Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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Basura, es el único calificativo para describir la abundante en cantidad, pero nula en calidad, oferta electoral para este proceso de elecciones 2023.  En esta época de la historia, cuando más conectados estamos, ya sea por medio de las redes sociales o del internet, en vez de socializar por dichos medios sus programas de gobierno, sus propuestas para erradicar la desnutrición infantil, combatir la corrupción y recuperar las instituciones y el Estado de Derecho promoviendo un sistema de pesos y contrapesos con una separación real de poderes, únicamente se observa a todos los candidatos cantar, bailar o decir y ofrecer payasadas dignas de un circo barato.

Idéntico epíteto reseña a los funcionarios públicos, que con cínico descaro han llegado a servirse del Estado, principalmente del erario.  Cuando se observa las comitivas del presidente y su vicepresidente, pasando por ministros, viceministros, alcaldes, diputados y secretarios, entre otros burócratas, puede darse uno cuenta del enorme despilfarro en vehículos último modelo, coleros, guardaespaldas, policías y un larguísimo etcétera, quienes actúan con total prepotencia desplegando sirenas y deteniendo el tráfico para que pasen sus interminables caravanas de vehículos o cerrando calles y avenidas cuando tienen actividades públicas.

Casi el 80% de los diputados van por la reelección.  Por lo menos 4 más buscan la presidencia, entre ellos, el delfín oficialista Manuel Conde, quien, aunque va muy rezagado en las encuestas, el “Jefe de Jefes” en la red social Twitter ya lo dio por virtual ganador de los comicios y próximo presidente del país.  Quien sabe qué arreglos se puedan tener con el TSE y los sistemas que compren para alimentar la data en las próximas elecciones.

Por si fuera poco, en otro cuestionadísimo proceso para designar a la fiscal general, al presidente no le quedó más remedio que reelegir a la actual fiscal general, quien, bajo su mandato, detiene casos incómodos para el Ejecutivo y a su vez acelera casos de personas y medios que les son incómodos, o que han denunciado alguno de los innumerables casos de corrupción que ha tenido este lamentable gobierno.

Así las cosas, el ciudadano harto de tanta basura, de tanta prepotencia y de tantísima corrupción, tiene el poder de elegir el voto nulo.  Como entiendo que funciona, si la mitad más uno de los votos válidamente emitidos, que son los votos válidos (a favor de un candidato) más los votos nulos más los votos en blanco, corresponde a los votos nulos, la elección se repetiría, lo que es buena noticia para al menos tres candidatos presidenciales, y para el resto de candidatos del partico Prosperidad Ciudadana, cuya Asamblea fue declarada nula por lo que todos sus candidatos fueron retirados del proceso electoral.  Confieso que no simpatizo con ninguno de los tres candidatos que promueven votar nulo.

Creo humildemente que es muy poco probable que los votos nulos lleguen a ser la mitad más uno de los votos válidamente emitidos.  Sin embargo, si los votos nulos superan a por lo menos uno de los dos candidatos, o candidatas, que lleguen a la segunda vuelta, aunque no se logre llegar a la mitad más uno de los votos válidamente emitidos, el candidato ganador se enfrentaría a una durísima prueba de credibilidad, puesto que una buena parte del electorado lo rechazaría y el mismo candidato lo sabría.  Su gobierno tendría grandes sombras de credibilidad desde el inicio, por lo que se vería forzado a conseguir acuerdos, no con diputados y alcaldes, sino que con representantes de la sociedad civil, con tal de legitimar una presidencia dudosa representatividad.

Votar nulo sí es una opción que se debe aprovechar.

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