Los brasileños Neymar (derecha), Vinicius Junior (centro) y Rodrygo practica durante un entrenamiento en Doha, Qatar. Foto La Hora: AP.

Brasil quiere seguir bailando en el Mundial. Croacia tiene la tenacidad capaz de desquiciar a cualquiera… y correr. Tal es el escenario del choque por los cuartos de final el viernes. Primero, el tema de los bailes de Brasil cuando festeja sus goles. Todos bailan en la Seleção hasta su técnico, Tite. Siempre sereno, el seleccionador de 61 años defendió a capa y espada el que su equipo sea tan exuberante.

También puntualizó algo: seguirán haciéndolo mientras permanezcan en Qatar. «Es para la cultura brasileña. Se celebra cuando se marca un gol», dijo Tite en la víspera. «No se trata de faltarle el respeto a nadie. Así es que somos y seguiremos haciéndolo». Tite acabó bailando luego que Richarlison anotó el tercer gol de la victoria de la Canarinha ante Corea del Sur por 4-1 en los octavos de final. Roy Keane, el retirado internacional irlandés y volante del Manchester United, expresó su malestar por las celebraciones de los brasileños.

Según Tite, el acompañar a sus jugadores en los festejos significa tener una conexión con una generación joven, «con chicos que hasta podrían ser mis nietos». «No es mi perfil salir en las fotos, eso es para los jugadores. Quiero participar de la alegría», añadió antes de bromear: «Pero sé que debo practicar más (los pasos)». Vinicius Junior, autor del primer gol brasileño ante Corea del Sur, prometió más danza en el césped del Education City, el estadio donde se disputará el duelo del viernes.

El volante croata Luka Modric durante un entrenamiento. Foto La Hora. AP.

«El gol es el momento más importante en el fútbol, pero no sólo para el que lo hace, sino para todo el país», dijo Vinicius, criticado por la vieja guardia en España por bailar cuando anota para el Real Madrid. «Aún no hemos mostrado varios festejos. Ojalá podamos seguir marcando y bailar de esta manera hasta la final». Los brasileños avisaron previo al Mundial que coreagrafiaron múltiples celebraciones de gol. Para seguir bailando, no obstante, tendrán que someter primero a la Croacia de Luka Modric. La selección con la casaca ajedrezada intenta repetir en la final cuatro años después de sucumbir ante Francia.
Y ojo con algo. Croacia es una selección europea.

Si Brasil quiere irse del Medio Oriente con una sexta estrella de campeón mundial en su camiseta, tendrá que romper su reciente maleficio ante los europeos al primer mano a mano contra uno de ellos en la ronda de eliminación directa. Han transcurrido dos décadas desde la última vez que vencieron a un europeo en tales instancias. Eso fue cuando Ronaldo firmó un doblete en la victoria 2-0 ante Alemania en la final de Corea-Japón 2002 para celebrar el quinto título.

Irremediablemente, en las siguientes cuatro ediciones, Brasil naufragó ante un europeo, contra Francia en 2006, Holanda en 2010, Alemania en 2014 y Bélgica en 2018. La de 2014 fue en una semifinal como anfitriones, las otras en la etapa de cuartos. El revés de 2014 fue el humillante 7-1 en Belo Horizonte. Croacia es un equipo compacto que combina veteranía y juventud, uno que ha encajado apenas dos goles en este Mundial y que viene de vencer a Japón por penales en octavos tras remontar para igualar 1-1 en los 120 minutos de juego.

Otra cosa, los croatas tienen como costumbre exprimirse. Cuatro de los últimos cinco partidos de Croacia en la rondas eliminatorias del Mundial se fueron a prórrogas. «Tienen mucha calidad y les sobra la perseverancia», advirtió Tite. «Brasil intentará seguir en su misma línea, y ya veremos cuál de los dos pasa».

Modric, el talismán croata, conoce bien a varios brasileños al coincidir con Vini, Rodrygo y Eder Militao en el Madrid, amén de que Casemiro fue compañero suyo hasta hace poco en el reinante campeón de Europa. Vinicius dijo que Modric ha sido un ejemplo para él, y que ha aprendido mucho del volante todoterreno de 37 años. «Vamos por más», dijo Modric. «No nos damos por satisfechos con los cuartos de final. Sabemos que nos toca un rival muy potente. Tenemos nuestras propias fortalezas y nos tenemos mucha fe».

«Es bonito que Vini hable bien de mí. Es un tipazo y nos llevamos muy bien», añadió Modric. «Ha crecido mucho desde que llegó al Real Madrid y se ha visto así en el Mundial. Vamos a tener las manos llenas con él. Trataré de darle unos cuantos consejos a mis compañeros para neutralizarlo y hacer más dífícil su trabajo. Aquí estamos luchando por nuestros países, nada más».

El seleccionador croata Zlatko Dalić dijo que el equipo brasileño «es realmente aterrador» por su abundancia de talento individual. Pero dejó una pista sobre su plan: Tratarán de quitarles el balón. Dalić tomó nota de cómo Suiza exigió a Brasil en el segundo partido del Mundial, uno que los sudamericanos ganaron 1-0 gracias a un gol de Casemiro en el tramo final.

Los brasileños Neymar (derecha), Raphinha (centro) y Dani Alves. Foto La Hora: AP.

Y con Marcelo Brozovic, Mateo Kovacic y Modric, los croatas tienen en el mediocampo los intérpretes — por experiencia y técnica — capaces de pelearles el balón. «No estoy diciendo que es un partido 50-50, pero tampoco somos desconocidos. Cuando veo a Brasil, me parece que podrían sufrir si pierden la posesión de forma prolongada», indicó.

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