Por redacción La Horacon información de las agencias AP y DPA

¿Corridas de toros o libros de texto? Una nueva camada de funcionarios locales españoles están destinando a fines educativos y otros, los subsidios que eran para fomentar la tauromaquia.

Julián Bolaños, el alcalde de esta ciudad española de unos 5 mil habitantes, anunció recientemente que los 18 mil euros (20 mil dólares) que tenía en los fondos públicos para las corridas de toros los invertirá en textos escolares y otro material educativo.

Días antes, su nuevo contraparte izquierdista en la ciudad de La Coruña retiró 50 mil euros que tenía en subsidios para la fiesta taurina y prometió darles un destino más adecuado.

Las medidas podrían parecer sorprendentes en un país donde las corridas de toros son un ingrediente emblemático de la cultura y un evento tradicional en los festivales veraniegos de casi toda ciudad, pero no son inusuales.

Desde las elecciones locales del 24 de mayo, el Partido Popular gobernante, conservador y partidario de las corridas ha sido desplazado de los ayuntamientos y gobiernos regionales en numerosas partes de la nación para ser reemplazado por coaliciones izquierdistas que cuestionan la financiación de las corridas de toros, consideradas un lujo en época de penurias económicas.

«De cada 10 personas que vienen a verme, nueve buscan empleo o ayuda y nadie me ha preguntado por las corridas de toros», dijo a The Associated Press Bolaños, miembro del Partido Socialista. Su ciudad, al igual que la mayoría de las demás en España, padeció severamente durante la crisis económica que ha dejado un 22% de desempleo.

En Madrid, la capital mundial de la tauromaquia, la nueva alcaldesa izquierdista Manuela Carmena dijo que no usará el palco presidencial en Las Ventas y estudia la posibilidad de retirar los subsidios y declarar la capital como ciudad amistosa con los animales, un gesto mayormente simbólico en deferencia a los grupos defensores de los derechos de los animales.

Esa medida ya fue adoptada por Palma de Mallorca en las Islas Baleares, también administradas por un nuevo alcalde izquierdista.

El alcalde de Valencia, en el este, también tiene un nuevo equipo izquierdista que ha rebanado los subsidios para las corridas de toros, mientras casi una decena de ciudades de la región, incluso Alicante, proponen plebiscitos para decidir si mantendrán las corridas como parte de los festivales locales.

«Estamos acosados», se quejó Carlos Núñez, presidente de la Unión de Criadores de Toros. «Las elecciones del 24 de mayo han traído muchos cambios con coaliciones que incluyen partidos opuestos a las corridas».

Núñez consideró que era un tratamiento injusto para un espectáculo que ha sido declarado parte de la tradición nacional española y que es el espectáculo nacional más popular después del fútbol. Las corridas y las sueltas de toros siempre han suscitado pasiones intensas; algunos las consideran un espectáculo artístico y otros las ven como eventos anacrónicos, sangrientos y crueles.

Contra la tendencia se alza la ciudad vasca de San Sebastián, que bajo la dirección de un nuevo alcalde conservador ha reintroducido las corridas de toros, poniendo fin a una prohibición de dos años del anterior ayuntamiento izquierdista. La primera corrida se disputó en días pasados y asistieron el exrey Juan Carlos y otros miembros de su familia. El monarca salió en defensa de las corridas por considerarlas «un valor para España que debemos apoyar».

El rey recibió una estruendosa ovación del público y una dedicatoria especial de uno de los toreros, quien dijo que el monarca defendía la cultura y la libertad por medio de su presencia. Fuera del ruedo, unos pocos opositores a las corridas unieron fuerzas con los antimonárquicos.

El debate que contrasta la tradición con los derechos de los animales poco tiene que ver con el actual debate en particular. La crisis económica española sumió en crisis la fiesta taurina, con menor cantidad de público y cada vez menos toros disponibles. Los más jóvenes prefieren gastar el poco dinero que tienen en viajes, teatros, películas, conciertos de música popular y clubes nocturnos. Pese a su popularidad decreciente, España todavía ofrece unas 2 mil corridas anuales y unos 16 mil festivales en ciudades y pueblos incluyen espectáculos taurinos.

Un momento clave en el debate sobrevino en 2011 cuando Cataluña, la rica región del nordeste cuya capital es Barcelona, pasó a ser la segunda región en prohibir las corridas de toros. La primera prohibición fue en las Islas Canarias, que cerró la práctica en 1991.

En reacción, una serie de otras regiones, mayormente administradas por el Partido Popular, emitieron directivas para proteger el espectáculo. El Parlamento también tomó medidas para entronizar las corridas de toros como ingrediente clave de la tradición cultural nacional tras un petitorio firmado por 600.000 personas, entre ellas el primer ministro Mariano Rajoy y el Premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa.

Regreso a la arena

Madrid, San Sebastián

La última vez que un toro pisó la arena de la plaza de Illumbe fue en agosto de 2012. La coalición independentista vasca Bildu gobernaba en San Sebastián y retiró el permiso para celebrar corridas en el coso, que pertenece al ayuntamiento. Un veto a un espectáculo muy español.

«Las corridas de toros no son el eje vertebrador de las fiestas (municipales) como pudieron serlo hace muchas décadas», justificó entonces su decisión el alcalde, Juan Karlos Izagirre.

