Por MARGERY A. BECK
OMAHA, Nebraska, EE.UU.
Agencia (AP)

Las autoridades federales no están dando muchos detalles sobre cómo escogieron a una empresa nueva de Nebraska para que erigiera un segmento del muro fronterizo en California con un costo de 11 millones de dólares, incluyendo si sabían de los vínculos de la compañía con una constructora que según una auditoría gubernamental tenía “muchos posibles indicadores de fraude”.

El demócrata de mayor rango en la Comisión de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes le está pidiendo respuestas al Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) sobre la evaluación que usó el año pasado para elegir a SWF Contractors, de Omaha, con el fin de que realizara el trabajo. La empresa, fundada el año pasado con un solo empleado, surgió a partir de Coastal Environmental Group, con sede en Nueva York, que ha sido demandada varias veces por no pagar o pagar menos de lo debido a subcontratistas.

«Al parecer el DHS dio la licitación a una compañía recién formada con conexiones cuestionables y sin la debida evaluación de desempeño previo», dijo el representante Bennie Thompson en una misiva enviada a la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen. «Por la prisa de construir un tramo del muro del presidente (Donald) Trump, una porción de éste podría ser erigido por una empresa con un historial de mala administración y derroche de fondos públicos».

La oficina de Thompson dijo que hasta ayer no había recibido respuestas a sus preguntas.

El muro en la frontera de México con Estados Unidos fue una promesa central de la campaña de Trump. El contrato con SWF es sólo por un pequeño tramo, de alrededor de 3,2 kilómetros (dos millas) de barreras de postes en la frontera de Calexico, en California, con México.

Una auditoria interna del Departamento del Interior realizada en 2016, que fue obtenida por The Associated Press a través de una solicitud bajo la Ley de Libertad de Información, halló que Coastal tenía problemas de flujo de efectivo y violó los requisitos federales de que les pagara a los trabajadores rápidamente. Esos problemas fueron citados incluso antes de que el Servicio de Pesca y Vida Silvestre la contratara en 2013 para limpiar dos santuarios de la fauna tras el paso de la súper tormenta Sandy.

Si los funcionarios gubernamentales hubieran identificado esos problemas, dice el informe, «probablemente no hubiéramos contratado a (Coastal), y así hubiéramos evitado los numerosos problemas que tuvimos con esos contratos».

En el informe también se subrayó que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos había advertido que Coastal Environmental dio problemas en un contrato previo de limpieza relacionada con Sandy, lo cual incluyó el no pagarle o pagar menos de lo debido a unos 400 trabajadores. Un oficial a cargo de contrataciones en el Cuerpo entrevistado para el informe dijo a los auditores que “su consejo fue nunca contratar (a Coastal)”.

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