Los requisitos laborales para los beneficiarios de la asistencia alimentaria federal aparecen como un último punto conflictivo en las negociaciones en torno a la inminente crisis de la deuda aun cuando el presidente Joe Biden dijo el viernes que un acuerdo está «muy cerca».
Biden manifestó su optimismo después de que se aplazó para el 5 de junio la fecha límite de un impago potencialmente catastrófico con posibilidad de que la Casa Blanca y los republicanos alarguen otra semana frustrante las negociaciones tendentes a subir el techo de la deuda.
Ambs partes han dejado entrever que uno de los principales escollos es un intento del Partido Republicano para aumentar los requisitos laborales a los beneficiarios de cupones para alimentos y otros programas de asistencia federal. Este propósito tiene larga data entre los republicanos frente a la enérgica oposición de los demócratas.
Aun cuando se han acercado a un marco de trabajo sobre el gasto, cada parte parecía mantenerse en su posición sobre los requisitos laborales. El portavoz de la Casa Blanca, Andrew Baes, calificó las propuestas republicanas de «crueles y carentes de sentido» y afirmó que Biden y los demócratas se opondrán a ellas.
El representante de Luisiana, Garret Graves, uno de los negociadores del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, fue categórico cuando le preguntaron si los republicanos cederían en el asunto: «Rayos que no, para nada».
La «fecha X» posterior, expuesta en una carta de la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, estableció el riesgo de un devastador impago para cuatro días después de la proyección inicial. Sin embargo, los estadounidenses y el mundo ven con preocupación cómo las negociaciones se acercan a un punto crítico que podría sumir a la economía estadounidense en el caos y minar la confianza en el liderazgo de la nación.
Biden mostró su ánimo cuando partía hacia la residencia de Camp David para pasar el fin de semana que abarca el Día de los Caídos en Guerras de Estados Unidos: «Esta muy cerca, y soy optimista».
Debido a las conversaciones entre los republicanos en el Capitolio y el equipo de Biden en la Casa Blanca, el mandatario declaró: «Hay una negociación en marcha. Tengo optimismo de que sabremos para esta noche si podremos tener un acuerdo». Sin embargo, ese acuerdo no se hizo presente a la salida de McCarthy del Capitolio el viernes en la noche.
En una categórica advertencia, Yellen dijo que la falta de un acuerdo frente a la nueva fecha podría «causar severas penurias a las familias estadounidenses, perjudicar nuestra posición de liderazgo mundial y plantearía dudas sobre nuestra capacidad para defender nuestros intereses de seguridad nacional».
En medio de la preocupación, jubilados y otras personas ya hacían planes de contingencia frente a una posible falta de cheques ya que los próximos pagos del Seguro Social vencen la semana próxima.
Cualquier acuerdo precisa un compromiso político con apoyo de demócratas y republicanos para que pueda sortear al dividido Congreso. No elevar el límite de la deuda, de 31 billones de dólares en la actualidad, para pagar las cuentas del gobierno, tendrá consecuencias en Estados Unidos y la economía global.