Buenos Aires
Agencia dpa
El misterio que rodea la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman, permanece hoy, a un año de que el funcionario que investigaba el atentado al centro comunitario judío AMIA y había denunciado a Cristina Fernández de Kirchner por supuesto encubrimiento a Irán fue hallado con un tiro en la cabeza.
La Justicia no definió aún una hipótesis acerca de si la muerte de Nisman fue un suicidio o un homicidio, aunque para su madre, Sara Garfunkel, no hay dudas: «A él lo mataron, no se mató».
La investigación, luego de casi un año sin avances, parece empezar a moverse. La jueza del caso, Fabiana Palmaghini, apartó a la fiscal Viviana Fein de la instrucción y el nuevo Gobierno argentino, a cargo de Mauricio Macri, ordenó la desclasificación de documentación e información sobre Nisman, a la vez que relevó del secreto a los agentes de inteligencia que pudieran tener datos clave. A su vez, dos efectivos que estaban en la custodia del fiscal fueron citados a declarar.
En las pericias no se halló pólvora en la mano de Nisman, como suele ocurrir en los casos de suicidio con armas como la pistola calibre 22 de donde salió el disparo y que le había prestado al fiscal un colaborador suyo, Diego Lagomarsino, el único imputado en la causa de la muerte.
El papel de Lagomarsino aún no está claro, ya que además se determinó en otra causa paralela que había abierto una cuenta bancaria en una entidad financiera en Nueva York junto con Nisman y la madre del fiscal.
La hermana del fiscal, Sandra Nisman, denunció que «después de un año, muchas pruebas y muchas cosas ya se perdieron». «Si en las primeras horas o días no se investiga a fondo, sin haberse tomado todos los recaudos, después es muy difícil, es complicado», declaró a la Agencia Judía de Noticias.
Nisman fue hallado muerto en la noche del 18 de enero de 2015 con un disparo en la cabeza en el baño de su lujoso departamento en el barrio de Puerto Madero en Buenos Aires. Junto a su cuerpo se encontró el arma calibre 22 de Lagomarsino.
Nisman tenía a su cargo la fiscalía especial para la investigación del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, que en 1994 dejó 85 muertos y cientos de heridos. En su pesquisa contó con colaboración de los servicios de inteligencia, en especial de Stiuso.
El 14 de enero de 2015, cuatro días antes de su muerte, Nisman presentó una denuncia contra la entonces presidenta Fernández de Kirchner (2007-2015), su canciller Héctor Timerman y otros políticos vinculados al kirchnerismo por supuesto encubrimiento de los siete iraníes acusados por la Justicia argentina por el ataque a la AMIA, a través de la firma en 2013 del memorándum de entendimiento con Irán.
La muerte del fiscal tuvo un fuerte impacto en la opinión pública, que quedó demostrado en la multitudinaria marcha del 18 de febrero a la histórica Plaza de Mayo en reclamo de justicia. La misma demanda será enarbolada el lunes en una manifestación convocada por la Delegación de Asociaciones Israelitas en Argentina (DAIA), la principal entidad judía en el país.