Sin ser ave de mal agüero, me permito indicarles a las nuevas autoridades del Ministerio de Educación lo siguiente: la Unesco y el Ministerio de Educación de Chile convocaron a una Cumbre Ministerial de Educación “Santiago 2024” la cual se desarrolló la semana pasada; se esperaba configurar políticas públicas educativas exitosas, recuperación y transformación de las inversiones en educación y el compromiso de los gobiernos ante este desafío. Ignoro si Guatemala tuvo presencia en dicho evento o en su caso ¿quién representó al gobierno guatemalteco?
El aumento del bajo rendimiento escolar en Guatemala tiene sus raíces desde hace varios años atrás, es decir, antes de la pandemia, así que no hay que echarle la culpa sólo a la pandemia por el rezago educativo que se arrastra desde por lo menos unos cuarenta años, éste tiene que ver de manera directa con la capacidad individual de maestros y profesores que integran el sector docente y sobre todo por la ausencia del Estado en casi todas las regiones del país.
Es necesario que, se ponga atención en cambiar los programas de enseñanza a efecto de reducir la gran deficiencia en lectura y matemáticas en todos los niveles educativos; para ello es necesario que las actuales autoridades pongan atención en la enseñanza al sector docente en materia de tecnología para el aprendizaje y conocimiento; es decir que los maestros y profesores puedan incorporar nuevas tecnologías en el aula, siempre y cuando ellos mismos las conozcan.
¿Cómo hacer para que el proceso educativo en las escuelas sea más accesible al mayor número de niños y jóvenes? ¿cómo lograr que la población estudiantil anhele ir a la escuela a aprender y disfrutar del aprendizaje que le servirá durante su vida y deje de pensar en su asistencia a conciertos de artistas extranjeros y nacionales, para disfrutar un momento de su vida? ¿Cómo desarrollar su capacidad investigativa?
De acuerdo con las declaraciones ofrecidas recientemente por el Ministro de Finanzas, se harán ajustes al presupuesto para el ejercicio fiscal del presente año con el objeto de proporcionarle al Ministerio de Educación recursos adicionales, los cuales tendrán que ser aprobados por los diputados. Esperemos que esto se haga realidad muy pronto y que los representantes del pueblo cumplan con su deber de apoyar estos ajustes presupuestarios.
En términos generales la educación y la cultura nos hacen mejores personas, forman nuestra ecología moral personal la cual se transforma en valores según los cuales podemos vivir e interactuar en la sociedad, ¿y para ello es necesario que se revoque la medida administrativa de haber clausurado las escuelas normales en el país para que los nuevos maestros tengan esos cimientos morales y éticos que puedan transmitirlos a las nuevas generaciones? Pareciera que los valores humanos se han transformado en indolencia e irresponsabilidad en la juventud.
Necesitamos esforzarnos mucho para mantener al Estado alejado de la religión, considerándolo crucial para la cohesión del país después del derramamiento de sangre provocado por los sectores pudientes del país, y que mantiene al pueblo aún con fracturas sociales y heridas que no sanan a pesar del tiempo. La mezcla tóxica de religión y política está idealizada y nadie se toma la molestia de ver lo que ha hecho en perjuicio de la sociedad. Oj Alá se nos escuche.
