El líder de la mayoría del Senado de los Estados Unidos, Mitch McConnell, habla con los miembros de los medios de comunicación. FOTO LA HORA/DPA/EUROPA PRESS/STEFANI Reynolds.

WASHINGTON
Agencia DPA/Europa Press

El Senado de Estados Unidos dará comienzo hoy al juicio político contra el presidente norteamericano, Donald Trump, en el que podría ser el proceso de destitución más breve celebrado en la Cámara Alta en más de un siglo, a tenor de las reglas que ha propuesto el líder de la mayoría republicana, el senador Mitch McConnell.

A pesar de las críticas demócratas, el líder de los republicanos en el Senado ha puesto sobre la mesa unas reglas para el juicio político que previsiblemente serán sometidas a votación en la jornada de apertura de hoy y que implican una clara reducción del tiempo concedido a los ‘fiscales’ del caso –los siete gestores demócratas designados por la Cámara de Representantes– y a la defensa legal del presidente Trump.

Tanto los siete diputados demócratas como los abogados designados por Trump, incluido el consejero legal de la Casa Blanca, Pat Cipollone, contarán con 24 horas en cada caso para exponer sus argumentos de apertura en el juicio político, un tiempo que se repartirá entre dos jornadas consecutivas, una agenda que hace prever que las sesiones podrían alargarse más de doce horas cada una si cada una de las partes hace uso del tiempo concedido.

Según informa la CNN, las normas propuestas por McConnell para el juicio político a Trump apuntan a que este proceso en la Cámara Alta, presidido por el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, se solventará en cuestión de días, incluso con la posibilidad de que todo termine, como espera Trump, antes de que el mandatario pronuncie su discurso sobre el Estado de la Unión, el discurso político más importante del año, el 4 de febrero.

En el caso de que el Senado apruebe en su sesión de este martes las normas propuestas por McConnell, el juicio contra Trump podría convertirse en el proceso más breve celebrado contra un mandatario de Estados Unidos en el marco de un ‘impeachment’, toda vez que el del demócrata Bill Clinton se solventó en algo más de un mes (del 7 de enero al 12 de febrero de 1999) y el del también demócrata Andrew Johnson se prolongó dos meses (del 5 de marzo hasta mayo de 1868).

La atención mediática se centra ahora en la agenda que tendrá el juicio político, especialmente si los republicanos acceden a que se llame a declarar testigos de las supuestas maniobras del entorno de Trump para presionar a Ucrania para que anunciara una investigación sobre Hunter Biden por haber trabajado en el consejo de administración de una empresa gasística ucraniana.

BOLTON, DISPUESTO A DECLARAR SOBRE LAS GESTIONES EN UCRANIA

Mientras los republicanos se han mostrado reacios a llamar a declarar a testigos en el Senado, en su intento por seguir la línea marcada por Trump, que ha dicho que quiere un juicio rápido, los demócratas han dejado claro que quieren que comparezcan testigos de los hechos, empezando por John Bolton, el ex asesor de Seguridad Nacional de Trump que se negó a comparecer en el ‘impeachment’ en la Cámara de Representantes y que ahora ha dicho que aceptaría acudir al juicio político para aclarar todo lo que sabe.

Representante del ala más conservadora del Partido Republicano, el ‘halcón’ Bolton fue uno de los más fervientes defensores de Trump en campaña y en sus primeros meses en la Casa Blanca pero en 2019 fue relevado de su cargo por sus discrepancias por Trump en temas internacionales de calado como Venezuela o Afganistán.

El otro alto cargo que los demócratas confían en que vaya a testificar en el juicio político es Rudy Giuliani, al que sitúan al frente de toda una «democracia paralela» impulsada por Trump para poder perseguir sus intereses en Ucrania. Giuliani no compareció en la investigación del ‘impeachment’ en la Cámara de Representantes y mantiene que no ha cometido ninguna irregularidad, a pesar de que se han difundido documentos que demuestran que hizo gestiones para Trump presentándose como su representante en calidad de «ciudadano privado».

En todo caso, la cuestión de si el juicio político incluye la declaración de testigos deberá dirimirse en una votación en la que bastará una mayoría simple de los 100 senadores que integran el Senado, con lo que los demócratas podrían conseguir sus pretensiones si suman cuatro parlamentarios republicanos a sus 47 votos.

Por el momento, solo tres senadores republicanos han mostrado directa o indirectamente dudas sobre cómo podrían votar en el tema de los testigos, siendo el caso más significativo el del senador Mitt Romney, que ya ha avanzado que él votaría a favor de que comparezca Bolton en el juicio político.

RECEPCIÓN DE NUEVAS PRUEBAS

También deberá aclararse este martes si el Senado acepta recibir y analizar nuevas pruebas de las maniobras del entorno del presidente estadounidense, particularmente de Rudy Giuliani, su abogado personal, después de que la semana pasada Lev Parnas, socio del letrado neoyorquino imputado por financiación ilegal, entregara documentos que muestran que Giuliani pidió una reunión al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en calidad de representante «personal» del mandatario.

Entre los documentos también figuran mensajes que ponen de manifiesto que Lev Parnas recibió el encargo de Giuliani de contactar a las autoridades ucranianas para forzar al presidente Zelenski a anunciar una investigación sobre Hunter Biden y su padre, el exvicepresidente estadounidense Joe Biden, ‘a priori’ el principal aspirante a la candidatura presidencial demócrata y, por tanto, posible rival de Trump en las elecciones de noviembre de 2020.

PRIMER “IMPEACHMENT” DESDE EL DE CLINTON

La sesión de este martes en la Cámara Alta dejará claras las reglas que regirán el juicio político contra Trump, un proceso que se celebra en Estados Unidos desde el que vivió en 1999 el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, que luego consiguió imponerse en las presidenciales y logró la reelección como mandatario.

El juicio político estará presidido por el presidente del Tribunal Supremo de Estados Unidos y los siete diputados designados por la Cámara de Representantes ejercerán de ‘fiscales’ de un proceso en el que todos los senadores deben actuar como jurado, independientemente del partido en el que militen.

El proceso de “impeachment” abarca la investigación y votación en la Cámara de Representantes, donde Trump fue oficialmente reprobado en diciembre, convirtiéndose así en el tercer mandatario estadounidense censurado, y el juicio político en la Cámara Alta, en el que, hasta la fecha, ningún mandatario ha llegado a ser destituido.

El proceso comenzó a raíz de una denuncia presentada por un oficial de Inteligencia que consideró que la llamada que realizó Donald Trump al presidente de Ucrania el 25 de julio fue un intento de presionarle para obligarle a abrir una investigación sobre los Biden, paralizando hasta entonces la entrega de más de 300 millones de dólares de ayuda militar a Kiev y aplazando la invitación para una reunión en la Casa Blanca.

Trump mantiene que es víctima de una «caza de brujas» y que su llamada fue «perfecta», a pesar de las contradicciones que se han observado en el Gobierno desde la denuncia del funcionario anónimo por la supuesta campaña de presión a Ucrania.

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