Miguel Saquimux Contreras
Un buen punto de arranque para demostrar que no se sabe lo que importa en Guatemala, sería el recordar que en el país a diario se gasta en un privado de libertad, entre 10 u 11 veces más de lo que se invierte en un niño o adolecente. Es decir, que puede afirmarse que el Gobierno hoy en día emplea más recursos en un reo que en cada una de las personas que componen las futuras generaciones.
Cuando nos trasladamos a uno de los escenarios que más apasiona a los chapines, denotaremos que en la actualidad se debate más acerca del denominado “futbol de primer nivel” que de la problemática nacional, y si la situación del país en verdad importara, no se debatiría de los problemas sino más bien de las soluciones. Seguramente el marco teórico para discutir acerca del futbol, exige mucho menos que lo que pueda requerir el análisis de la coyuntura nacional y su relación con el panorama mundial; pero, no por eso debe dejarse por un lado este tipo de abordajes, porque es inconcebible como puede anteponerse otro tipo de discusiones a lo que realmente nos interesa.
Si seguimos recorriendo las distintas esferas de la vida nacional, lograremos notar que el plano académico no es la excepción en estas cuestiones, porque, en este caso específico lo que importa es la obtención del título, más no la forma en que se obtuvo o los conocimientos que debieron ser adquiridos. Esto se refleja en la educación superior, en donde varios de los que asisten a las distintas casas de estudios, lo hacen únicamente con el deseo de optar a un grado académico superior, sin importar, muchas veces los medios empleados.
Por último, podríamos referirnos a la polémica conferencia que se llevó a cabo hace pocas semanas, en la que el protagonista fue el Presidente ecuatoriano Rafael Correa, en donde algunos sectores y personas con capacidad de influir en la opinión pública, les importó más quién era el mensajero que el mensaje. De esta manera se desaprovecha, una oportunidad de canalizar correctamente algunos aspectos, mismos que pueden ser aplicados en nuestro país.
La lista es interminable, pero se concluye que en Guatemala importan más los reos que los niños, el futbol que la problemática nacional, el título académico que el conocimiento, el mensajero que el mensaje, la forma que la esencia, etcétera, etcétera, etcétera. En conclusión, podría afirmarse que en este país lo más importante es lo menos importante.