BERLÍN
AP

Luego de un «emotivo, en algún momento impresionante, fin de semana», la canciller alemana, Angela Merkel, dijo el lunes que todos los países de la Unión Europea deben ayudar para reubicar a la marea humana procedente de Oriente Próximo y África.

El presidente francés, François Hollande, anunció que su país acogerá a 24.000 refugiados y que él y Merkel acordaron un mecanismo para repartir a los migrantes por toda Europa.

Pero el primer ministro húngaro, Viktor Orban, dijo que él no está preparado para colaborar y cuestionó la efectividad del sistema de cuotas comunitario.

Aunque la calma regresó el lunes al principal paso fronterizo entre Austria y Hungría, luego de que 14.000 personas lo cruzaran durante el fin de semana, el líder húngaro se defendió ante sus homólogos europeos que culpan a su país del caos.

Merkel dijo a periodistas en Berlín que Alemania se asegurará de que todas las personas que necesitan protección la reciban, pero que los que no tienen posibilidades de recibir asilo tendrán que regresar a sus hogares rápido. Alemania se está preparando para recibir, de lejos, al mayor número de migrantes, pero la mandataria pidió ayuda a sus socios europeos.

«Alemania es un país que está dispuesto a acoger a personas, pero los refugiados pueden ser recibidos en todos los países de la Unión Europea de forma que puedan encontrar refugio de la guerra civil y la persecución», dijo.

Orban, por su parte, se burló de los esfuerzos de la Unión Europea para repartir a los migrantes en base a un sistema de cuotas y de las declaraciones de algunos líderes del bloque que presentaron a su país como a la «oveja negra».

Ninguna cuota migratoria entre las 28 naciones del bloque tiene sentido en un sistema donde la política de libre circulación de personas hace imposible su aplicación, explicó.

El canciller austriaco Werner y otros líderes comunitarios culparon a Orban por el caos y dijeron que no dio más opción a Austria y Alemania que abrir sus fronteras a miles de migrantes y refugiados que se quejaron de negligencia y violaciones de los derechos humanos en Hungría.

La mayoría de los que cruzaron a Austria durante el fin de semana viajaron luego en tren a Alemania. Funcionarios austriacos dijeron que solo unas 90 personas solicitaron asilo en el país.

En una reunión en Berlín a última del domingo, que se alargó hasta la madrugada del lunes, el gobierno alemán acordó destinar 6.000 millones de euros (6.600 millones de dólares) a ayudar a los cientos de miles de migrantes que están llegando al país. Al mismo tiempo se acordó introducir medidas legales que faciliten la deportación de solicitantes de asilo de países considerados «estados seguros» como Montenegro, Kosovo y Albania. En el futuro, los solicitantes tendrán también menos ayudas en efectivo y más beneficios no monetarios.

Según las últimas predicciones de funcionarios alemanes, al final del año al país habrán llegado más de 800.000 migrantes, muchos de ellos refugiados que huyen de la guerra y la persecución en Siria, Irak y Eritrea.

El paquete de ayudas del gobierno incluirá mejorar el alojamiento, más policías federales y clases de idiomas.

El segundo de Merkel, Sigmar Gabriel, dijo que integrar a los migrantes en la sociedad alemana requerirá confrontar los miedos de la población nativa.

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