La Corte Nacional de Justicia de Ecuador (CNJ) calificó como «ilegal y arbitraria» la captura del exvicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas, durante un asalto a la embajada de México en Quito, pero pese a la posición de la entidad, el exfuncionario seguirá preso por condenas pendientes, anunció el tribunal.
Una semana después de la controvertida incursión policial en la embajada mexicana en Quito, la jueza Mónica Heredia dijo que quedó evidenciada la vulneración de la libertad personal de Glas “por ser su detención ilegal formalmente y arbitraria”, y señaló que “correspondería la inmediata libertad de la persona afectada».
Según la explicación dada por Heredia, la detención no cumplió con las formalidades de comunicar previamente a las autoridades pertinentes la decisión de allanamiento a la sede diplomática de México.
INCIDENTE INTERNACIONAL
El arresto de Glas llevó a México a romper relaciones con Ecuador, ya que el exfuncionario buscaba obtener su libertad a través de un recurso de habeas corpus, con el que también pretendía que la justicia declarara ilegal su detención.
Pese a ello, Glas fue detenido la noche del 5 de abril, después de que México le concedió asilo político.
Durante la audiencia para resolver la solicitud, que se inició el jueves, la CNJ determinó la ilegalidad y arbitrariedad del arresto del exvicepresidente (2013-2017).
La corte juzgó la ilegalidad de la detención, al considerar que no hubo orden de allanamiento para ingresar a la sede diplomática. En consecuencia del asalto, México pidió suspender a Ecuador de la ONU, en una demanda presentada el jueves ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya.
A su vez, el máximo tribunal ecuatoriano determinó que Glas debe seguir en una cárcel de alta seguridad de Guayaquil, por condenas que tiene pendientes en otros dos casos de corrupción.
RETROSPECTIVA
Glas se refugió en la embajada mexicana en diciembre pasado, antes de que se dictara orden de prisión por supuesto peculado por el manejo de fondos para la reconstrucción de poblados devastados por un terremoto en 2016.
Ante esto, Quito había solicitado autorización para ingresar a la sede diplomática y detenerlo, petición a la que México se negó, sumándose unos comentarios de su presidente, Andrés Manuel López Obrador, esto derivó en la expulsión de la embajadora Raquel Serur y horas después en la incursión armada.
Glas debía cumplir ocho años de prisión por condenas previas en dos casos de corrupción. Sin embargo, salió de la cárcel en 2022 tras una cuestionada medida cautelar, luego de estar cinco años preso, y debía presentarse periódicamente ante la autoridad.
EL “OPTIMISMO” DE MÉXICO
El consultor jurídico de la cancillería mexicana, Alejandro Celorio, dijo que su país ve con «optimismo» la decisión judicial, pues «confirma» que Glas «enfrentaba una persecución política».
En tanto, Celorio amplió la denuncia sobre una supuesta intervención de las comunicaciones de la embajada mexicana por parte de autoridades ecuatorianas, previo al operativo policial en el que fue agredido el diplomático Roberto Canseco y aseguró que México prepara un documento para la CIJ en el que detallará las múltiples violaciones que a su juicio cometió Ecuador.
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