La CC aseguró que sufrió un ataque cibernético y que su cuenta de Twitter fue tomada por peronas desconocidas. Foto La Hora/CC/archivo

Luego de que la cuenta oficial de Twitter de la Corte de Constitucionalidad (CC) de Guatemala comentara una publicación del abogado brasileño Paulo Abrão, referente a un reportaje de la revista estadounidense Foreign Affairs sobre “La nueva élite del poder de América Latina”, la entidad aseguró que su cuenta fue hackeada por personas desconocidas.

En esta misma línea fue la narrativa que utilizó el ente investigador dirigido por Consuelo Porras, al retuitear un “reportaje” acompañado de un post que criticaba al Departamento de Estado porque “protege a prófugos de la justicia”, señaló que eran víctimas de ataque “cibernético”.

El sábado 3 de septiembre, a las 10:07 pm, la cuenta de Twitter de la CC comentó en la publicación de Abrão un signo de interrogación (?); sin embargo, pasada aproximadamente una hora la institución eliminó el comentario.

CC: PÁGINAS FUERON HACKEADAS

En respuesta, la Corte divulgó un comunicado donde aseguró que tanto su cuenta oficial de Twitter como la de Facebook fueron hackeadas “por personas desconocidas y ajenas a la institución”.

Por ello, indicó que desde la tarde del sábado 3 de septiembre la Dirección de Tecnologías de la Información y la Unidad de Comunicación Estratégica de la Corte “se encuentran realizando las acciones pertinentes para la recuperación y el restablecimiento de ambas cuentas oficiales”.

Asimismo invitaron a la población a “no dejarse sorprender” por acciones mal intencionadas que tienen como objetivo “desvirtuar” la labor que realiza la CC; además, indicaron que se tomaron las acciones legales correspondientes.

EN SU MOMENTO MP HABLÓ DE ATAQUES CIBERNÉTICOS

En junio, el MP retuiteó un “reportaje” acompañado de un post que criticaba al Departamento de Estado porque “protege a prófugos de la justicia”. La comunicación social de la entidad, comentó para La Hora que al momento de publicar el comunicado ya se habían logrado recuperar las cuentas hackeadas y, además, que “se están haciendo esfuerzos para fortalecer la seguridad informática”.

 

USUARIOS REACCIONAN

Aunque el comentario fue eliminado, el periodista internacional Luis Assardo capturó el suceso y lo divulgó en su cuenta de Twitter, agregando que “no deja de ser divertido y penoso” que la CC, entidad que a su criterio ya ha sido señala de tener “vínculos con cuentas de sicariato digital”, interactúe de dicha forma en un artículo de tal naturaleza.

La usuaria MH a secas cuestionó: “¿Sí fueron hackeadas y aún no las recuperaban, como pudieron poner este comunicado en un tuit, en su cuenta de Twitter? Bien pilas el CM.”

El usuario Marlon Rosales comentó la publicación y pidió que se publicara la denuncia que habría realizado la máxima corte por el supuesto “hackeo”: “Nítido hay publican la Denuncia pues… para darle seguimiento, nadie por encima de la Ley o cómo es la línea”.

“Mismas pajas que dice el @MPguatemala, increíble, Uds tampoco se les cree nada y que dé vergüenza que alguien con esa calaña tenga control de las redes de la CC, bueno que se puede esperar si toda esa corte son sinvergüenzas y corruptos”, comentó Juan Alvarado.

 

SOBRE EL REPORTAJE

El reportaje publicado por Foreign Affairs, revista que se publica bimestralmente por el tanque de pensamiento Consejo de Relaciones Exteriores (CFR por sus siglas en inglés), señala que en los últimos cinco años, políticos de centro-izquierda han ganado las presidencias en Argentina, Chile, Colombia, México y Perú, cuyo ascenso provocó que se hablara de una “ola rosa” en el continente.

“Esa abreviatura (ola rosa), sin embargo, es demasiado simplista: Estos líderes no representan tanto un cambio ideológico general como una ola de rechazo a la titularidad y el rechazo de la clase política latinoamericana de élite”, se lee.

También se lee que “los nuevos líderes tienen prioridades económicas y de política exterior diferentes a las de sus predecesores” y que ciertamente, “no son partidarios de las políticas económicas neoliberales que ganaron fuerza en la región en la década de 1990, como la reducción de los subsidios públicos”.

 

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