Por STEVE PEOPLES
NUEVA YORK
AP

Temerosos de verse traicionados en torno a un tema clave para ellos, sectores leales a Donald Trump están criticando duramente su propuesta de ofrecer la posibilidad de que los casi dos millones de jóvenes inmigrantes conocidos como dreamers puedan obtener la ciudadanía.

Candidatos alineados con el presidente en Nevada y Virginia rechazaron abiertamente la idea. El medio de comunicación más leal al mandatario, Breitbart News, le llamó «Don Amnistía». Y grupos que aplaudieron la dura retórica que dominó la campaña electoral de Trump advirtieron de una feroz reacción contra el Partido Republicano en los comicios de mitad de término que se celebrarán en noviembre.

«Hay una posibilidad real de que se produzca un desastre”, dijo Mark Krikorian, director ejecutivo del Centro de Estudios de Inmigración, un grupo de extrema derecha. «El presidente aún no ha dado la espalda a sus votantes. Pero creo que es importante que sus partidarios le dejen claro que lo están vigilando”.

Los cuestionamientos apuntaron a un presidente que ya cedió a las presiones en el pasado. Pero Trump no ha sido puesto a prueba hasta ahora sobre un tema tan significativo, que dominó su campaña e inspiró una coalición de votantes de clase obrera que respaldaron su improbable llegada a la Casa Blanca. Ahora, apenas un año después de asumir la presidencia, el republicano puede doblegarse a la voluntad de su encendida base o a la presión para que haga concesiones al gobernar.

Su liderazgo puede definir la suerte de cientos de miles de inmigrantes y si su partido es capaz de ganar terreno en el creciente bloque de votantes hispanos. Pero también puede alienar a quienes más lo quieren.

«Hay un movimiento detrás de Trump. Y no gira necesariamente en torno a Donald Trump», dijo Corey Stewart, candidato republicano al Senado en Virginia y conocido aliado del mandatario. «Gira en torno a las cosas que planteó Donald Trump defendió en su campaña. En última instancia, todos los líderes electos deben permanecer fieles al mensaje con el que se presentaron, de lo contrario la gente los abandona”.

Esta apasionada respuesta subraya el dilema que la inmigración representa para el Partido Republicano en la era Trump.

Gran parte del país, incluyendo republicanos independientes y moderados, están a favor de las protecciones a los miles de jóvenes que se criaron en Estados Unidos sin culpa alguna tras ser traídos al país de niños y que hoy no tienen permiso de residencia. Pero una notable facción conservadora, envalentonada por la retórica contra la inmigración ilegal de Trump, nunca aceptará nada que pueda ser visto como una “amnistía”, lo que deja poco margen de maniobra al mandatario.

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