Una pantalla muestra un anuncio de campaña del presidente del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, que se presenta a la reelección en el mercado de Santa Tecla, El Salvador, el miércoles 31 de enero de 2024. Las elecciones presidenciales se celebrarán el domingo 4 de febrero. (AP Foto/Moisés Castillo)
Una pantalla muestra un anuncio de campaña del presidente del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, que se presenta a la reelección en el mercado de Santa Tecla, El Salvador, el miércoles 31 de enero de 2024. Las elecciones presidenciales se celebrarán el domingo 4 de febrero. (AP Foto/Moisés Castillo)

Si los pronósticos de todas las encuestas electorales se cumplen y el partido Nuevas Ideas de Nayib Bukele arrasa en las elecciones presidenciales y legislativas del domingo en El Salvador, algunos partidos podrían perder fuerza o hasta desaparecer.

Los actos de corrupción atribuidos a la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y al izquierdista Frente Farabundo Martí para la liberación Nacional (FMLN) —que durante tres décadas dominaron el escenario político del país— los llevaron a un acelerado declive.

 

Mientras partidos políticos emergentes como Nuestro Tiempo y VAMOS y otras fuerzas tradicionales ahora aliadas al gobierno como la Gran Alianza Para la Unidad Nacional (GANA) —que llevó al poder a Bukele— tienen más posibilidades de desaparecer.

La ley de partidos políticos salvadoreña establece que se cancelará la inscripción de un partido político cuando no obtenga 50.000 votos válidos emitidos a su favor en elecciones legislativas y si no tiene al menos un diputado en la Asamblea Legislativa.

El domingo 5,4 millones de salvadoreños, aptos para ejercer el sufragio, elegirán presidente y vicepresidente, así como 60 diputados de la Asamblea.

Según la más reciente encuesta de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), dirigida por jesuitas, Nuevas Ideas aparece con 81,9% de intención de voto, el FMLN con 4,2%, Arena 3,4%, Nuestro Tiempo 2,5%, Fuerza Solidaria 1,1% y Frente Patriótico Salvadoreño 1%.

El estudio otorga al menos 57 de los 60 diputados del Congreso a Nuevas Ideas, cifra que podría subir con los votos de los salvadoreños en el exterior.

“La foto de esta encuesta dice que nos acercamos hacia un régimen o de partido único o de partido hegemónico. El partido hegemónico es un partido predominante que tiene otros partidos pequeños que son de ornato para aparentar pluralidad», sostuvo Omar Serrano, vicerrector de Protección Social de la UCA.

El profesor de Ciencias Políticas de esa universidad, Álvaro Artiga, cree que el resultado ya está definido y que la votación del domingo “es solo un trámite”.

Al analizar las posibilidades que tiene la oposición en la contienda electoral, Artiga afirmó que «ahora lo que hay es un predominio total de un solo partido”, Nuevas Ideas, pero advirtió que con otros cinco años en el poder Bukele “va a consolidar una dinámica de partido hegemónico”

Oscar Picardo, que dirige el Centro de Estudios Ciudadanos de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), señaló que Arena y el FMLN “no han resulto sus problemas del pasado» y que el gobierno ha aprovechado todo su aparato de comunicación y propaganda para remarcar las acusaciones de corrupción en su contra.

Desde 2019 cuando ganó las elecciones presidenciales, Bukele —un experto en comunicación que ha sabido explotar su imagen en las redes sociales— ha machacado sobre la corrupción de esos dos partidos.

Dos expresidentes de Arena —Francisco Flores (1999-2004) y Tony Saca (2004-2009)— fueron procesados en los tribunales por lavado de dinero y peculado, entre otros cargos.

El primer presidente de Arena, Alfredo Cristiani (1989-1994), ahora prófugo de la justicia, está siendo procesado por su presunta participación en la matanza de seis sacerdotes jesuitas y sus colaboradoras perpetrado por un comando del ejército en 1989.

El expresidente Mauricio Funes (2009-2014) del FMLN enfrenta en ausencia siete procesos penales, mientras que su sucesor, también del FMLN, Salvador Sánchez Cerén (2014-2019) está siendo procesado por lavado de dinero y peculado en un caso que investiga el destino de 183 millones de dólares de gastos reservados de la Casa Presidencial.

Estos dos exmandatarios se refugiaron en Nicaragua, donde el presidente Daniel Ortega les otorgó la nacionalidad, lo que impide que sean extraditados.

 

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