La recreación mejora el desarrollo integral de los niños y adolescentes, por ello es aprovechada para el esparcimiento físico y mental.
Para mejorar el rendimiento del tiempo libre es necesario implementar actividades en el exterior como jugar, correr, patinar, entre otros, ya que aporta beneficios relevantes al desarrollo de la conciencia ambiental y la sensibilización ecológica. Además, cultiva en las personas el valor de la protección de los sitios recreacionales y naturales.
Algunos estudios mencionan que las personas dedican más tiempo a escuchar música, leer, ver televisión o jugar con videojuegos que a recrearse al aire libre.
Durante el tiempo de ocio debes buscar actividades en las que te diviertas, y no dejar que el sedentarismo te atrape en el sofá de tu casa.
UN PANORAMA DE LA SITUACIÓN
Brenda García, psicóloga clínica, menciona que los niños se deben involucrar en actividades que puedan despertar su interés y curiosidad, así como relacionarse emocional y socialmente con su grupo de pares, lo cual permitirá fortalecer fundamentos como conexión, pasión y confianza, “estas actividades les permiten disminuir el estrés y frustración en el caso de que estuviesen todo el día en casa sin mayor actividad, incluso si se incluye el movimiento y ejercicio físico puede contribuir a una rutina saludable”, planteó.
El estrés se produce por diferentes factores, ya sea por tensión física o mental. Cuando un niño sufre de este sentimiento de tensión muestra incomodidad, baja tolerancia a la frustración, irritabilidad, cambios en la ingesta de alimentos; come más o menos de lo acostumbrado, sus patrones de sueño también pueden verse afectados y mostrar resistencia a realizar las actividades que le generen estrés.
La exposición excesiva de la tecnología en los niños es preocupante, puesto que ya no interactúan con su exterior y pasan largas horas viendo videos o jugando en los dispositivos móviles.
ALGUNAS RECOMENDACIONES
García recomienda establecer rutinas que impliquen actividades al aire libre con comunicación externa, “por ejemplo salir a jugar a un parque e interactuar con otros pares, así como también actividades hacia dentro; aquellas que impliquen concentración o inclusive algún tipo de introspección, por ejemplo: armar un rompecabezas, jugar Legos”, señaló.
Cuando un niño tiene problemas para socializar es importante darle su espacio, validar y escuchar lo que argumentan sin presionarlos de más, se puede proponer actividades e ir paso a paso, “sí nuestro objetivo es que ellos salgan al parque y jueguen con otros niños podemos decirles algo como: parece que en este momento no te animas a jugar, podemos sentarnos acá y ver cómo juegan, cuando te sientas listo puedes probar jugar. Acá lo importante es que no conviene juzgar, amenazar, criticar, comparar o etiquetar, más bien saber que es válido lo que sienten, y acompañarlos desde el amor y la comprensión”, ejemplificó García.
Finalmente, García insistió en que los padres, madres y encargados se deben informar y aprender. “Ahora hay acceso a información que antes no encontrábamos y es indispensable que nos formemos e informemos para poder acompañar a nuestros niños en cada etapa de su vida”.
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