Palu/Yakarta/dpa

Al menos 1,234 personas murieron a causa de los dos terremotos y el tsunami que asolaron el pasado viernes la isla indonesia de Sulawesi, según un nuevo reporte publicado hoy por la Agencia Nacional para la Gestión de Desastres.

Las autoridades indonesias creen que bajo los escombros de casas colapsadas y el lodo hay todavía muchos cadáveres. Además, hay más de 800 heridos y al menos 99 desaparecidos, informó el portavoz de la agencia, Sutopo Nugroho. Al menos 61 mil personas perdieron su hogar.

«La parte más dura ha sido caminar por el lodo durante una hora y media cargando cadáveres», dijo la portavoz de la Cruz Roja Indonesia, Aulia Arriani, citando a los equipos de rescate.

Los equipos de rescate encontraron ayer en el terreno de una iglesia los cadáveres de 34 estudiantes que habían participado en un curso bíblico, informó hoy la delegación local de la Cruz Roja. Más de 50 estudiantes fueron reportados como desaparecidos.

Entre tanto, la situación en la isla se vuelve cada vez más caótica. Entre los supervivientes aumentan la desesperación y la ira debido a la falta de agua, víveres y combustible. Hay personas apostadas en las calles con letreros que dicen «Necesitamos comida» y «Necesitamos apoyo». Ayer, Indonesia solicitó oficialmente ayuda al extranjero.

El ministro de Seguridad, Wiranto, aseguró que ya se está enviando ayuda alimentaria por mar, aire y tierra. Sutopo, el portavoz de la Agencia Nacional para la Gestión de Desastres, admitió que muchas de las personas desplazadas no han recibido ayuda adecuada y que faltan víveres, combustible, agua limpia y ropa.

En la ciudad de Palu, especialmente afectada por la catástrofe, se registraron saqueos. Según la emisora británica BBC, las fuerzas de seguridad efectuaron disparos de advertencia. La Policía detuvo a 45 personas que intentaban robar, entre otros, televisores de pantalla plana, zapatos, ropa y un cajero automático, según informó el portavoz de la Policía local, Dedi Prasetyo. Los arrestados se enfrentan a penas de prisión de hasta siete años.

Más de 72 horas después de los terremotos y el tsunami, los equipos de rescate sacaron a un superviviente de entre los escombros de un edificio público en Palu.

Mientras tanto, otra isla indonesia, Sumba, fue sacudida hoy por un nuevo terremoto, de magnitud 6,3. El hipocentro se ubicó a unos diez kilómetros de profundidad bajo el fondo del mar, y el epicentro a unos 66 kilómetros al suroeste de la isla.

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