El dengue y el COVID-19 son dos enfermedades diferentes, pero comparten síntomas similares y en ocasiones incluso para los médicos es difícil establecer de cuál se trata, solo después de ciertos días, con la aparición de reacciones específicas en el cuerpo, se puede determinar entre una y otra, y el tratamiento que el paciente debe seguir.
El Departamento de Salud y Derechos Humanos de los Estados Unidos, a través de sus Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) calificó a Guatemala como un país con un riesgo «frecuente o continuo» de contagio de dengue, enfermedad que en los últimos días ha manifestado un incremento en el territorio nacional, según información oficial.
Mientras que el COVID-19 sigue manifestándose de manera amplia en el país, aunque no a los niveles de cuando inició la pandemia. De acuerdo con el Gobierno de Guatemala, para finales de agosto pasado había 275 municipios en alerta amarilla y otros 65 se mantenían con alerta anaranjada.
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Esos eran los datos en el Tablero de Alertas COVID-19. Las autoridades recomendaron a los habitantes de los municipios más afectados continuar con el uso de mascarilla, distanciamiento social y constante lavado de manos, y a los viajeros que buscan visitar el país mantener las debidas precauciones para evitar el contagio.
Los CDC brindan información para los ciudadanos estadounidenses que piensan viajar a los lugares con este tipo de situaciones sanitarias, y para quienes ya se encuentran en ellos, con la intención de que mantengan sus medidas de seguridad. Pero también es útil para los habitantes de estos sitios, debido a que los detalles representan un diagnóstico.
Durante la identificación de la enfermedad, es importante compararla y descartar que no sea alguna otra de tipo epidémico de la cual actualmente hay en el país, como el COVID-19.
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Los CDC advierten que a pesar de que ambas enfermedades en su fase más leve pueden presentar los mismos síntomas, como fiebre, dolor, náuseas y vómitos, se contagian de manera diferente y en la evolución de las dos también tiene algunas variedades.
Transmisión
Existen cuatro variantes del virus del dengue, y este se adquiere a través de picaduras de zancudo, tales como el Aedes aegypti o el Aedes albopictus. Una persona contagiada puede transmitir la enfermedad a otra por ninguna razón o motivo.
Las variantes del virus SARS-CoV-2, causante del COVID-19, son transmitidas de una persona a otra por medio de la respiración, saliva, mucosa o residuos de la boca, que la persona infectada excreta cuando habla, tose o estornuda.
Tiempo de incubación
El dengue varía de 3 a 10 días desde la picadura hasta la aparición de los síntomas.
En el COVID-19, la manifestación de los síntomas podía extenderse hasta los 14 días desde la exposición al virus.
Síntomas característicos
El dengue, además de los síntomas en común, su principal indicativo es dolor de ojos y un descenso en los glóbulos blancos (leucopenia).
La principal señal de un paciente contagiado de COVID-19 es dificultad para respirar, situación que va acompañada de tos, pérdida del olfato (anosmia) y pérdida del gusto (ageusia).
Fase grave de la enfermedad
Las personas que han llegado hasta la fase 4 del dengue, el dengue hemorrágico, pueden presentar una hemorragia intensa en nariz y encías, acumulación de líquidos e insuficiencia cardíaca.
Los casos graves de COVID-19 van acompañados de bajo suministro de oxígeno al cerebro (hipoxia), shock y falla multiorgánica.
Población en mayor riesgo
El dengue puede aumentar su peligrosidad en bebés, infantes, quienes lo padecieron anteriormente, y personas con enfermedades crónicas anteriores, como asma o diabetes.
En tanto, el COVID-19 representa mayor riesgo para el sector de la tercera edad. Este incrementa a partir de los 65 años. También personas con enfermedades subyacentes como la obesidad, problemas cardiovasculares o en necesidad de diálisis.
Tratamiento
Actualmente, no existe un tratamiento específico para el dengue, pero los CDC recomiendan mucho reposo, mantener a la persona hidratada y tratar los síntomas con Acetaminofén, evitando por completo la Aspirina y el Ibuprofeno.
Para el COVID-19 ya existen tratamientos antivirales comprobados y recomendados por el personal médico, tales como Nirmatrelvir con ritonavir, Remdesivir y Molnupiravir, lo importante es iniciar con su administración lo antes posible, para evitar un avance de la enfermedad.
Prevención
Para prevenir las picaduras de mosquitos, se recomienda aplicarse repelentes para insectos o aceite de eucalipto de limón, usar pantalones y camisas de manga larga, tratar adecuadamente elementos o recipientes que contengan agua e instalar mallas de cedazo en puertas y ventanas.
El COVID-19, por tratarse de una enfermedad contagiosa, se recomienda evitar el contacto con una persona infectada o que se sospeche que pueda ser portadora del virus, quedarse en casa si se tiene confirmación del contagio o si se cree que fue adquirida, mejorar la ventilación de los espacios públicos o preferir reuniones al aire libre, hacerse pruebas regularmente para detectarla, y estar al día con el esquema de vacunación.
** Con información de David Medina