Los principales distritos escolares de Estados Unidos están permitiendo que los alumnos entren a las aulas sin mascarillas por primera vez en casi dos años, eliminando normas que provocaron intensos pleitos entre los educadores, los consejos escolares y los padres durante la pandemia de COVID-19.

 

La ciudad de Nueva York se convirtió el lunes en el distrito escolar más reciente en eliminar la obligación de llevar mascarilla, y Filadelfia está a punto de levantar este mandato el miércoles, con lo que se une a otras grandes ciudades como Houston y Dallas y a varios estados que han tomado medidas similares en la última semana. Las escuelas de Chicago pondrán fin el próximo lunes a la obligación de usar mascarilla.

Estudiantes caminan a sus clases en la escuela primaria Washington. (AP Foto/Marcio Jose Sanchez, Archivo)

Los padres, los profesores y los directores escolares se enfrentan a un complicado ejercicio de equilibrio a la hora de aplicar las nuevas disposiciones. Algunas familias están encantadas de que sus hijos ya no tengan que llevar mascarilla, mientras que otras se muestran reticentes y piden a sus hijos que sigan llevando la cara cubierta por ahora. Los profesores y los directores tienen que arreglárselas lo mejor posible en medio de ambas posturas.

En Anchorage, Alaska, la supervisora escolar Deena Bishop dice que el levantamiento del mandato en las casi 100 escuelas públicas de la ciudad la semana pasada fue un alivio después de meses de acritud, aunque hubo algunos tropiezos.

Bishop dice que se ha enterado de un puñado de comentarios que los profesores han hecho de manera inadvertida y que “no cayeron bien” a los estudiantes ni a sus padres, como el de un profesor que destacó a un niño pequeño cuyos padres decidieron que siguiera llevando mascarilla, y el de otro que hizo que un estudiante se sintiera culpable por su decisión de no llevarla.

 

Comentó que los casos sirvieron como “momentos de aprendizaje” para recordar al personal que “una decisión es una decisión y que tenemos que respetar la elección de ese hogar”.

“Había mucha angustia, muchas disputas en la ciudad por llevar o no llevar mascarillas”, dijo Bishop. “Así que me alegro de que hayamos eliminado esa batalla. Todo eso se ha calmado, y ahora podemos volver a centrarnos en el aprendizaje”.

El descenso en el número de infecciones y nuevas directrices federales en materia de salud han hecho que la mayoría de los estados que siguen exigiendo el uso de mascarillas en las escuelas dejen de hacerlo.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) emitieron recientemente nuevas directrices en las que se afirma que la mayoría de los estadounidenses viven en lugares donde las personas sanas, incluidos los estudiantes, pueden prescindir del uso de mascarillas con seguridad.

Sin embargo, quienes dudan sobre la conveniencia de poner fin al uso de las mascarillas en las escuelas suelen hacer notar las bajas tasas de vacunación infantil entre los niños estadounidenses. Según los CDC, sólo aproximadamente una cuarta parte de los niños de entre 5 y 11 años están completamente vacunados contra el coronavirus, y alrededor del 58% de los niños de entre 12 y 17 años están vacunados.

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