Por JOSEPH WILSON
BARCELONA
Agencia (AP)

El presidente del Parlamento de Cataluña suspendió hoy una votación para elegir a un encarcelado líder separatista como nuevo presidente de la región del noreste de España.

El titular del parlamento Roger Torrent comunicó la decisión a los dirigentes de los diversos partidos poco antes de anunciar ante la cámara que no habrá votación en torno a la candidatura de Jordi Turull, ex ministro del gobierno catalán.

Turull es uno de cinco dirigentes separatistas que fueron encarcelados ayer sin derecho a fianza por un juez del Tribunal Supremo, por su presunta participación en la fallida declaración de independencia de Cataluña en octubre.

El juez Pablo Llarena acusó a 13 personas de rebelión, un delito que acarrea hasta 30 años de cárcel.

Los partidos separatistas aprovecharon la sesión del sábado para denunciar lo que consideran un abuso de poder por parte del gobierno central.

Sergi Sabria, del partido Izquierda Republicana, dijo que el Estado español no encarceló a cinco personas sino a dos millones, en referencia a la cantidad de catalanes que participaron en la consulta independentista en diciembre.

Pero Inés Arrimadas, del partido Ciudadanos que está a favor de mantener la integridad territorial de España, aprovechó la circunstancia para afirmar que el movimiento secesionista estaba acabado.

El juez Llarena además emitió órdenes de arresto internacionales contra el expresidente catalán Carles Puigdemont, quien huyó a Bélgica en octubre pero se encuentra ahora en Finlandia, y otros cinco políticos catalanes prófugos.

El abogado de Puigdemont, Jaume Alonso-Cuevillas, dijo a la AP que Puigdemont informó a las autoridades finlandesas sobre su paradero y que cooperará con ellas si ordenan su arresto.

Las medidas provocaron protestas en Cataluña ayer por la noche. Un total de 35 personas fueron heridas en choques con la policía en el centro de Barcelona, dijeron servicios de emergencia.

La crisis política más grave de la historia reciente de España llegó a su cúspide en octubre cuando Puigdemont hizo caso omiso de una prohibición emitida por el máximo tribunal del país, y organizó un referéndum sobre la independencia. Declaró luego la independencia catalana pero la medida no obtuvo reconocimiento internacional alguno y más bien llevó a las autoridades centrales a tomar control de la región.

La Constitución española establece que España es indivisible y que cualquier modificación a su régimen político debe pasar por el parlamento nacional en Madrid.

Según las encuestas, los catalanes están divididos por mitades en el tema de la independencia. Una mayoría abrumadora está a favor de que el asunto se resuelva mediante un referendo reconocido por las autoridades centrales. Los partidos secesionistas gozan de una estrecha mayoría en la legislatura regional tras las elecciones de diciembre.

Los legisladores separatistas se disponían a elegir a Turull el jueves, pero el ala izquierdista del bloque, el partido político de extrema izquierda Candidatura de Unidad Popular (CUP), frustró tales esperanzas al abstenerse.

El fracaso de Turull inicia un período de dos meses para hallar a un nuevo líder, o de lo contrario se realizarán nuevas elecciones.

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