Justo tres años después de que Alejandro Talavante y otros cinco diestros lidiaran los últimos seis toros en Illumbe, el ruedo recuperó las corridas en días pasados durante la Semana Grande de San Sebastián, una de las principales fiestas de la ciudad del norte de España. En el tendido se espera al emérito rey Juan Carlos.

Un gobierno de coalición del Partido Nacionalista Vasco y el Partido Socialista sustituyó a Bildu tras los comicios municipales de mayo y levantó el veto a los toros de los independentistas.

Los comicios trajeron cambios de gobierno en muchos ayuntamientos de España y hay localidades en las que se da la situación contraria a la de la ciudad vasca. Con excepciones, como en todo, la derecha defiende generalmente los toros y la izquierda situada más allá del Partido Socialista (PSOE), que no acaba de definirse, los critica.

Podemos, el partido que ha sacudido el escenario político español en el último año, llegó a hablar explícitamente de prohibirlos. Luego rectificó y cambió la apuesta por el veto por la oposición a destinarles dinero público. «Sería partidario de que se abriera un debate en la ciudadanía», dijo su líder, Pablo Iglesias.

Consistorios gobernados por Podemos, por candidaturas en las que tomó parte o por coaliciones de izquierda ponen impedimentos a lo que una parte de la sociedad española considera maltrato animal.

En Madrid, la alcaldesa Manuela Carmena prometió suprimir las ayudas públicas a los toros y, en un gesto simbólico, renunció al palco que el ayuntamiento tiene en la plaza de toros de Las Ventas.

Y es que el maltrato animal ha sido una temática a nivel mundial por la cual se han realizado diversas manifestaciones, ha habido polémica y ya no se considera una razón válida para utilizar fondos que pueden ser bien administrados en otras necesidades públicas.

En algunas localidades, las fiestas patronales del verano se han quedado ya sin festejos taurinos por la retirada de subvenciones, como ejemplo la madrileña San Lorenzo de El Escorial. No hace falta prohibir las corridas para ponerles fin.

Por eso el mundo taurino, que desde la prohibición de los toros en Cataluña en 2012 se siente perseguido, celebra especialmente el regreso al ruedo de San Sebastián.

«Es una gran satisfacción ver volver los toros a Illumbe. Es la fiesta nacional y que se proteja, para mí es maravilloso», dice a dpa Juan Ruiz Palomares, apoderado de Enrique Ponce, uno de los diestros que toreó en la plaza.

El cartel quería ser simbólico, casi el mismo con el que otro mes de agosto, el de 1998, se inauguró una plaza con capacidad para 11 mil espectadores. Ponce, Francisco Rivera Ordoñez y José María Manzanares padre lidiaron toros de la ganadería Torrestrella.

El lugar de Manzanares padre, fallecido el año pasado, lo ocupa ahora Manzanares hijo. A Rivera Ordóñez, que sufrió una grave cornada en Huesca (norte), lo sustituye Alberto López Simón.

Los festejos taurinos de las fiestas patronales en la localidad en la que la vida de Rivera ha corrido peligro han estado precedidos por debates intensos entre los antitaurinos y los aficionados.

Los dos partidos que gobiernan en coalición con los socialistas desde las elecciones de mayo, Cambiar Huesca y Aragón Sí Puede, quieren revisar su celebración y en el programa de fiestas de este año se ha incluido un manifiesto antitaurino.

Palma de Mallorca se declaró hace poco «ciudad antitaurina», un gesto simbólico, aunque con uno similar en Barcelona comenzó el proceso que llevó a la prohibición de los toros en Cataluña. En las Islas Canarias están prohibidos desde principio de los 90.
El sector se defiende con la tradición y la cultura, pero también con la economía. La Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos cifra la actividad en 2014 en 3 mil 550 millones de euros y apunta a un crecimiento de los asistentes del 4,97 por ciento. El partido animalista PACMA asegura a dpa que solo un 8 por ciento de los españoles fue a los toros en los últimos cinco años.

Las protestas de los toreros, mientras, se hacen evidentes. Manuel Díaz «El Cordobés» criticó públicamente a Pablo Iglesias. Morante de la Puebla fue hace poco a un acto con traje de luces y piel de lince ibérico para expresar que los toreros se sienten en extinción, como el felino. En días pasados se negó a lidiar su segundo toro en Marbella tras saltar al ruedo dos antitaurinos. Toreó en San Sebastián, en el día grande de las fiestas.

Y debido a la diversidad de opinión respecto al tema, es un hecho que esta vieja tradición ha sido considerada como crueldad animal y ciertamente los toreros se extinguirán.


CAS INTERNATIONAL

(Comité Anti Stierenvechten, que significa Comité Antitaurino en holandés) es una organización de protección animal europea miembro del movimiento antitaurino internacional.
La anti tauromaquia, o el rechazo a las corridas de toros, es un fenómeno que ha existido paralelamente a la aparición de actividades taurinas en el mundo, pero se ha manifestado como un movimiento social organizado solo desde el siglo XX. Es a finales de este siglo que este movimiento adquirió una dimensión claramente internacional, con la incorporación de grupos antitaurinos en países donde tradicionalmente no ha habido corridas de toros (como el Reino Unido, Países Bajos, o Alemania), pero aun así sus ciudadanos apoyan campañas antitaurinas realizadas en países donde sí hay toreo (como España, Francia, Portugal, Perú, Ecuador, Venezuela, Colombia o México).

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