Los gobernadores republicanos están incrementando su práctica de enviar a migrantes sin previo aviso a bastiones demócratas, incluyendo a una acaudalada isla de Massachusetts y a la residencia de la vicepresidenta Kamala Harris, para provocar a los líderes de las llamadas ciudades «santuario» y resaltar su oposición a las políticas del gobierno del presidente Joe Biden.
Los gobernadores de Texas y Arizona han enviado a miles de migrantes en autobuses a Nueva York, Chicago y Washington, D.C. en los últimos meses, pero las acciones más recientes — que incluyeron dos vuelos el miércoles a la isla Martha’s Vineyard pagados por Florida — fueron calificadas por los críticos de ser un teatro político inhumano.
A su arribo a Martha’s Vineyard, donde el expresidente Barack Obama tiene una casa, los migrantes, en su mayoría venezolanos, recibieron alimentos, albergue, atención médica e información sobre dónde encontrar trabajo.
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— Diario La Hora (@lahoragt) September 16, 2022
«Somos una comunidad que se une para respaldar a los inmigrantes», declaró el legislador estatal Dylan Fernandes, que representa a esta isla turística ubicada al sur de Boston y de la que muchos de sus residentes son obreros.
Abogados de Civil Rights, un grupo activista con sede en Boston, dijeron que iban a proporcionar servicios jurídicos gratis, y señalaron que estaban investigando si el gobernador de Florida pudiera haber infringido leyes de tráfico humano si resulta ser que los migrantes fueron enviados contra su voluntad o engañados para que abordasen los vuelos.
Domingo Garcia, presidente de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC, por sus siglas en inglés), dijo que algunos de los migrantes enviados en autobuses desde Texas a Washington, D.C. el jueves fueron «engañados», una afirmación que la AP no ha confirmado y que funcionarios de Texas y Arizona han negado.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, envió dos vuelos el miércoles con migrantes a Martha’s Vineyard, en lo que su oficina dijo forma parte de una iniciativa para «transportar inmigrantes ilegales a destinos santuario». La legislatura de Florida asignó 12 millones de dólares para transportar a «extranjeros no autorizados» fuera del estado.
Aunque la oficina del gobernador no dio detalles sobre el estatus legal de los migrantes, muchos de los que cruzan ilegalmente la frontera quedan protegidos temporalmente de la deportación tras ser dejados en libertad por las autoridades estadounidenses con el fin de que soliciten asilo en las cortes de inmigración —según lo autoriza la ley estadounidense y un tratado internacional — o recibir un permiso para salir en libertad con fines humanitarios.
La oficina de DeSantis no respondió de inmediato a preguntas sobre dónde abordaron los vuelos los migrantes ni si fueron coaccionados para que lo hiciesen.
Julian Cyr, senador estatal de Massachusetts, le dijo al Vineyard Gazette que un vuelo partió de San Antonio, Texas, lo que genera interrogantes de si los migrantes llegaron a pisar Florida. Datos de monitoreo de vuelos muestran que un vuelo se originó en San Antonio, hizo escala en Crestview, Florida, y en Charlotte, Carolina del Norte, antes de aterrizar en Martha’s Vineyard.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció la llegada el jueves en la madrugada de dos autobuses enviados desde ese estado a la residencia de la vicepresidenta Harris en el Observatorio Naval de Estados Unidos. Los vehículos llevaban a más de 100 migrantes de Colombia, Cuba, Guyana, Nicaragua, Panamá y Venezuela.
«El gobierno Biden-Harris continúa ignorando y negando la crisis histórica en nuestra frontera sur, que ha puesto en peligro y abrumado a las comunidades de Texas durante casi dos años», dijo Abbott, que ha dedicado miles de millones de dólares de los contribuyentes a la seguridad fronteriza.
Abbott ha enviado por autobús a 7.900 migrantes a Washington desde abril, y posteriormente 2.200 a Nueva York y 300 a Chicago. El gobernador de Arizona, Doug Ducey, ha enviado a más de 1.800 migrantes a Washington desde mayo. Los pasajeros deben firmar documentos diciendo que los viajes gratuitos son voluntarios.
DeSantis parece estar llevando la estrategia a un nivel diferente al usar aviones y elegir Martha’s Vineyard para dejar a los migrantes allí. La isla tiene unos 15.000 habitantes y está menos preparada que Nueva York o Washington para la llegada de grandes cantidades de personas.
Texas y Florida han hecho enfurecer a las autoridades en las ciudades de destino al no proveer listas de pasajeros, tiempos estimados de arribo ni otra información que facilitaría los preparativos para recibirlos. En contraste, Arizona sí se ha coordinado con funcionarios de otras ciudades.
Biden enfrenta los mismos problemas que su predecesor Donald Trump: un sistema de asilo disfuncional y condiciones económicas y sociales que están haciendo que habitantes de muchos países decidan irse de ellos.
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— Diario La Hora (@lahoragt) September 15, 2022
Las autoridades estadounidenses detuvieron a migrantes provenientes de México unas 2 millones de veces de octubre a julio, un alza de 50% respecto al mismo período un año antes. Una regla que está en vigor desde marzo de 2020 y que suspende los derechos a solicitar asilo, bajo el argumento de prevenir la diseminación del COVID-19, se aplica a todas las nacionalidades en teoría, pero en gran medida se ha limitado a migrantes de México, Guatemala, Honduras y El Salvador porque son los únicos que México acepta.
En julio, menos de 4 de cada 10 detenidos en la frontera con México fueron sujetos a expulsión bajo esa regla, conocida como Título 42. Muchos migrantes provenientes de Venezuela, Colombia, Cuba, Nicaragua y otras partes fueron dejados en libertad en Estados Unidos para que procedieran con sus casos migratorios en las cortes. Las autoridades estadounidenses han pasado apuros para expulsarlos a sus países debido a los costos, malas relaciones diplomáticas y otras cuestiones.
Algunos republicanos celebraron los nuevos envíos de migrantes desde estados fronterizos a ciudades santuario.
«Massachusetts, bienvenido a ser un estado de la frontera sur», tuiteó Jeremy Redfern, vocero de DeSantis.
Stephen Miller, uno de los principales arquitectos de las políticas de Trump para controlar la migración, dijo que llevar «unos pocos millones» de migrantes a Martha’s Vineyard debería transformar la isla de 15.000 habitantes en «un Edén moderno».
Charlie Crist, nominado demócrata a la gobernación de Florida, dijo que DeSantis está tratando a los migrantes en forma inhumana.
«Me sorprende lo que él está dispuesto a hacer tan sólo para obtener ganancias políticas», declaró.