“Cuando hayas de sentenciar procura olvidar a los litigantes y acordarte sólo de la causa.”
Epicteto de Frigia
Regularmente asociamos la palabra Justicia con el Derecho, de donde viene la pregunta ¿A quién sirve el Derecho? Que surge de la falta de Justicia que tiene parte de la población, y que entiende que la Justicia, no solamente no es ciega como nos la presentan, porque mira a unos y otros no y se viste de Chanel, si levantáramos una encuesta sobre si los ciudadanos creen que hay justicia en el país, el 99% respondería que no, y ese es un grave problema para un Estado que se cree que es de Derecho.
La mayoría de gente de Derecho, especialmente muchos de los que pertenecen al Sistema de Justicia se encuentran en deuda desde hace mucho tiempo para con la sociedad, debido a que, son la parte activa los que están detrás de los escritorios estudiando los casos, representados por los expedientes, emiten resoluciones a la carta en casos en los que debió existir rigorismo, en este grupo se engloban tanto los que emiten las resoluciones como los que de parte del Estado solicitan resoluciones cuestionables y cuestionadas.
El resultado de que, como sociedad permitiéramos que algunos togados en el nombre del Derecho, emitieran resoluciones que a la sociedad parecieron inadecuadas y constitutivas de delito, porque para llegar a ellas, el camino ha sido empedrado y torcido, el que no se hiciera nada por parte de la sociedad, cuando iniciaron este tipo de prácticas oscuras, fue el caldo de cultivo para que nos encontremos hoy con resoluciones que no solamente al igual que las anteriores son todo, menos apegadas a Derecho, hoy además son certeros golpes a la legalidad en un país que quiere ser país.
Son muchos los casos en los que, los operadores de justicia quedan a deber a la población, por la aplicación de un sistema tortuoso como lo es el nuestro; como ejemplo de lo expuesto pongo el caso del Exministro de Gobernación, a quien por medio del Sistema de Justicia, se le castiga, si se le castiga por haber actuado no solamente conforme a Derecho, también por haber respetado los derechos mininos de los manifestantes, mientras en una sociedad no polarizada, los poseedores temporales de las instituciones del Estado hubieran aplaudido el buen hacer del Exministro, acá se le castiga, utilizando el sistema que no debió ser manoseado, y sin embargo lo fue y lo sigue siendo.
Como colofón, y que nos coloca en un lugar preferencial de una novela de ciencia ficción, es que a la jueza que resolvió como debía de ser, impartiendo justicia, aplicando falta de mérito, en el caso que se inició en contra del Exministro por haber actuado en forma correcta, el MP, institución que ha sido reconocida, incluso internacionalmente como un vehículo para transgredir la ley, porque varios de sus elementos han sido sancionados por haber llevado a cabo actos corruptos, parece una caricatura, de las opacas, que la institución creada constitucionalmente para perseguir el delito, se encuentre dirigida por personas señaladas de cometer precisamente delitos que, en algunos países son condenados con la ejecución.
Lo altamente chocante, es que se presenten denuncias por hacer lo correcto, y que los casos prosperen, flaco favor se le hace no solamente a la institucionalidad, sino que al Estado de Derecho que se permitan este tipo de acciones, y que los funcionarios que, nos hagan vivir en un mundo kafkiano como en el que vivimos, sigan creando nuevas formas de burlar la legalidad y Justicia.
Lo peor de esta forma de manipular el sistema, es que ya haya varias personas en prisión, por las decisiones ilegales de algunos funcionarios del Sector Justicia, los casos suman ya varios nombres, por lo que, cuando leemos que, en dictaduras como Nicaragua y Venezuela, los dictadores castigan al opositor con la cárcel, nos debe poner en cuestión nuestra propia situación.
La Justicia es el valor máximo al que aspira el ser humano, el que se le manipule para atacar el enemigo, es un grave delito.