En este día en que La Hora celebra los 74 años de su Cuarta Época, UNESCO lanza la campaña “Truth Never Dies” creada para conmemorar el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas y a lo largo y ancho del mundo se publican mensajes para hacer conciencia sobre el significado de la violencia en contra de los medios de comunicación y los profesionales que en ellos trabajan.

En La Hora hemos vivido varias épocas, porque las sucesivas dictaduras hicieron que se variara la forma de mantener vivos los principios que dieron lugar a su fundación en el año 1920 y sabemos lo que es la represión tanto física como económica dispuesta por diversas formas de dictadura a las que les resulta odiosa la verdad dicha sin tapujos ni eufemismos. A lo largo de estos casi cien años varios de los periodistas de La Hora fueron acosados, perseguidos y algunos asesinados por la brutalidad de sectores de poder que no se detienen ante la razón y que cuando no pueden comprar al medio, cumplían con la prédica del fallecido Álvaro Arzú, quien decía que a la prensa se le paga o se le pega.

Hay periodistas que no están en venta y eso les arde a muchos porque quisieran que todos se pusieran de rodillas para recibir su mesada de los poderosos. Nada les molesta más que una prensa verdaderamente independiente, no sólo del poder político, sino también del poder económico y hacen lo que puedan para aniquilarla. Por ello nuestras cuatro épocas anteriores y las que tengan que venir en el futuro porque lo único que no está en nuestros planes es someternos y vender nuestra pluma o nuestra conciencia.

Nos agrada y nos parece un mensaje premonitorio el que sea justamente hoy cuando la UNESCO dice que la verdad nunca muere. Y por mucho que se empeñen en acallar nuestra voz discordante, que les dice sus verdades de frente y sin recurrir ni a chismes ni dimes o diretes, sino explicando claramente en qué consiste la corrupción y, lo más importante, que la misma no es únicamente práctica de los políticos sino también del gran poder económico que la sostiene y alienta, a la fuerza irán entendiendo que la verdad nunca muere y que siempre habrá emisarios dispuestos a ventilarla, a exponerla con la más meridiana claridad, le duela a quien le duela.

Cuando se nace para luchar por la democracia y contra la corrupción, no hay poder capaz de cambiar ese sino abrazado con devoción y entrega.

Redacción La Hora

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