Magy Raymundo, maestra y madre que espera ser extrañada, no recordada

Magy Raymundo, tiene 20 años de dedicarse a la docencia, su historia es inspiradora, pero no solo por su amor por la educación, sino por ser una mujer que ha luchado contra la corriente, busca aprender nuevos oficios, pone en práctica su calidad de servicio y no se deja de dar por vencida en la vida.

Su historia laboral comenzó cuando ella se graduó de maestra, su sueño era trabajar como docente, enseñando a los niños, porque según explica su experiencia con una maestra no fue la mejor, por lo que ella quiere que la de los menores que está a su alcance sea diferente.

Todo empezó cuando ella estaba en primaria, su maestra únicamente les pedía que copiaran la información de un libro al cuaderno, ella recuerda que eran 10 páginas las que debía copiar y luego únicamente les tenía que hacer dibujos, esa era toda su enseñanza, desde esa época ella demostró que tenía un interés más allá de lo que le enseñaban, porque sabía que no todo podía ser de esa manera.

 

UNA META CLARA

Con el tiempo fue avanzando en sus estudios, dedicándose por completo a tener una visión diferente, un mayor crecimiento profesional y ser más dedicada en lo que a ella le gusta hacer.

Su primer trabajo fue al terminar su carrera de magisterio, su sueño era pararse frente a un pizarrón y mostrarle a los niños que había otras maneras de aprender, por fin estaba cumpliendo su meta que tenía de niña y que jugaba de pequeña con su hermano, de poder dar las clases que tanto quería.

Recuerda que ese primer sueño que tenía le costó plasmarlo, no porque ella no quisiera, sino porque las condiciones que se le presentaron fueron difíciles, su primera aula de enseñanza fue un corredor, los niños no tenían donde sentarse y lo único que había eran unas mesitas en mal estado, de hecho ni siquiera iba a tener un salario, sino que los padres de familia iban a dar una colaboración económica y eso serviría como pago. Algunos meses era una cantidad, otros meses otra, pero eso no la detuvo.

Al poco tiempo de estar enseñando en esa escuela su madre le hizo un ofrecimiento y le compró unas cortinas y ella, en conjunto con los padres de familia, repararon las mesas y construyeron sillas para sus hijos, esa fue la primera oportunidad que tuvo para cambiar la vida de esos niños.

Magy es una profesional que se ha dedicado a buscar que los niños tengan una mejor educación y ha puesto su vocación al servicio de los demás. (Foto La Hora: Jesús Ríos)
Magy es una profesional que se ha dedicado a buscar que los niños tengan una mejor educación y ha puesto su vocación al servicio de los demás. (Foto La Hora: Jesús Ríos)
PASIÓN POR LA ENSEÑANZA

Ella ha sido promotora del cambio en la escuela en la que ahora, luego de 15 años de ser maestra es directora.

Su pasión la ha llevado a que si se necesita una cocinera ella se coloca la gabacha para hacerlo, si la escuela está sucia, ella agarra una escoba y se pone a limpiar, es quien propone qué hacer, pero poniéndose como ejemplo haciéndolo primero y no ordenando.

Bajo su administración en la escuela ahora se tiene un techo en el patio, la edificación está pintada y se tiene un sistema de seguridad para garantizar que los niños estén en óptimas condiciones, puesto que ha trabajado de cerca con los Cocodes, municipalidad, Sesan y padres de familia, para que los pequeños tengan seguridad alimentaria.

CON FORTALEZA

Magy es una mujer que se ha caracterizado por sus luchas, porque ha mostrado su fortaleza a lo largo de los años, una de las experiencias que ha marcado su vida fue cuando estaba enseñando a una niña, pero el conflicto con sus padres le impedía permanecer atenta a las clases, ella se encargó que la estadía de la niña en la escuela fuera segura, habló con los progenitores y sirvió como mediadora en la situación.

Ella tiene dos hijos, una jovencita de 16 y un hombre de 21 años, pero su lucha no se limita a su ámbito laboral.

ES CULTORA DE BELLEZA

Magy es consultora de belleza, mediadora en su comunidad, directora de escuela y una madre que lucha diariamente por sacar adelante a sus hijos.

Durante sus tiempos libres, no importa si son las 19 horas, pero si alguien necesita de ella, siempre está dispuesta a dar su mejor versión, tiempo y palabras de aliento a quien lo necesite.

Durante su vida personal ella se ha caracterizado por el amor que le tiene a sus hijos, porque en medio de las adversidades no se ha dado por vencida, buscando siempre un oficio que aprender, un medio para generar más ingresos y una lucha diaria por salir adelante.

Uno de los retos que ha tenido que enfrentar es que durante su gestión como directora su prioridad es cuidar su escuela, pero principalmente a los niños, que aparte de sus hijos son su motor para seguir adelante, su lema de vida es que ella quiere ser extrañada y no recordada en la escuela, ella quiere que cuando piensan en Magy, la extrañen por ser la directora que se ponía una gabacha si tenía que cocinar, jalaba una escoba si se tenía que limpiar y la que decía hagamos en lugar de hagan.