Nueva York/Río de Janeiro
DPA

El presidente de Brasil, Michel Temer, defendió hoy en su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU el polémico juicio político que llevó a la reciente destitución de su predecesora, Dilma Rousseff.

«Brasil acaba de atravesar un proceso largo y complejo, regulado y conducido por el Congreso Nacional y por la Corte Suprema brasileña», dijo Temer en la apertura de la 71 Asamblea General en Nueva York.

«Todo transcurrió dentro del más absoluto respeto al orden constitucional», agregó el nuevo presidente brasileño, que no aludió directamente al Gobierno de su predecesora y antigua socia política.

«No hay democracia sin Estado de derecho, sin normas que se apliquen a todos, incluso a los más poderosos», sostuvo también Temer. Como es habitual desde 1947, el representante del país más grande de América Latina fue hoy el primer presidente en hablar ante el pleno.

Temer se presentó por primera vez ante la Asamblea General en Nueva York sólo 20 días después de sustituir oficialmente a Rousseff.

La destitución de la primera presidente mujer de Brasil es controvertida. Temer abandonó en marzo la coalición gubernamental de Rousseff, en la que ocupaba el cargo de vicepresidente, para apoyar el juicio político contra la mandataria en el Senado, con una amplia mayoría formada junto con la oposición.

Ya que el sistema presidencialista brasileño no prevé una destitución del Ejecutivo por la pérdida de su mayoría parlamentaria, el Senado juzgó a Rousseff por acusaciones de que su Gobierno cometió irregularidades fiscales.

La expresidenta y su izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) acusan a Temer y a grupos conservadores de usar las maniobras fiscales como una excusa para dar un «golpe parlamentario» y defenestrar ilegítimamente a un Gobierno salido de las urnas.

«Tenemos un sistema judicial independiente, un Ministerio Público actuando y órganos del Ejecutivo y del Legislativo que cumplen con su deber», se defendió hoy Temer.

La legitimidad de su Gobierno es cuestionada desde que asumió la presidencia de forma interina en mayo, tras la suspensión inicial de Rouseff.

El nuevo presidente brasileño fue recibido el domingo con protestas a su llegada a Nueva York. En Brasil, sus detractores salen desde hace semanas a protestar con la consigna «Fora Temer» («Fuera Temer»).

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