La guerra de Rusia en Ucrania cumple nueve meses. Foto La Hora. Ap.

Las autoridades ucranianas trataban el lunes de calmar el temor entre la población después de que se supo que Rusia ha utilizado drones iraníes para llevar a cabo ataques, señalando el creciente éxito en derribar las pequeñas aeronaves. Al mismo tiempo, las conversaciones sobre un ataque con una «bomba sucia» han añadido otra dimensión preocupante al conflicto que entra en su noveno mes.

Los ucranianos se preparan para tener menos energía eléctrica este invierno tras los persistentes ataques de Rusia contra la infraestructura de todo el país en las últimas semanas. Mientras tanto, los ciudadanos de la ciudad meridional de Mykolaiv hacían fila para conseguir agua y suministros esenciales al tiempo que las fuerzas ucranianas avanzan sobre la cercana ciudad de Jersón, ocupada por Rusia.

Las fuerzas ucranianas han derribado más de dos tercios de los casi 330 drones Shahed que Rusia ha disparado hasta el sábado, dijo el jefe del servicio de inteligencia de Ucrania, Kyrylo Budanov, en una entrevista publicada el lunes. Budanov dijo que los militares rusos habían encargado unas 1.700 unidades de varios tipos de drones, y que actualmente se está desplegando un segundo lote de unos 300 Shahed.

«El terror con el uso de ‘Shaheds’ puede durar mucho tiempo», se le citó en el periódico Ukrainska Pravda, añadiendo: «La defensa aérea está básicamente haciendo frente, el 70% son derribados».

Tanto Rusia como Irán niegan estar utilizado drones de fabricación iraní en la guerra. Budanov también restó importancia a las especulaciones de que las fuerzas rusas estén preparando una salida inmediata de Jersón, aunque se esté llevando a cabo una evacuación de civiles y otras personas, como personal bancario y profesores. Budanov dijo que las declaraciones en ese sentido del recién nombrado comandante ruso en Ucrania, el general Sergei Surovikin, tenían como objetivo «preparar el terreno» en caso de que se produzca una retirada total, lo que el funcionario ucraniano predijo que ocurriría a finales de año.

«Pero al mismo tiempo no puedo decir que ahora mismo estén huyendo de Jersón», señaló Budanov. Entretanto, las autoridades rusas han retirado de Jersón los monumentos de los jefes militares rusos del siglo XVIII Alexander Suvorov y Fyodor Ushakov, afirmando que la acción pretendía salvarlos de los ataques ucranianos en la ciudad.

El sábado, las autoridades instaladas por Rusia pidieron a todos los residentes de Jersón que se marcharan «inmediatamente» ante la una contraofensiva de soldados ucranianos para recuperar la ciudad —una ruta clave hacia Crimea, territorio ucraniano anexado por Rusia en 2014— que ha estado en manos rusas desde los primeros días de la guerra.

 

Los incesantes ataques de la artillería ucraniana sobre Jersón han cortado los principales cruces del río Dniéper, que divide el sur de Ucrania, dejando a los soldados rusos en la orilla occidental sin suministros y vulnerables a ser acorralados. La región es una de las cuatro que el presidente ruso Vladimir Putin se anexionó ilegalmente el mes pasado y puso bajo la ley marcial rusa la semana pasada.

Por su parte, el principal diplomático de Ucrania pidió al organismo de control nuclear de la ONU enviar de inmediato un equipo de inspección al país para contrarrestar la afirmación de Moscú de que Kiev está preparando una «provocación» que involucra una bomba sucia.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, dijo el lunes que hizo la solicitud en una llamada con Rafael Grossi, jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Kuleba indicó que Grossi acordó enviar un equipo de inspectores y agregó que «a diferencia de Rusia, Ucrania siempre ha sido y sigue siendo transparente. No tenemos nada que ocultar.» El ministro de Defensa, Sergei Shoigu, afirmó en llamadas telefónicas con sus homólogos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Turquía que Ucrania estaba preparando una provocación con una bomba sucia, un dispositivo que utiliza explosivos para dispersar material radiactivo.

Los tres países occidentales dijeron en un comunicado conjunto que «rechazan las acusaciones transparentemente falsas de Rusia de que Ucrania se está preparando para usar una bomba sucia en su propio territorio».

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