Las fuerzas rusas iniciaron el miércoles la evacuación masiva de civiles de una de las primeras grandes ciudades que tomaron en la invasión de Ucrania. Foto La Hora: AP.

Las fuerzas rusas iniciaron el miércoles la evacuación masiva de civiles de una de las primeras grandes ciudades que tomaron en la invasión de Ucrania, en un reconocimiento tácito de que el presidente Vladimir Putin estaría a punto de sufrir una nueva derrota humillante en el campo de batalla.

La asombrosa contraofensiva ucraniana aparentemente se acercaba a Jersón, una ciudad industrial y portuaria del sur a orillas del río Dniéper y con más de 250.000 habitantes. La batalla por la ciudad marca un momento de inflexión para los dos países en guerra cuando se acerca el invierno, que podría congelar el frente hasta el deshielo de la primavera boreal en abril.

En una posible nueva señal de que la invasión no marcha de acuerdo con los planes rusos, Putin impuso la ley marcial en cuatro regiones ucranianas que Moscú anexionó ilegalmente en las semanas recientes, controladas total o parcialmente por el ejército ruso. Una de ellas es la región de Jersón, en torno a la ciudad homónima.

Lo que era hasta hace poco un hilillo de evacuaciones de la ciudad se volvía un torrente. La televisión estatal rusa mostró a los habitantes apiñados a orillas del Dniéper, muchos de ellos con niños, a la espera de cruzar en bote hacia el este y desde allí hacia el corazón del territorio controlado por Rusia.

En una posible nueva señal de que la invasión no marcha de acuerdo con los planes rusos. Foto La Hora: AP.

Mensajes de texto advirtieron a los habitantes que habría cañoneos y dijeron que se preparaban autobuses para su transporte, informó la prensa rusa. En folletos distribuidos a los evacuados se les dijo que podían llevar hasta dos maletas grandes, medicamentos y alimentos para algunos días.

Las autoridades respaldadas por Moscú han dicho que las evacuaciones son voluntarias, pero en muchos casos, las rutas de salida sólo conducen a Rusia. «Conviene evacuar a la gente antes de que los combates incluyan disparos de artillería y bombardeos de la ciudad y es lo que estamos haciendo», afirmó Vladimir Saldo, el jefe de la región designado por Moscú.

Andriy Yermak, jefe del despacho presidencial ucraniano, calificó la evacuación de «espectáculo propagandístico» y aseguró que las denuncias rusas de un cañoneo de Jersón por las fuerzas de Kiev eran «una táctica bastante primitiva, ya que las Fuerzas Armadas no disparan sobre ciudades ucranianas».

Las fuerzas ucranianas han obligado a las rusas a replegarse en la margen occidental del río y los administradores instalados por Moscú aparentemente esperan que las aguas del Dniéper, anchas y profundas, sirvan de barrera natural al avance de esas fuerzas.

Reconociendo la presión que ejercen sobre el terreno las tropas de Kiev, el nuevo comandante de las fuerzas rusas en Ucrania dijo el martes que la situación en la región de Jersón era «muy difícil». Blogueros rusos han interpretado las declaraciones del general Serguei Surovikin como una advertencia de un posible repliegue de las fuerzas de Moscú.

Jersón es una de las cuatro regiones parcial o totalmente ocupadas que Rusia anexionó ilegalmente el mes pasado, en un intento, ampliamente condenado y rechazado por las naciones occidentales, por consolidar sus acaparamientos de grandes zonas.

La orden de ley marcial de Putin se extendió a las cuatro regiones. También otorgó poderes adicionales de emergencia a los jefes de las regiones rusas. Putin no explicó de inmediato los poderes que otorgaría la ley marcial, pero podrían incluir restricciones a los viajes y reuniones públicas, una censura más estricta y poderes más amplios para las agencias de aplicación de la ley.

Al demostrarse incapaz de mantener todo el territorio que su ejército ha tomado y luchar contra las pérdidas de efectivos y equipos, Putin ha intensificado los bombardeos desde el aire, con una campaña de tierra arrasada contra las centrales eléctricas ucranianas y otras obras clave de infraestructura.

 

Esas tácticas contrastan con la estrategia del Kremlin en las etapas iniciales de la invasión en febrero, cuando los comandantes rusos aparentemente habían tratado de prescindir de algunos servicios que tal vez pensaron que podrían necesitar más adelante.

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