El humo de los incendios forestales se cierne sobre la ciudad durante una temporada de clima seco en Brasilia, Brasil, la madrugada del lunes 26 de agosto de 2024. (Foto AP/Eraldo Peres)
El humo de los incendios forestales se cierne sobre la ciudad durante una temporada de clima seco en Brasilia, Brasil, la madrugada del lunes 26 de agosto de 2024. (Foto AP/Eraldo Peres)

Los edificios de Brasilia, la capital modernista de Brasil, se han visto envueltos en humo durante los dos últimos días. El centro del país es la región más recientemente afectada por el humo de los incendios en la selva amazónica, la sabana del Cerrado, el humedal del Pantanal y el estado de Sao Paulo.

La crisis de la niebla tóxica llevó al presidente Luiz Inácio Lula da Silva a visitar el centro de control de incendios de Brasil el domingo por la tarde. “No se han detectado incendios provocados por rayos. Esto significa que la gente está provocando incendios en la Amazonía, el Pantanal y especialmente en el estado de Sao Paulo”, declaró. Su gobierno se comprometió a intensificar la lucha contra los incendios y las investigaciones para identificar a los culpables.

En lo que va del mes se han registrado casi 3.500 incendios en el sureste del estado de Sao Paulo, el mayor número registrado en un mes desde que se empezaron a recopilar datos en 1998. Más de la mitad de esos incendios se produjeron el 23 de agosto, lo que hace sospechar que hubo un ataque coordinado. La niebla tóxica hizo que 48 ciudades declararan la alerta roja. La buena noticia fue que un frente frío provocó el lunes descenso de las temperaturas y lluvia, extinguiendo todos los incendios, según el gobierno estatal.

 

En Brasilia, el índice de calidad del aire alcanzó un nivel muy insalubre el domingo por la noche, según el Instituto de Medio Ambiente de Brasilia. Esta es la primera vez que esta dependencia gubernamental registra una alerta de smog desde su creación en 2007. A raíz de ello, se cancelaron actos públicos y el aeropuerto de la cercana ciudad de Goiania permaneció cerrado durante unas horas.

Ciudades amazónicas como Manaos, Porto Velho y Rio Branco llevan varias semanas asfixiadas por el humo, pero han recibido menos atención y mediática y de las autoridades. Esto se debe en parte a que se trata de un suceso anual.

“Hizo falta que el humo y el hollín de la Amazonía y el Cerrado invadieran los salones del palacio presidencial para que el gobierno federal despertara”, dijo a The Associated Press Altino Machado, un periodista afincado en Rio Branco que lleva cuatro décadas escribiendo sobre el medio ambiente.

En el estado de Sao Paulo, dos empleados que trabajaban en una planta industrial murieron el viernes mientras intentaban controlar un incendio. Además, un total de 59.000 hectáreas (146.000 acres) de plantaciones de caña de azúcar fueron destruidas, según una asociación de productores. En la Amazonía, un bombero de la brigada federal también murió el lunes mientras trabajaba en el territorio indígena Capoto Jarina.

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