Tras ser electo presidente del Congreso de la República, Nery Ramos, aseguró que el acuerdo de gobernabilidad que permitió la elección de una nueva Junta Directiva no sólo ha sido el resultado de un proceso de diálogo multipartidario, sino del impulso de una agenda legislativa que represente iniciativas de una pluralidad democrática que hará regresar el Congreso al pueblo.
Dijo que quienes habían decidido dar un paso al costado en su nominación en la Junta Directiva no serían defraudados, «deben tener la plena confianza en que el espacio que han cedido, se construirá con una agenda de unidad y desarrollo nacional».
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UN CONGRESO PARA EL PUEBLO
Afirmó que este día debe ser el final de la etapa oscura para el país, con pérdidas en el índice de desarrollo humano e institucional, por ello dijo que se debe hacer un compromiso de reconstruir Guatemala, de luchar contra la corrupción, de dialogar y hacer consensos.
Señaló que la X Legislatura tiene el reto de recuperar la dignidad y el respeto hacia el Congreso, lo que aseguró que será la columna vertebral de la Junta Directiva y de su presidencia en el Legislativo.
Indicó que las instituciones y los funcionarios ya no se perciben como servidores que ejercen el poder del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, sino que se ejerce contra el pueblo, lo que significa que «es una oportunidad para reivindicarse».
«La naturaleza misma del poder legislativo nos impone la tarea de ser libres y acercar el Congreso al pueblo, sí, el Congreso lo puede lograr», apuntó.
Ante ello, hizo un llamado a los diputados a quienes recordó «el pueblo creyó en ustedes, yo creo en ustedes. El resultado de hoy es la firme convicción de los compromisos que ustedes han hecho con los guatemaltecos en sus distritos».
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CONGRESO ABIERTO
Ramos enfatizó que el Congreso es una institución de servicio, es una extensión legítima y efectiva de la voluntad del pueblo, por lo que dijo que ante este escenario lo que se debe es infundir confianza y que como órgano escuchará a la ciudadanía, a la comunidad internacional y a los pueblos de Guatemala.
Dijo que para lograrlo será importante el acompañamiento del poder Ejecutivo y Judicial y los representantes de la comunidad internacional, no sólo para legitimar a esta institución, sino para el esfuerzo común para alcanzar los ideales de la sociedad moderna guatemalteca.
Hizo un llamado a los diputados para actuar con lo que es correcto y necesario, pues dijo que para tener la certeza inequívoca que se hacen las cosas bien, «se tiene que tener claro cuáles son nuestros valores, de dónde se viene y a quiénes se representa».
Afirmó que no es exagerado decir que el futuro de la política guatemalteca se juega en el Congreso, lo que significa «ejercer nuestra función con total honorabilidad y en beneficio de la mayoría».
Por último, solicitó a los guatemaltecos que «juntos pidamos a Dios nos dé la sabiduría para tomar las decisiones justas para nuestra sociedad y que esta X Legislatura marque la historia y recupere la credibilidad del pueblo, las puertas estarán abiertas».
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