejemplo, conductores de camiones, construcción, restaurantes y trabajos en almacenes.
– Parece que la migración se aceleró por la pandemia y empieza a mostrar sus resultados. “Las remesas solo son señales de que la gente se mueve a lugares más prósperos y envía el fruto de su trabajo en donde la pobreza sigue siendo la norma”.
Sin embargo, el economista no cree que la condición de crecimiento actual de las remesas sea permanente, ya que la situación económica de EE. UU. no será siempre la misma en términos de empleo, y porque en algunos sectores productivos de Guatemala ya escasea la mano de obra, por lo que se espera un mejor contexto laboral local.
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DESTACANDO EN MOMENTOS DE CRISIS
De acuerdo con el Instituto de Política Migratoria de Estados Unidos (MPI en inglés), se estima que había 1.3 millones de migrantes guatemaltecos viviendo en Estados Unidos en 2020, un 44% más que en 2013, y más de la mitad de ellos vivían irregularmente en Estados Unidos.
Gracias al trabajo de esos millones de chapines que laboran en el país norteamericano, el dinamismo económico a nivel local se ha mantenido resiliente, especialmente en momentos críticos, un reflejo de esto es el ritmo de crecimiento que han experimentado las remesas desde la pandemia del COVID-19.
Según el MPI, la importancia de la migración como un “salvavidas” destacó durante la crisis de COVID-19, con un aumento de las remesas a Guatemala de US$10,500 millones antes de la pandemia a US$15,300 millones en 2021, “superando con creces los ingresos del gobierno y seguramente rebasando el valor de todas las exportaciones del país”.
MÁS REMESAS QUE EXPORTACIONES E IED
En Guatemala, los artículos de vestuario, café y banano son los dominantes en el comercio exterior. A agosto de 2022, las ventas totales de productos nacionales en el extranjero alcanzaron los US$10,897.6 millones, mientras que en el mismo periodo de tiempo las remesas acumularon US$11,724.1 millones.
Las exportaciones no son las únicas que contrastan con las remesas, al 03 de noviembre, el país ha acumulado US$1,691.94 millones por concepto de Inversión Extranjera Directa (IED), cifra que equivale a un mes de ingresos de remesas promedio.
CERTEZA JURÍDICA PARA NO DEPENDER DE REMESAS
De acuerdo con López, para desfocalizar la dependencia de las remesas, el país necesita mercados más abiertos y mejor su certeza jurídica, así como la garantía de cortes independientes para que la inversión en capital aumente.
Además, considera que el inversor nacional o extranjero necesita que los mercados guatemaltecos no tengan restricciones a la importación, para competir y mejorar el nivel de vida de las personas.
DESTINO DE LAS REMESAS
De forma detallada, el informe de la OIM referido anteriormente, revela que el destino de las remesas es el siguiente:
EL COSTO HUMANO DE LAS REMESAS
Si bien las remesas se pueden cuantificar y observar en los datos del banco central, el costo humano que implica cruzar la frontera es más complejo de determinar.
Sufrir hambre, calor extremo o frío en su trayecto, padecer enfermedades, nulo acceso a servicios de salud, explotación por el crimen organizado y la detención, son algunos de los riesgos que enfrentan los guatemaltecos que deciden migrar hacia Estados Unidos, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“La tristeza del guatemalteco es que tienen que emigrar para tener una mejora en su vida. Y el volumen de las remesas atestigua la cantidad de personas que han tenido que irse. No es ideal que las personas tengan que migrar para tener una mejora de vida. La migración separa familias”, recalcó López.