La recreación es importante para los niños y adolescentes ya que permite que adopten estilos de vida más saludables, desarrollen conciencia ambiental y a su vez aportan al bienestar integral. La participación en actividades físicas y deportivas por parte de los padres puede ser un factor determinante para la participación de sus hijos.
Sin embargo, hay niños que se involucran en disciplinas deportivas por hobby, pero llega un punto en donde las exigencias de sus padres se vuelven más fuertes en querer que siempre sean los mejores.
Investigadores afirman que la familia es la que más influencia tiene en el proceso de socialización deportiva, así como en otros aprendizajes.
Lara Jiménez, psicóloga española especializada en deporte, menciona que los padres transmiten sus propias expectativas a sus hijos y que es importante diferenciar las expectativas del niño y de los adultos, así como los objetivos.
“Si solo queremos que el niño se divierta, las actividades extraescolares cumplen con ese fin. Pero, si lo que la familia busca es que el menor se desarrolle en un deporte, conozca otra serie de valores, tenga un mayor compromiso así como disciplina y exigencia, el deporte federado tiene más recursos para inculcar esos valores”, explica.
PADRES HOOLIGAN
Se caracteriza por la intensa competitividad de los padres en el ámbito deportivo de sus hijos, actitudes que quedan fuera del espíritu deportivo y compañerismo. El adulto proyecta en el niño sus propias frustraciones: aspira que sea el mejor siempre y en cualquier circunstancia.
La familia debe ser un apoyo para el niño, debe motivar en sus gustos e intereses y debe estar presente para celebrar sus logros cumplidos. Esta obsesión del padre en que su hijo siempre sea el mejor, genera un conflicto en las decisiones del niño, tanto como para alejarse de su hobby o deporte favorito.
Un padre hooligans exagera los triunfos y derrotas de su hijo, este comportamiento refleja un espejo negativo al niño que percibe acciones y palabras que llevan a una conducta antideportiva.
EFECTOS QUE PROVOCAN UNA PRESIÓN EXCESIVA DEL PADRE
La actitud de los padres con respecto a las actividades deportivas de sus hijos, y a su desempeño en estas, tiene influencia en la conducta de los niños, especialmente cuando esto ocurre en una medida desproporcionada.
Algunos de esos efectos son:
Baja autoestima.
Aparición de comportamientos antideportivos e incluso violentos.
Pérdida de interés en el deporte.
Riesgo de actitudes antisociales.
Provoca en muchos casos desgaste emocional y como consecuencia abandono del deporte.
Pablo del Río, psicólogo del deporte, plantea que el padre debe comportarse bien con sus hijos deportistas para que se conviertan en una fuente de apoyo, confianza y motivación.
El niño desea pasar un momento agradable, compartir con sus amigos y en este caso los padres deben respetar las aficiones de sus hijos.
ESTRÉS INFANTIL
La práctica deportiva de alta intensidad, sumado a no descansar las horas adecuadas, puede repercutir en la salud del niño. Las investigaciones advierten que alargar al máximo las prácticas multideportivas dispara el riesgo de lesiones y estrés infantil.
Debido a las exigencias de los padres, niños y adolescentes practican deporte por muchas horas a la semana. Blanca Román, especialista en Medicina del deporte enfatiza que lo más importante es no tomarse esta actividad como una profesión, sino cómo un estilo de vida.
Además, recalca que la familia y el entorno deben trabajar para convertir el deporte en un elemento de distracción y diversión, y no en una competencia.
CAMPAÑA DE CONCIENCIA SOBRE LOS PADRES HOOLIGAN
La Escuela Deportiva de Barcelona Fundació Brafa lanzó la campaña de concientización para que los padres se pregunten cómo actúan en los partidos de fútbol de sus hijos y reflexionen sobre el daño que algunas de sus acciones pueden causar.
Los expertos aseguran que con esta campaña se pretende posicionar el deporte cómo una actividad de aprendizaje y un espacio de adquisición de valores.
Lo principal es el juego y que los padres den el espacio a sus hijos para que se involucren en sus intereses, que los dejen jugar tranquilos y no les roben una parte de su infancia que es fundamental.
Aquí el vídeo: