Rafael Mariano Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica, en Kiev, Ucrania
Rafael Mariano Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica, en Kiev, Ucrania. Foto La Hora/AP

La planta de energía nuclear más grande de Europa está en una «situación relativamente peligrosa» luego de la ruptura de una presa en Ucrania y en momentos en que las fuerzas ucranianas emprenden una contraofensiva, advirtió el martes el jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica.

El funcionario, Rafael Mariano Grossi, habló con periodistas en Kiev antes de dirigirse a la planta nuclear de Zaporiyia, que está atrapada en el fuego cruzado desde que Rusia lanzó su invasión en febrero de 2022 y ocupó la instalación poco después.

Grossi informó que se reunió con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy para hablar sobre la situación en la planta nuclear, que se agravó luego de la ruptura de la presa Kajovka la semana pasada. La presa, sobre el río Dniéper, ayuda a mantener el agua en un embalse que enfría los reactores de la planta. Ucrania dice que Rusia voló la instalación, lo que Moscú niega, aunque algunos analistas señalan que la inundación subsiguiente probablemente entorpeció la contraofensiva ucraniana.

Grossi indicó que el nivel del agua que sirve a la planta está disminuyendo «constantemente» pero que no representa «un peligro inmediato». «Es una situación seria porque el enfriamiento está limitado al agua que hay allí», expresó Grossi. «Si ocurriera una rotura de las compuertas que contienen esta agua o algo parecido, realmente se perdería toda la capacidad de enfriamiento».

Ucrania recientemente dijo que esperaba poder colocar en «cierre frío» al último reactor de la planta que sigue en funcionamiento. Ello es un proceso en que todas las varas de control son insertadas en el núcleo del reactor para frenar la fisión nuclear y la generación de presión y calor. Cinco de los seis reactores de la planta ya están en cierre frío.

Preguntado sobre los planes ucranianos, Grossi señaló que Rusia controla la planta y que ello representa «una vez más, otra situación indeseada derivada de esta situación anómala». Trabajadores ucranianos siguen operando la planta, aunque con una presencia rusa armada. El OIEA tiene un equipo en la planta, y Grossi informó que ese equipo será relevado por otro en este viaje.

Preguntado sobre la contraofensiva ucraniana, Grossi se manifestó «sumamente consternado» por la posibilidad de que la planta quede atrapada en fuego cruzado.
«Se trata de combates activos. Por lo tanto, obviamente, nos preocupa la probabilidad matemática de que haya un impacto», aseveró.

Cuando se le preguntó sobre los temores ucranianos de que los rusos hayan colocado explosivos en el lugar, Grossi enfatizó que hasta el momento «no hemos visto equipos militares pesados» traídos por las fuerzas rusas. «No debe haber allí equipos militares, ni artillería, ni municiones, ni nada que comprometa la seguridad de la planta», enfatizó Grossi. «En estos momentos no tenemos indicios de ello, pero no se puede descartar».

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