Donetsk
Agencia dpa

«Va a ser un día largo. El intenso trabajo se concentra en la búsqueda de restos de las víctimas» en Grabovo, señaló la organización a través de Twitter.

Por el momento, no hay información sobre posibles obstáculos a la misión de búsqueda por combates entre las tropas del gobierno ucraniano y separatistas prorrusos. Hasta ahora, estos enfrentamientos habían impedido el acceso al lugar de la tragedia.

Los 298 pasajeros del vuelo MH17 que partió de Ámsterdam el 17 de julio murieron cuando el avión fue derribado presuntamente por un misil tierra-aire. El gobierno ucraniano y los separatistas se acusan mutuamente de disparar contra el Boeing 777-200.

En el lugar donde cayó el avión trabajan ahora principalmente expertos de Holanda y Australia, dos países que sufrieron numerosas víctimas. Holanda dirige la investigación sobre lo ocurrido.

Mientras, en Donetsk y Lugansk la situación se agudizó. Las autoridades de Lugansk informaron de un corte total de electricidad, que se suma al de agua y red de telefonía móvil.

«Lugansk sufre un bloqueo y aislamiento total», dijo el alcalde, Serguei Kravchenko, en un comunicado. Además, los combates han destrozado mucha infraestructura, entre otros el hospital local y varias viviendas. La situación es crítica, «al borde de la catástrofe humanitaria».

«Lo que está sucediendo en Lugansk no puede llamarse operación antiterrorista. Es una auténtica guerra», señalan las autoridades locales.

También en Donetsk volvieron a escucharse explosiones y disparos, informa la agencia de noticias Novorossia, gestionada por los separatistas. No hay información independiente que confirme estas afirmaciones.

El gobierno de Kiev, apoyado por Estados Unidos y la Unión Europea, se propone continuar con los combates hasta que la región de Donetsk y Lugansk sea «liberada». Para ello, el presidente Petro Poroshenko ha aprobado un nuevo presupuesto militar de otros 11.000 millones de grivnas (657,8 millones de euros).

Para financiar estos gastos adicionales, Poroshenko ratificó una ley en virtud de la cual desde ahora y hasta el 1 de enero de 2015 se cobrará un impuesto de guerra del 1,5 por ciento de los ingresos mensuales.

Además, el Parlamento aprobó el jueves incrementos de impuestos y se redujeron notablemente de manera temporal los gastos para las administraciones locales y las dietas de los diputados.

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