La ucraniana Lesia Tsurenko pega un revés en el duelo ante la bielorrusa Aryna Sabalenka en la tercera ronda del Abierto de Australia. Foto: Asanka Brendon Ratnayake-AP/La Hora
La ucraniana Lesia Tsurenko pega un revés en el duelo ante la bielorrusa Aryna Sabalenka en la tercera ronda del Abierto de Australia. Foto: Asanka Brendon Ratnayake-AP/La Hora

Una jugadora ucraniana que se rehúsa a darle la mano a otra de Rusia y Bielorrusia en la red se ha convertido en algo común en la gira del tenis en los dos últimos años.

Para ellas, disputar el Abierto de Australia en Melbourne tiene un significado más importante.

“Es un recordatorio del hecho que hay una guerra en mi país”, indicó Lesia Tsurenko el viernes tras el duelo ante la bielorrusa Aryna Sabalenka. “Lo hago por Ucrania y creo que es lo correcto”.

No hubo un apretón de manos al final del duelo entre Sabalenka y Tsurenko el viernes, tampoco cuando se enfrentaron Marta Kostyuk y Elina Avanesyan, aunque ambas jugadores reconocieron a sus rivales.

Dos años después del inicio de la invasión, la guerra continúa, pero Ucrania ha comenzado a caer en la agenda noticiosa y las jugadoras temen que esto lleve al olvido.

“Lo peor es que te acostumbras”, le dijo esta semana a los reporteros Dayana Yastremska. “Y eso es muy malo, por que la mayoría de las personas se están olvidando de lo que está sucediendo ahí”.

 

Kostyuk indicó que los periodistas tienen que mantener la noticia viva.

“Quieren el drama, quieren la noticia, querían toda esta tensión entre jugadoras y todo”, aseguró. “La guerra sigue, gente muere todos los días, gente está muriendo todos los días. Aún no entiendo que están haciendo todos estos jugadores (rusos y bielorrusos) están haciendo aquí».

Cuando Rusia invadió Ucrania en febrero del 2022, el pesar de las jugadoras ucranianas estaba en la mente de todos. Wimbledon veto a los jugadores rusos y bielorrusos ese año y se realizaron varios eventos para recaudar fondos.

Pero la ATP y WTA decidieron permitir que individuos de esos países continuaran compitiendo sin la bandera de su país. Wimbledon levantó el veto en el 2023 debido a la presión de sanciones contra los eventos de césped en el país.

Desde el inicio de la guerra, las jugadoras ucranianas decidieron no saludar a sus contrapartes rusas y bielorrusas, a veces la afición confundida culpa a la jugadora perdedora.

Pero no hubo abucheos en Melbourne Park en donde la afición está consciente y entiende la situación.

Svitolina describió que su “misión” es mantener a Ucrania en la opinión pública, pero Tsurenko admitió que es una batalla cada más complicada debido a que “la gente no quiere escuchar malas noticias”.

Svitolina aún así, continúa agradeciendo a todos los que hacen algo para ayudar, pero Yastremeska dijo que la frustración está creciendo.

“La gente apoya, claro, pero cuando mencionó a la WTA o a alguien, sólo me preguntan si necesito un psicólogo. Gracias, pero no va a ayudar”.

En el duelo del jueves entre Yastremska y Varvara Gracheva, quien cambió su nacionalidad de rusa a francesa, terminó con ambas jugadoras dando un toque en la red con sus raquetas.

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