María del Carmen y Dulce; el ejemplo que con dedicación y amor se superan los desafíos diarios

María del Carmen Blanco es una mujer que ha tenido que enfrentar y afrontar un desafío junto a su hija pequeña, Dulce, quien nació con Síndrome de regresión caudal, un padecimiento poco conocido en Guatemala. Es una malformación congénita en que la persona no tiene los huesos de la cadera.

La Hora acompañó a la madre en un día común y pudo observar cómo con mucha dedicación la rutina para ambas se ha vuelto una costumbre.

Dulce va en una silla de ruedas y su madre abre la puerta de una pequeña tienda con la que subsisten y la sube a falta de una rampa colocando las rueditas para que se deslice con facilidad sobre las grandes, ambas se acompañan.

María del Carmen ha tenido que dormir en el suelo en los hospitales para acompañar a su pequeña hija. (Foto La Hora: José Orozco)
María del Carmen ha tenido que dormir en el suelo en los hospitales para acompañar a su pequeña hija. (Foto La Hora: José Orozco)

 

Ya adentro, luego de instalarse en la tienda la madre platicó con La Hora en una emotiva entrevista, en la que emocionada menciona todo lo que les ha tocado vivir a ambas en medio de la adversidad, en dónde la esperanza y las ganas de vivir han sido las protagonistas.

Por años, la madre ha luchado con culpas por aspectos que considera pudo evitar, no obstante, eso nunca le ha impedido pensar en el bienestar de Dulce y de salir adelante junto a ella.

Su historia no es fácil, el primer diagnóstico de los médicos era que para facilitarle la vida a la niña, lo más recomendable era una amputación, pero María del Carmen no quiso hacerlo.

Durante los 7 años que tiene Dulce, María ha pasado la mayor parte del tiempo en los hospitales, porque su condición, le ha ocasionado otras enfermedades, como estreñimiento e infecciones urinarias.

María del Carmen tuvo que dejar su trabajo para atender a su hija, ahora tiene una pequeña tienda de barrio. (Foto La Hora: José Orozco)
María del Carmen tuvo que dejar su trabajo para atender a su hija, ahora tiene una pequeña tienda de barrio. (Foto La Hora: José Orozco)
EN MEDIO DE LA TORMENTA SE SIENTEN AFORTUNADAS

Algunas veces María del Carmen ha tenido que dormir en el suelo acompañando a su pequeña, pero relata, para que ella no tenga miedo y se deje realizar los exámenes y procedimientos.

Esta condición no la ha detenido para amar y cuidar a su hija, porque en medio de la tormenta, ella reconoce que son afortunadas de tenerse la una a la otra y que ella la cuidará con amor el tiempo que Dios se la preste.

Porque este año la pequeña Dulce, quien es una niña inteligente y carismática, está próxima a cumplir 8 años, acompañada de sus familiares y en especial por su madre.

UN ÁNGEL EN SU VIDA

Para Dulce la situación de vivir sin caminar es difícil, pero reconoce que sin su madre ella no habría podido estar ahora en el mundo, por su cariño y apoyo, ella asegura que siente que es un ángel en su vida.

Lo que ambas manifiestan es que sin el amor y Dios ellas no hubieran podido seguir adelante y que a la fecha su motivación es el amor.

La pequeña niña nació sin huesos de cadera, lo que impide que pueda caminar. (Foto La Hora: José Orozco)
La pequeña niña nació sin huesos de cadera, lo que impide que pueda caminar. (Foto La Hora: José Orozco)
SALEN ADELANTE EN COMPAÑÍA

Su vida no es fácil, porque María del Carmen tuvo que dejar de trabajar recibiendo un salario, en su lugar, ahora tiene una pequeña tienda de barrio que le garantiza un poco de ingresos.

María del Carmen reconoce que el motivo de su lucha y vida es Dulce, para no dejarla sola y que siempre esté acompañada que la discapacidad marque lo menos posible su existencia y que a ella le permita estar muchos años con su hija.

 

Dulce tiene 7 años, la mayoría de tiempo de su vida la ha tenido que pasar en un hospital debido a diferentes padecimientos. (Foto La Hora: José Orozco)
Dulce tiene 7 años, la mayoría de tiempo de su vida la ha tenido que pasar en un hospital debido a diferentes padecimientos. (Foto La Hora: José Orozco)
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María del Carmen inspira porque día a día no se da por vencida y a pesar de las adversidades sigue adelante valorando lo que tiene. El amor de madre la motiva para seguir adelante a pesar de que no todo es «color rosa».

Con todas las emociones que puede sentir sigue adelante para darle calidad de vida y presencia a su hija que la ve como una luz de esperanza.

Todos tenemos una historia que inspira, y María del Carmen la comparte con nosotros. Queremos saber de otras historias que inspiren, te leemos en los comentarios. Te invitamos a seguirnos y compartir tus opiniones.