El expresidente de Bolivia, Evo Morales, se retira después de dar una conferencia de prensa en Buenos Aires, Argentina, hoy. FOTO LA HORA/AP/NATACHA PISARENKO.

Por ALMUDENA CALATRAVA
BUENOS AIRES
Agencia AP

El expresidente boliviano Evo Morales afirmó hoy desde Argentina, donde está radicado, que dará una «batalla jurídica» con el respaldo de un equipo internacional de juristas para demostrar que la orden de detención en su contra es inconstitucional.

Morales también afirmó en una segunda rueda de prensa que dio en Buenos Aires, adonde llegó el 12 de diciembre acompañado de varios exfuncionarios bolivianos, que sigue siendo el presidente de Bolivia y que Estados Unidos «no quiere» que regrese a su país.

«Un equipo jurídico está trabajando a la cabeza del doctor Baltasar (Garzón) de Europa», dijo Morales en referencia al exjuez español que integra el Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (CLAJUD) junto a otros juristas.

El exmandatario señaló que «muchos expertos que vienen de la lucha por los pueblos de Sudamérica se han plegado a este grupo de trabajo… vamos a demostrar jurídicamente que esta orden de aprehensión no es constitucional ni legal».

La fiscalía de La Paz emitió el miércoles una orden de detención contra Morales bajo los cargos de terrorismo, financiamiento del terrorismo y sedición.

El CLAJUD asesora al Grupo de Puebla, foro de líderes progresistas latinoamericanos integrado, entre otros políticos, por el presidente argentino Alberto Fernández y que ha rechazado lo que considera un «golpe de Estado» en Bolivia.

A Morales se le acusa de supuestamente promover violentos enfrentamientos en su país que dejaron 35 muertos a partir de un audio en el que presuntamente se le escucha ordenar un cerco a las ciudades para derrocar a la presidenta interina Jeanine Áñez. El líder indígena lo niega y ha calificado la acusación de un montaje de la derecha en su contra.

El expresidente subrayó en la rueda de prensa que para la derecha boliviana los políticos «sociales somos terroristas, sediciosos». Desde que llegó a Argentina, el expresidente ha cuestionado a Áñez tanto en las redes sociales como en declaraciones a la prensa y sostenido que el golpe en su contra se planeó con tiempo.

Morales renunció al poder el 10 de noviembre en medio de protestas sociales y presionado por la falta de apoyo de las fuerzas de seguridad. Luego se exilió en México y tras un breve paso por Cuba para hacer una consulta médica llegó al país sudamericano con el beneplácito de Fernández y la actual vicepresidenta y exmandataria (2007-2015) Cristina Fernández de Kirchner, dos de los líderes regionales que más le apoyan.

Morales no podrá participar en los nuevos comicios previstos para abril en una fecha aún no determinada. Desde Buenos Aires, el político lidera la campaña de su partido Movimiento al Socialismo (MAS), que aún no ha elegido a su futuro candidato.

El primer presidente indígena de Bolivia también arremetió contra el gobierno del mandatario estadounidense Donald Trump al señalar que se está «preparando» junto a sus seguidores que le visitan desde Bolivia «para enfrentar cualquier fraude (electoral) que venga del imperio norteamericano».

Acusó a Estados Unidos de estar detrás de la «persecución» política en su contra y señaló al respecto que ese país llevó a cabo un «seguimiento del avión mexicano» que le permitió trasladarse a México.

«Afectar los intereses del sistema capitalista tiene su costo», dijo Morales, quien afirma que su mandato como presidente termina el 22 de enero, según «la ley».

Trump ha manifestado su apoyo Áñez y denunciado «a aquellos que provocan tanto a Bolivia como desde afuera».

Morales ha dicho que a un presidente o expresidente le corresponde un juicio de responsabilidades, que en última instancia debería aprobar la asamblea legislativa, y «no un juicio ordinario», al cuestionar la orden judicial de la víspera. «En Bolivia no se cumplen las normas», se quejó.

El líder indígena abandonó la presidencia tras varias semanas de manifestaciones en las que fue acusado de haber montado un fraude para ser reelegido para un cuarto mandato. Tras su salida del poder, sus partidarios emprendieron protestas que derivaron en la muerte de 35 personas, la mayoría por choques con las fuerzas del orden.

Morales está acompañado en Buenos Aires por el excanciller Diego Pary Rodríguez y las exministras de Salud y Comunicación Gabriela Montaño y Amanda Dávila, respectivamente. El exmandatario reside junto a sus dos hijos, que llegaron a la capital argentina el 23 de noviembre.

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