Un informe compara lo que diferentes naciones destinan a la protección social, educación, salud, vivienda, servicios comunitarios, protección del medio ambiente y a las actividades recreativas, la cultura y la religión. Foto La Hora: Archivo.

 

Un tema que bien podrían abordar nuestros políticos, aunque sea en estos días de campaña, es el del gasto social que se hace en el país. Latinometrics es una empresa que difunde semanalmente información sobre la situación económica y social de América Latina, comparando las métricas de la región con las del resto del mundo y en uno de sus últimos informes compara lo que diferentes naciones destinan a la protección social, educación, salud, vivienda, servicios comunitarios, protección del medio ambiente y a las actividades recreativas, la cultura y la religión.

La comparación la hicieron tomando en cuenta el porcentaje del Producto Interno Bruto de cada Estado destina a ese gasto social y colocan a la mayoría de los países miembros de la CEPAL para compararlos con otros países desarrollados. El primer dato es que, encabezados por Francia, los europeos son los que mayor porcentaje destinan al gasto social y que Chile se cuela entre ellos con alrededor del 25% de su PIB destinado a cubrir gasto social, arriba aún de los Estados Unidos.

Pero para desgracia nuestra, Guatemala es el país que ocupa el último lugar, con apenas un 7.6% del Producto Interno Bruto dedicado al gasto social, destacando que la mayoría de esos recursos van para Educación y Salud, pero sin señalar que ello es porque los poderosos sindicatos en ambos campos han negociado leoninos pactos colectivos en los que se incrementan sueldos sin que mejore la calidad de los servicios, mientras en protección social la deuda del Estado al IGSS es pavorosa.

Obviamente muy poco de lo que el país produce, ese Producto Interno Bruto que hasta contempla las remesas familiares que nuestros compatriotas envían desde Estados Unidos, se usa a fin de promover mejores condiciones de vida para la población, razón que explica claramente por qué nuestra gente padece tantas dificultades y tiene que buscar otros horizontes para realizarse en la vida.

Pero Latinometrics tampoco se refirió a un tema profundo y es el de la llamada calidad del gasto, porque no solo es que sea menor la parte del PIB que va para cubrirlo, sino que además la corrupción hace que lo que llega en la realidad a convertirse en un gasto social sea aún una mucho menor cantidad, realidad pasmosa que no aparece en la ya vergonzosa métrica que estamos comentando.

Nuestros políticos, en vez de hablar tanta tontería y andar ofreciendo el oro, el moro y hasta viagra, deberían de centrarse en programas que, de manera transparente, permitan en verdad elevar los recursos para mejorar la calidad de vida.

Redacción La Hora

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