David Pleoger, sargento retirado de la policía de Minneapolis, revisa un documento al dar su testimonio. Foto La Hora/Vía AP

POR STEVE KARNOWSKI, AMY FORLITI Y TAMMY WEBBE/AP
Minneapolis, Minnesota, EE. UU.

Un sargento supervisor de la policía de Minneapolis que estaba de servicio la noche en que murió George Floyd testificó este jueves que él cree que los agentes que sujetaban a Floyd podían haber dejado de someterlo después de que él dejó de resistirse al arresto.

David Pleoger testificó en el juicio del agente Derek Cauvin, despedido desde entonces y quien está acusado de homicidio por la muerte de Floyd. Pleoger señaló que los agentes están adiestrados para hacer que las personas giren de costado y ayudarlas a que respiren cuando las tienen sometidas boca abajo.

«Cuando el señor Floyd ya no estaba oponiendo ninguna resistencia a los agentes, pudieron haber puesto fin a la acción de sometimiento», agregó.

«¿Y eso era después de que fue esposado, estaba sobre el suelo y ya no oponía resistencia?», preguntó el fiscal Steve Schleicher.

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«Correcto», respondió Ploeger, quien ya está retirado.

Chauvin, de 45 años y blanco, está acusado de matar a Floyd, de 46, al tenerlo sometido contra el suelo durante 9 minutos y 29 segundos aun cuando estaba esposado.

La muerte de Floyd, de raza negra, desató protestas en todo el mundo, y en Estados Unidos provocó una discusión a nivel nacional sobre el racismo y la brutalidad de la policía. El cargo más grave contra Chauvin conlleva una pena de hasta 40 años de prisión.

Manifestantes levantan el puño en alto durante una protesta contra la brutalidad policial tras la muerte de George Floyd en 2020. Foto La Hora/AP/John Locher.

Los testimonios del jueves comenzaron con el de la novia de Floyd, quien dijo entre lágrimas al jurado cómo se conocieron en 2017 en un albergue del Ejército de Salvación, donde él era guardia de seguridad con «esta gran voz ronca y profunda del sur», y cómo ambos lucharon contra una adicción a los analgésicos.

«Nuestra historia es la historia clásica de cuantas personas se vuelven adictas a los opioides. Ambos sufríamos dolor crónico. Yo lo tenía en el cuello y él en la espalda», afirmó Courteney Ross, de 45 años.

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